Don Bosco siempre vuelve por San Blas

'25 años corriendo por el barrio'. La crónica podría acabar aquí, con el lema que la Casa de Juventud Aleste y el C.D. Don Bosco utilizaron este 2024 para convocar a los corredores populares de Valladolid. Y es que la Carrera Popular Don Bosco cumplía sus bodas de plata con las mismas esencias con las que nació en 1997; si entonces era una llamada de reivindicación al resto de la ciudad, hoy es una fiesta. El que conocía estas calles hace venticinco años lo sabe muy bien.

La Don Bosco es la más popular de las carreras populares de Valladolid, la única que mantiene el coste cero en sus planillas de inscripción; hasta hace poco más de un mes lo compartía con las Doce Uvas en la Rondilla, ahora son los Pajarillos los que levantan la bandera del acceso total; el que no la corre es porque no quiere, no importa la edad, no importa el ritmo de zancada, basta con caminar, y ahí entran desde los nacidos en 2021, los chupetines, hasta los que firmaron su DNI a lápiz en tiempos del Capitán Trueno, la prueba de andarines está abierta para todos.

La XXV Don Bosco repitió el circuito que estrenó hace un año, justo después del traumático paréntesis que abrió la pandemia en 2021 y 2022. El nuevo trazado de nueve mil cien metros se aleja un poco del callejeo por los Pajarillos Altos y se extiende por las nuevas zonas residenciales del barrio, los Santos Pilarica, y por el portal de una de las empresas colaboradoras que hacen posible la continuidad de este reto. Se pierde algo de cercanía con los vecinos, se gana el paso por vías más rectas que permite a los corredores hacerse pronto con su ritmo de crucero y a los organizadores, desplegar su brigada de voluntarios.

A primera hora, con el retoque de las últimas vallas, las cifras hablaban del éxito de la Don Bosco: unos 650 inscritos en la carrera absoluta, unos 1.700 en el conjunto del programa, y lo más importante, 110 voluntarios que decidieron pasar la mañana del domingo (y de varios días anteriores) con el ánimo y el deseo de que todo saliera bien. En ese sentido, Pajarillos puede sentirse orgulloso de su gente.

La mañana era tan fresca como luminosa. Si pateabas la zona de sombra, el cuerpo te pedía un trote para entrar en calor, si lo hacías por la zona de solana, el sol guiñaba los ojos y decidió a más de uno y a más de siete a correr en manga corta. Con el frío que muchos recuerdan de la Don Bosco en otras ediciones.

A las 10,00 horas se dio el primer pistoletazo de salida, 2.200 metros para los nacidos entre 2008 y 2012, el aperitivo de las ocho pruebas del programa, que tenía su postre a las 12,30 horas con la marcha de los andarines, la que se podía hacer con las manos en los bolsillos como una variante del paseo dominical. La carrera grande comenzó a las 10,30 horas, con el circuito de 9,1K, y la menuda lo hizo a las 12,15 con los 150 metros de los chupetines en el césped artificial del campo de fútbol Don Bosco. Imposible no dibujar una sonrisa ante los esfuerzos de los atletas más jóvenes.

La fiesta vecinal de la Don Bosco no esconde el carácter competitivo de la prueba. La culebrilla multicolor (va por usted, maestro Ángel María) del pelotón sufrió los típicos atascos y tropezones de las primeras zancadas, incluso una de las corredoras de la marea morada de Atletas Populares se fue al suelo, y los favoritos fueron estirando la carrera hasta que José María Cantero, en categoría masculina con un tiempo de 29m50g, y Esther Gómez (E-Triatlón Valladolid) en la femenina con 35m36s, levantaron sus brazos como ganadores de la prueba; de esta forma, Esther se quita la espina del segundo escalón del podio de 2023.

Esta vez no estuvo en el pelotón el campeón olímpico Fermín Cacho, lo hizo en 2020, pero sí una plusmarquista nacional y bronce mundialista, Mayte Martínez; como deportista de elite, enjuició así la carrera: «He disfrutado de pincharme un dorsal, y eso que los nueve kilómetros se me hacen largos, ya lo eran en mis buenos tiempos, así que imagínate ahora; la idea era no hacerme daño, ir de menos a más, pero terminé muy bien y apreté al final». A Mayte se le disparó el gen ganador en cuanto vio el arco de meta. Y también valoró la Don Bosco como concejal de Deportes y Participación Ciudadana: «Es muy importante que una carrera así se consolide como una cita popular, que dé a conocer Pajarillos, es de agradecer el esfuerzo de la Casa de Juventud Aleste y de sus voluntarios por sacar esta carrera adelante y hacerla tan accesible. Ahora toca preparar los Ríos de Luz».

Mayte Martínez no fue la única representación municipal en la entrega de premios en la Residencia de los Salesianos, estuvo arropada por su compañera Carolina del Bosque, concejala de Juventud, y por los concejales del PSOE Pedro Herrero, Luis Vélez, Alberto Palomino y Juan Carlos Hernández.

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