NBA, la liga que empieza y termina en Los Ángeles

Nada parece indicar que el paso no lo vaya a marcar el Oeste a pesar del desmesurado desembolso que se ha hecho desde la conferencia Este para igualar fuerzas. En un escenario convulso por la crisis desatada con el gobierno chino, las treinta franquicias están hoy en un sinvivir por los 4.750 millones de dólares que han invertido este verano. Los Sixers de Joel Embiid, con 483, y los Warriors de Stephen Curry, con 444 para sofocar la marcha de Kevin Durant y atar la renovación de Klay Thompson (190 millones por 5 temporadas), han tirado la casa por la ventana para no perder ripio y mantener alto el listón dejado la última temporada.

En esa guerra pretenden entrar Milwaukee, que con el mejor jugador de la última campaña (Antetokoumpo) y el mejor entrenador (Mike Budenholzer) aspiran a dar un paso adelante e ir un poco más allá de las 60 victorias conseguidas en la última edición. La eliminación a manos de los Raptors hizo daño y los Bucks ambicionan alcanzar la final.

Pero no solo se sueña en Wisconsin. Las grandes franquicias de la NBA han sabido rodear a sus estrellas de un escudero de garantías; de ahí la apuesta de los Warriors por hacerse con los servicios de D'Angelo Russell, la de los Sixers por contratar a Al Horford, o la de los Bucks con Khris Middleton.

También en el Oeste se han afanado en esta bicefalia y si los Lakers han satisfecho los deseos de Lebron James para que recupere la corona haciéndose con la mejor de las compañías con la llegada de 'La Ceja' (Anthony Davis), los Clippers han hecho lo propio para poner en cancha un tándem formado por Kawhi Leonard y Paul George. Tampoco irán sobrados de balones esta temporada en Houston, donde 'La Barba' (James Harden) deberá adaptar su perfil de jugador franquicia al juego impulsivo de Russell Westbrook. El exjugador de Oklahoma es, a sus 29 años, uno de los 10 jugadores de la NBA que suman más de 15.000 puntos; 5.000 rebotes y 5.000 asistencias con una sola franquicia, y desde este verano uno de los traspasos más relevantes de su historia.

En esa carrera por el anillo hay franquicias a las que la teoría coloca un paso por detrás. Es el caso de los Raptors de Toronto, actuales campeones, que se han quedado huérfanos tras la marcha de Kawhi Leonard, con un vacío enorme que llenar y una falta de liderazgo que rebajan considerablemente sus aspiraciones. A las órdenes de Nick Nurse sí continuarán tanto Marc Gasol como Serge Ibaka para formar uno de los tándems interiores más completos de la competición.

Como eterno aspirante vuelve a hacer cola un año más Boston Celtics, que después de la marcha de Kyrie Irving por la puerta trasera han tratado de recomponer el puzzle para volver a construir un equipo competitivo. La incorporación de Kemba Walker, por primera vez en un equipo ganador, deja a la franquicia del trébol bajo una gran incógnita.

En los New York Knicks, otro histórico de la liga, tampoco esperan grandes alegrías este año después de haber perdido a DeAndre Jordan e incorporado jugadores de segunda fila.

Tampoco en Chicago, en otro tiempo fábrica de anillos, hay puestas muchas esperanzas. La franquicia del toro se ha convertido en destino poco atractivo para los jugadores lo que complica aún más el escenario para que su propietario, Jerry Reinsdorf, pueda levantar de nuevo un equipo competitivo. Su proceso de reconstrucción, de hecho, se está alargando demasiado en el tiempo y las 22 victorias cosechadas la última temporada no invitan precisamente al optimismo en un año en el que han perdido a Robin López e incorporado al checo Satoransky.

Uno de los equipos que más ha crecido en el último lustro es Brooklyn Nets, que ha abandonado su etiqueta de perdedor para convertirse en uno de los punteros y plantel a seguir en la Conferencia Este gracias a fichajes como los de Kyrie Irving y Kevin Durant –aunque en este último caso es muy probable que se pierda toda la temporada por la grave lesión que sufrió en el tendón de Aquiles en las finales–.

Si en Estados Unidos el arranque de la competición se entiende como un pulso entre los Lakers de Lebron y los Clippers de Leonard, aquí en España el foco vuelve a tener la cara y ojos de Luka Doncic después de proclamarse como el mejor novato europeo de la historia de la NBA.

En el primer año sin Dirk Nowitzki, en Dallas confían ciegamente en la evolución del base esloveno y en su compenetración con Porzingis –si la salud se lo permite– para superar las 33 victorias logradas la campaña anterior y colarse en los 'play-offs'.

Una fe que han depositado también los Suns de Phoenix en Ricky Rubio después de su espectacular Mundial con la selección española, y en una temporada que podría ser la última para el mejor jugador español de todos los tiempos, Pau Gasol, con 39 años y 19 años en la NBA a sus espaldas. No es, sin embargo, el más veterano ya que Vince 'Air' Carter afronta en Atlanta con 42 años su 22ª temporada.