Nacho Díaz. ADG.
Oviedo
Martes, 6 de diciembre 2022
El UEMC Real Valladolid Baloncesto sumó su tercera victoria consecutiva gracias a una excelente actuación con la que desarboló por completo al Alimerka Oviedo Baloncesto. El plantel carbayón, penúltimo en la tabla clasificatoria, no fue en ningún momento rival para la escuadra pucelana, que ... sigue soñando con los puestos de privilegio merced a su balance de siete triunfos y tres derrotas. Y es que la plantilla de Paco García volvió a cuajar otra exhibición de buen baloncesto, tanto en defensa como en ataque, con un reparto coral de tareas en el que todos los jugadores tuvieron su dosis de protagonismo.
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Oviedo
Peñarroya (12), Crouch, Pruitt (3), Arteaga (15), Lecesne (13) -quinteto inicial- Crouch (7), Comendador (4), Meana, Thorbjarnarson (2), Domenech, Andrejevic (4) y Chuso González (4).
64
-
81
RV Baloncesto
Puidet (5), Torres (2), Kuiper (6), Belemene (2), Kevin Allen (7) -quinteto inicial- Gantt (9), Kasonga (11), Pantzar (17), Kovacevic (4), Sergio de la Fuente (10) y Mazaira (8).
Parciales: 18-22, 11-25 (29-47), 15-18 (44-65) y 20-16 (64-81).
Árbitros Ríos Marcos (Comité gallego), Esteve Malmierca (Comité castellano y leonés) y Garvín Domingo (Comité madrileño). Eliminaron al local Lecesne por faltas personales (min. 39).
Campo: Polideportivo Municipal de Pumarín. 1.150 espectadores
Los mejores presagios se hicieron pronto realidad gracias a un inicio arrollador de los visitantes con dos triples casi consecutivos de Kuiper que cimentaron un parcial de inicio 4-9. El jugador neerlandés aprovechó su facilidad para salir de la pintura y encontrar lanzamientos cómodos para dar una temprana ventaja a sus compañeros. No bajó los brazos el quinteto elegido por Trifón Poch, siempre dispuesto a salir a la contra para buscar posiciones abiertas de tiro. En ese contexto brillaron con luz propia Pruitt y Peñarroya en la dirección y Oliver Orteaga en la faceta anotadora. El interminable interior tinerfeño sigue disfrutando de su tercera juventud y dejando píldoras de un repertorio de muchos quilates en un esquema de juego que potencia sus muchas virtudes. Con esa puesta en escena, no extrañó a nadie que el cuadro ovetense se aferrase a la rueda trasera del favorito en un primer cuarto de ritmo endiablado.
A la vuelta de la pausa, Paco García mandó a los suyos a buscar oro en la pintura. De ello se encargó en último término Kevin Allen en el poste alto dando continuidad a los balones doblados por Torres y el omnipresente Kuiper. Una propuesta, con amenazas exteriores e interiores, que dificultó la defensa mixta dibujada por el preparador cordobés. La entrada en pista de la segunda unidad del plantel pucelano dio continuidad al buen momento visitante. Intensidad en defensa, atrevimiento en ataque y dinamismo en las dos canastas fueron las señas de identidad que permitieron elevar la renta hasta los once tantos gracias a un mate de Kasonga tras robo de Kovacevic (21-32, min. 15). Fue ese el comienzo del fin para un Alimerka Oviedo Baloncesto que se vio incapaz de tutear a un contrincante muy superior en todas las facetas del juego. Las seis pérdidas de balón en poco más de un cuarto de hora, todas castigadas por contras pucelanas, se convirtieron en los pinceles con los que se dibujó el lienzo de la rendición asturiana. Aún hubo tiempo, antes del paso por los vestuarios, para que Sergio de la Fuente luciese calidad y fundamentos en un dos más uno que situó el tanteador en un contundente 26-42.
Ni siquiera el parcial 15-2 favorable a los locales en el regreso al parqué, fraguado en mitad de un monumental cortocircuito ofensivo de los visitantes, fue impedimento para sumar la séptima victoria (44-49, min. 25). Una vez más Sergio de la Fuente ejerció de líder moral de un plantel sobrado de argumentos para encontrar la reacción. Con Mike Torres al gobierno y el alero vitoriano al poder, el UEMC recuperó sus mejores sensaciones para mandar en el electrónico con la misma contundencia con la que se manejó en la recta final del encuentro.
Convertido el cuarto decisivo por antonomasia en diez minutos intrascendentes, Paco García aprovechó para repartir minutos y descansos. Momento adecuado para que Álex Mazaira se reivindicase con ocho puntos casi al hilo gracias a dos triples que regalaron la plena tranquilidad a sus compañeros en forma de máxima ventaja hasta ese momento (46-71, min. 34). También Pantzar y Kasongar aprovecharon para engordar su hoja estadística dentro de la exhibición de poderío protagonizada por un Real Valladolid Baloncesto que sigue una semana más mirando a los ojos a los más poderosos de la competición.
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