Tarta de manzana reineta

En primer lugar, conviene aclarar que en el campo de la gastronomía, la manzana se aprovecha en todo tipo de platos pero también en repostería, donde goza de muy buena salud en propuestas tan conocidas y demandadas como los clásicas tartaletas, tartas y bizcochos.

Pero no todas las variedades de manzanas son iguales ni dan el mismo sabor por lo que nosotros recomendamos, sin duda, la reineta. En Castilla y León esta fruta tiene una importante representación en la provincia de Burgos al amparo de la marca de garantía Manzana Reineta del Valle de las Caderechas. Una zona que se identifica por la calidad de su fruta. Esta marca de garantía protege las variedades de manzana reineta gris y reineta blanca. La primera tiene una singular nota de acidez.

Pero pongámonos manos a la obra. Para la elaboración de la tarta se necesitan 2,5 kilos de manzanas que se aprovecharán para realizar una compota y también para decorar. Utilizaremos la mitad de las manzanas para cada uno de esos pasos.

En primer lugar hay que hacer una masa quebrada para la que se necesitan los siguientes ingredientes: harina, 200 gr de mantequilla, medio vaso de azúcar y dos huevos.

Hay que amasar toda esa mezcla hasta que no se pegue por lo que la harina se irá añadiendo la que admita. Una vez lista, se hace una bola y se avanza al siguiente paso, así también reposa un rato.

Procedemos a elaborar la compota de manzana con la mitad de esos 2,5 kilos que ya teníamos preparados. Se parten las manzanas muy finas y se colocan en una cazuela con mucho cuidado de que no se peguen. Cuando estén listas, se pasan por la batidora.

Por último, elaboramos la crema con los siguientes ingredientes: 1,5 l de leche, 200 gr de harina de maíz, seis yemas, 10 cucharadas de azúcar y un sobre de flanín.

Con todo ya preparado, se extiende la masa en el recipiente apropiado para el horno. En el vídeo que acompaña la información se aprecia el proceso. Es un trabajo que requiere cierta delicadeza para extender bien esa masa.

A continuación se pone la crema y la compota. Por último, se decora con el resto de las rodajas de manzanas partidas muy finitas. Se pincela con un almíbar para dar brillo una vez que esté fría.

Ahora, solo hay que animarse y ponerse manos a la obra. Merece la pena.