
Juan Bar - Portero del Recoletas Atlético Valladolid
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Juan Bar - Portero del Recoletas Atlético Valladolid
Juan Bar (Olivos, Buenos Aires, 1987) es de esos jugadores que lee, escucha y ve todo lo que rodea al mundo del balonmano –también a ... otros deportes–. Asegura que la buena temporada del Atlético Recoletas Valladolid –la mejor de su historia– no le sorprende, y que se esperaba que el equipo pudiese mejorar los números de la pasada campaña «dado el potencial» de la plantilla. A sus 37 años vive muy tranquilo en Valladolid y las rachas o los resultados le afectan «de otra manera», de ahí que sus palabras sean más que representativas de un vestuario «ilusionado» que sueña con cotas mayores esta temporada en Huerta del Rey
–El pasado sábado, tras ganar al REBI Cuenca, el equipo durmió tercero, con puesto europeo, y como equipo revelación absoluta de la Liga Plenitude o Asobal. ¿Sorprendido?
–No, no... Yo tenía grandes expectativas en esta temporada y en el club. Las tuve casi nada más que llegar, porque es un club que apuesta por jugadores jóvenes de mucha proyección, con hambre y que además poco a poco va ampliando presupuesto. Si el año pasado fueron octavos, estaba convencido de que se mejoraría.
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–Una cosa es mejorar, y otra es estar más de un año sin perder en tu campo e ir batiendo récord cada jornada... ¿Dónde está el techo?
–En ir partido a partido. A mí no me afecta, porque soy mayor. Ya tengo mucha experiencia y que se empiece a hablar de imbatibilidad, de Europa... Me influye menos, pero puede meter una presión innecesaria a los chicos más jóvenes. Tenemos que tener los pies en el suelo. Nadie nos va a privar de soñar, es más debemos soñar, pero siendo conscientes de que podremos hablar por ejemplo de Europa cuando falten tres o cuarto partidos para el final de la Liga.
–Entonces no hablan de ello en el vestuario...
–No. No somos ajenos a la realidad, porque te das cuenta de que las cosas está muy bien cuando el pasado sábado no juegas un buen partido y ganas a un gran rival, como lo es Cuenca. Pero no podemos ponernos una presión innecesaria, porque esta misma semana tienes que ir a Logroño ante un equipo que ya te empató aquí, en Huerta, y que puede ganarte. Queda mucho, y quedan partidos muy complicados que puedes perder. Tienes que jugar con Bidasoa, ir a León, Cantabria, ir a Aranda...
–Obvia al Barcelona. ¿Es de los que dan el doble compromiso con los azulgrana por perdido antes de jugar?
–No y no. Es más, me molesta, y ya me soprendía cuando veía ese tipo de comportamientos antes de llegar a España. Con Anaitasuna nos quedamos dos veces a un gol de empatar, y esta temporada en el Palau perdimos de cuatro pero competimos. Yo ese día voy a salir a ganar.
–Aquí se marca como el día que se perderá la imbatibilidad en Huerta del Rey después de más de un año...
–Pues no. Para mí el partido más complicado y con el rival que mejor nos ha ganado ha sido contra el Bidasoa, que también tiene que venir a Huerta. ¿Por qué no vamos a poder competir con el FC Barcelona? Ya hemos hecho muy buenos partidos en Huerta, y si conseguimos que el pabellón apriete, le podemos hacer un partido muy incómodo al Barcelona.
–A Juan Bar se le ve muy cómodo en Valladolid. ¿Se esperaba una adaptación así?
–En lo colectivo sí. A nivel individual tenía más dudas por la adaptación a una defensa nueva. La defensa del Recoletas es peculiar... y lleva tiempo compenetrarse. No es una defensa al uso, quizá más agresiva o adelantada como lo era en Anaitasuna. Aquí es una defensa más táctica. Se juega para forzar al rival a fallar. A interceptar el pase, a que no haya huecos... Pero ahora estamos a un gran nivel.
–En el que contribuye la portería... Y aquí en Huerta venía con el foco encima después de lo de la pasada temporada.
–Es verdad, pero insisto en que si algo tengo es experiencia. No me preocupaba demasiado. Sabía que las cosas con César iban a salir, y solo era cuestión de adaptación a la defensa. Cuando cerré mi fichaje por Valladolid estaba en pleno debate lo de la portería. Lo sentí mucho por Pipe, porque he coincidido mucho con él, al jugar con Argentina ante Chile, pero no le ayudó debutar en Asobal, que es una liga complicada si no la conoces, y luego que se lesionase César, y se quedase con toda la presión de la portería. Es una pena, pero el deporte es así.
–Hablemos de la portería y de César Pérez y de Gerard antes. No se cansa de destacarlos Pisonero en sala de prensa.
–Hemos conseguido una regularidad que es lo más difícil en la portería. Yo en Anaitasuna hacía partidos muy buenos, pero luego había otros que no estabas así. Aquí estoy consiguiendo ser más regular. Y luego está César. Sale, como el otro día, y te para dos siete metros decisivos y te hace otras dos paradas claves... A mí eso me da una tranquilidad infinita. Saber que si no estás por lo que sea, tu compañero te va a cubrir con garantías.
–¡Qué distintos son los porteros de balonmano a los de otros deportes! ¿No llegan a tener algo de 'pique' por no jugar?
–En el caso de César y mío... Ninguno. Los dos somos porteros con mucha experiencia, pero me ocurría lo mismo con Gerard en la primera vuelta. No tenemos quizá ese ego de un jugador más jóven que quiere despuntar, demostrar, hacerse un sitio... Nosotros ya tenemos esa tranquilidad, y, en mi caso, celebro más las paradas de César que las mías. Por ejemplo, él ahora mismo detiene penaltis que yo no soy capaz de hacerlo, y somos un binomio... Sí, definitivamente, esa es la mejor definición.
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