Sangre, sudor y... la sexta del Recoletas que duerme tercero

Los Martínez y compañía no estuvieron súper, porque el conjunto conquense es un lobo con piel de cordero, que tuvo en la segunda parte varios ataques para llevar el encuentro a la máxima diferencia e irse de tres goles.

No acusó la baja de Tchitombi, uno de sus mejores jugadores, expulsado por adelantado (min. 39), al ser excluido por tercera vez, y supo jugar con un defensa aguerrida y el acierto de su portero para poner en jaque a los de Pisonero.

A los últimos diez minutos del partido se llegó con un 22-24 y el ataque conquense, que frustró la defensa pucelana, que salió a golpe de corneta para que Miguel Camino –en su clásica jugada–, cambiase el guión de un partido que poco antes había parado el banquillo local con el 21-23 tras un tanto fácil de Sergio López.

El gol del extremo cambió la cartulina, y fueron los visitantes los que pidieron el tiempo muerto, eso sí, con peor efecto... Peor, porque en esos minutos calientes y ya con cambio en la portería vallisoletana, César Pérez emergió para hacer varias paradas decisivas. Atajó el lanzamiento de Perbela y el Recoletas empató a 24 en la siguiente jugada. Para entonces, los brazos del banquillo local comenzaban a levantarse, y Perbela iniciaba cinco minutos para olvidar, que terminarían con una pérdida con 28-27 para los de Pisonero, y 20 segundos con bola para los conquenses. Al lateral brasileño se le escapó el balón, y la victoria y la imbatibilidad se quedaron en Valladolid.

Antes de llegar a ese final en el que Huerta fue Huerta, el partido fue de los más igualados de este año en el que el resultado siempre ha sido al menos de un punto para el Recoletas.

En la primera parte, Juan Bar fue un incordio para los visitantes, con siete paradas, y lo mismo su homólogo en el Cuenca, Pedro Tonicher, que se fue a los trece bloqueos en los sesenta minutos. Desesperó a Oliveira, y eso que su compatriota empezó el partido enchufado, en una línea que hace que su futuro pueda estar más cerca de regresar al Benfica que de seguir en Valladolid.

Antes de que Tonicher iniciase un recital que le llevó a superar el 40% de efectividad bajo palos, los vallisoletanos llegaron a irse 5-2, en el minuto 6, con un De Toledo que también percutía y se llevaba a la defensa manchega por delante. Se fueron de nuevo los locales 9-6, con Bar echando el candado, pero en un visto y no visto el REBI Cuenca le dio la vuelta y comenzó a mandar con Rudolph Hackbarth, que terminó con seis goles, y al que César Pérez apagó con ese penalti decisivo en el último suspiro. D'Antino no falló y la fiesta prosiguió.