El Recoletas Atlético Valladolid vive el peor momento de la temporada. El equipo vallisoletano aún no ha digerido la eliminación copera ante el Caserío Ciudad Real, en un partido para olvidar de los de David Pisonero.
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«Estamos muy tocados», advierte Miguel Camino, convertido en voz autoriada del vestuario de los azules, a los que nada les sale en este 2024. «No esperábamos perder en Ciudad Real. Queríamos llegar a la fase final como el año pasado, o por lo menos pasar esta ronda, pero no supimos afrontar el juego que nos plantearon», valora Camino, que asegura que al equipo solo le queda «trabajar» para volver a ser el equipo de la primera vuelta.
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«En Ciudad Real, sabíamos que iba a ser un partido muy físico, que ellos iban a hacer una defensa de mucha intensidad, y luego iban a correr todo lo que pudiesen, pero no supimos hacer frente, a lo que se sumó su extra de motivación de jugar con nosotros. Al final, hicimos la machada para llegar a la prórroga, pero con un gran desgaste físico, y ya por mérito suyo y demérito nuestro no pudimos parar su juego». subraya Camino.
«Tenemos que ser autocríticos, y creo que en el momento que consigamos una victoria cambiará todo», concluye el jugador de un Recoletas que también acusa en demasía las bajas de Nicolo D'Antino y César Pérez, ambos lesionados de gravedad, y que no volverán a jugar esta temporada.
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