Aguacate, la 'pera de las Indias'

El aguacate ha vivido en los últimos años una época dorada al convertirse en ingrediente imprescindible en los desayunos. Untado en una tostada con un poco de sal y un chorrito de aceite o combinado con algo de jamón o pavo, las redes sociales contribuyeron notablemente a dar una mayor visibilidad a esta fruta cuyo consumo reduce los niveles de colesterol total.

Además de untado, se puede consumir a cucharadas, pelando la piel poco a poco o troceándolo, ideal en este caso para una refrescante ensalada acompañada de unos tomates y ligeramente aliñada con aceite y sal. En cuanto a las salsas, triunfa sin reservas, el guacamole. De origen mexicano, es un aperitivo perfecto para acompañar con nachos o utilizar en el relleno de las fajitas. Para hacer una versión casera hacen falta un par de aguacates, tomate, cebolleta, sal, limón y cilantro. Se aplasta el aguacate con un tenedor y se añade bien picada la media cebolleta, el tomate, el cilantro, luego el jugo de medio limón y una pizca de sal. Se mezcla todo bien y ya está preparado el guacamole.

Su forma de pera también da mucho juego para presentarlo con diferentes rellenos. Se vacía con cuidado el interior y se mezcla bien con atún, cebolleta y un poco de zumo de limón; se salpimienta y se rellena. Por encima se pueden añadir unos granos de maíz. Otras combinaciones ganadoras son utilizar unas gambitas cocidas o trocitos de carne de pollo. En este último caso, se añaden un poco de mahonesa y tomate natural bien picado para que el interior quede bien cremoso.

Por cierto, es importante atinar a la hora de comprarlos para que no estén demasiado verdes o pasados. El color oscuro de la piel indica su grado de madurez. Uno de los trucos para saber si está en el punto exacto para ser consumido es presionando ligeramente, si se hunde un poco indicará que se puede comer. Otra opción es retirar el rabillo: si es muy oscuro, estará pasado; si es verde, tendrá que madurar, y si tiene un color amarillo, está en su punto.