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Juan Carlos Benítez. ADG
Martes, 19 de marzo 2024, 23:21
El Recoletas Atlético Valladolid vivió este martes una pesadilla en el Quijote Arena, en Ciudad Real. El equipo vallisoletano quedó apeado de la Copa del Rey de Balonmano por la puerta de atrás y ante un rival de inferior categoría que evidenció el mal momento ... del conjunto de David Pisonero, y sacó a relucir todas las carencias de los de Huerta del Rey (43-41).
El tormento copero, que este año se ha quedado en una triste segunda ronda para los azules, llegó en una segunda parte errática, que salvó del drama Miguel Camino desde el extremo, para llevar el partido a la prórroga a falta de dos segundos para el pitido final (34-34).
Caserío Ciudad Real
Óscar Ruiz, Adri Sánchez (4), Palacios (5), Augusto, Torres (9), Campanario (4) y Paco Ruiz (1) -siete inicial-, Romero (p.s.), Giovanola (p.s.), Ángel Pérez (11, 5p.), Orlandi, Morales (4), Rodrígo, Cánepa (5) y Dieliierhiiev.
43
-
41
Recoletas Atlético Valladolid
Pipe García, Manu García (3), De Toledo (2), Lima (2), Álvaro Martínez (9), Dimitrievski (2, 1p) y Camino (4) -siete inicial-, Llorente (p.s), Freitas (5), Miguel Martínez (6), Ayres (1), Dimitrioski (1p), Rosell (2), Calle (4) y Herrero.
Marcador cada 5 minutos: 3-5, 6-9, 10-11, 12-14, 15-16, 18-19 (descanso), 21-20, 23-22, 26-23, 29-24, 31-28 y 34-34. Prórroga: 38-37 y 43-41.
Árbitros: Hoz Fernández y Riloba Pereda (Colegio cántabro). Excluyeron a los jugadores locales Moreno (2), Campanario, Dieliierhiiev y Adri Sánchez, y a los visitantes De Toledo, Manu García, Dimitioski, Álvaro Martínez, Miguel Martínez y Freitas.
Incidencias: Partido de la segunda ronda de la Copa del Rey, disputado en el Quijote Arena ante 2.600 espectadores.
Antes, el ID Energy Caserío Ciudad Real se había llegado a ir de seis goles en un inicio de segunda mitad para olvidar de los de Pisonero. No funcionó el equipo en ninguno de los dos extremos del campo, con los locales Ángel Pérez y Víctor Morales en el papel de héroes para los más de 2.500 aficionados que presenciaron el choque en tierras manchegas. Y eso que el choque comenzó bien para los visitantes, con hasta cuatro goles de ventaja y con Álvaro Martínez en el papel del Álvaro Martínez goleador.
Tres goles del pivote del cuadro pucelano pusieron una cómoda ventaja en el marcador para el Atlético Valladolid (2-5).
La defensa 5:1 del Recoletas ponía en apuros la circulación de balón del equipo local, que sufría para mantener el altísimo ritmo al que se jugaron los primeros minutos. Santi Urdiales ordenó a su equipo jugar con siete en ataque y vaciar la portería en su afán por solucionar los problemas ofensivos.
El cuarto gol de Álvaro y el primero de Lima ampliaron la diferencia a cuatro tantos y obligaron al técnico local a entregar la tarjeta verde en la mesa de anotadores (5-9). El tiempo muerto fue un bálsamo para la escuadra manchega que, a partir de ese momento, mejoró considerablemente su rendimiento. Sus jugadores se sacudieron los nervios y comenzaron a tutear al Atlético Valladolid.
Poco a poco la diferencia fue menguando, especialmente por la doble exclusión que sufrió el equipo pucelano (10-11), de nuevo –un partido más– con Toledo señalado. Los últimos minutos del primer tiempo fueron para los locales, del 13-16 se pasó al 16-17, aunque el cuadro vallisoletano mantuvo la ventaja (18-19).
Tras la reanudación, el desastre. El Caserío le dio la vuelta al marcador con el 22-21. Los nervios hicieron acto de presencia en el equipo vallisoletano, que perdió varios ataques por imprecisiones. Torres situó el 24-22 y David Pisonero tuvo que parar el partido porque veía que su equipo se venía abajo.
No veían portería los jugadores del Recoletas, que sufrieron un nuevo gol de Palacios (24-21). Álvaro Martínez salió al rescate y Ayres le secundó para reducir la diferencia (24-23).
Tuvo el empate en sus manos Dimitrievski, que vio cómo Giovanola le detenía un penalti.
El Energy Caserío crecía por momentos, basando su juego en una defensa muy aguerrida y en rápidos contragolpes, además de unos ataques fluidos que rompían una y otra vez la resistencia de la escuadra pucelana.
Un parcial de 5-0 pareció determinante. Del 25-24 se pasó al 30-24 y David Pisonero volvió a pedir tiempo muerto. Quedaban doce minutos y ordenó defensa mixta con doble avanzado para frenar los ataques locales.
Álvaro Martínez y Freitas recortaron la diferencia (30-26). Santi Urdiales paró el choque para plantear cómo romper esa defensa nueva y desatascar los ataques de su equipo.
En cuatro minutos el Recoletas redujo la diferencia a la mitad. A falta de cinco minutos el partido estaba nuevamente abierto (32-30) y más a falta de dos minutos tras dos tantos de Miguel Pérez (32-32).
Ángel Pérez colocó el 34-33 y después falló un penalti para sentenciar a falta de 20 segundos. Suficientes para que Camino marcara y mandara el partido a la prórroga.
Parecía que había salvado el desastre el conjunto pucelano, pero nada más lejos de la realidad. El tiempo extra fue no apto para cardiacos. Se recompuso el Caserío Ciudad Real y apretó los dientes, mientras que el conjunto de Pisonero no tuvo la consistencia necesaria para doblegar a su rival, que tuvo más fe en el triunfo y jugó con más coraje los momentos decisivos.
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