![La receta del día: La voz de las tres únicas mujeres con estrella Michelin en Castilla y León](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202103/08/media/cortadas/ElenaLucas-Madrid-Fusion-k7VH-U130759305016xWH-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Solo en tres de los 13 restaurantes con estrella Michelin en Castilla y León están al frente mujeres y ponen rostro a una profesión muy vocacional y sacrificada, en la que es complicado compatibilizar la vida laboral y familiar. Ningún sector es ajeno todavía ... a una desigualdad que también es palpable en la gastronomía, sobre todo en la alta cocina aunque las cosas están cambiando. Damos la voz a esas tres cocineras con estrella en el Día Internacional de la Mujer: Elena Lucas, del restaurante La Lobita de Navaleno (Soria); Yolanda León, de Cocinandos de León; y Rocío Parra de La Parra en Salamanca.
La realidad es que son muchísinas las mujeres que han estado al frente de los fogones a lo largo de la historia, principalmente en el medio rural porque los maridos trabajaban en la agricultura o en el monte, pero siempre han tenido más visibilidad los hombres, sobre todo cuando la gastronomía y los fogones han ganado en repercusión mediática. Solo 22 de los 224 restaurantes con estrella Michelin tienen mujeres al frente de las cocinas.
Elena Lucas
De las tres cocineras con estrella, la de Elena Lucas es la más antigua de Castilla y León (el restaurante con más antigüedad es el de Víctor Gutiérrez en Salamanca), ya que el bibendum llegó a sus manos en 2015. En su caso, reconoce que lleva el restaurante al 50% con su marido, el sumiller y jefe de sala, Diego Muñoz, pero las riendas de la cocina están en sus manos. Desde su punto de vista, «hay muchas cocineras pero tal vez necesitan que se les ayude a ser más visibles, que se les ponga cara y se les de voz».
Elena Lucas, con 39 años, es la jefa de cocina del restaurante La Lobita, un negocio familiar en el medio rural, en el municipio soriano de Navaleno, y en el que siempre fueron las mujeres las que tenían la sartén por el mango mientras que «los hombres se iban a trabajar al monte». «Los negocios, las tascas y los bares en el medio rural los dirigían las mujeres», destaca, antes de reivindicar que «se haga a las mujeres más visibles y que se les se les ponga cara y se les dé voz».
En su caso, primero fue cocinera su abuela y luego, su madre, ambas dirigían el negocio familiar. La chef se hizo cocinera porque «es lo que he vivido desde cría, me gustaba, me sentía cómoda y veía que tenía futuro», asegura. Hace 20 años estudió en la única escuela de cocina que había en Castilla y León, que era privada y estaba en la capital soriana.
Aboga por conciliar la vida profesional y familiar, que considera «más fácil en el mundo rural porque hay menos presiones y menos estrés», Elena Lucas lamenta que «en la mayoría de las parejas, cuando uno de los dos tiene que renunciar a su vida profesional, la mayoría de la veces renuncia la mujer, pero eso está cambiando».
Aunque por el momento no tienen hijos, sí que se plantean tenerlos, pero tiene claro que «cuando decidamos a dar el paso, será en común, tendremos que arrimar el hombro los dos» porque en caso contrario «no es justo». «Tengo suerte de haberlo vivido en casa, desde pequeña, donde nadie ha renunciado, aunque no sea lo habitual», explica. Además, considera que «nos queda mucho camino por recorrer».
Mientras tanto, Elena Lucas y Diego Muñoz ya se preparan para poder reabrir el restaurante cerrado desde principios de enero el próximo sábado, 13 de marzo, «aunque con mucha incertidumbre» porque «arrancar y poner esto en marcha cuesta mucho».
Yolanda León
Yolanda León es jefa de cocina al 50% con su marido, Juanjo Pérez, en el restaurante leonés Cocinandos, con estrella Michelin desde 2010. Ahora tiene 48 años pero quiere ser cocinera desde los siete. También en este caso, nació en el seno de una familia con establecimientos de hostelería, en esta caso bares en el barrio Húmedo de León. «Era la pequeña de tres hermanas y mis padres no querían que fuese cocinera porque es un trabajo muy esclavo y solo descansaban un día a la semanas, pero les convencí y me fui a estudiar Cocina a Santiago de Compostela», afirma.
Considera que «hay desigualdad en la educación y en la sociedad, y las mujeres anteponen su vida familiar a la profesional». También señala que, en el sector de la restauración, no son iguales ni los sueldos ni las cetegorías. De estrada recuerda que son muy pocas las mujeres con estrella Michelin.
Remarca que la mujer se mantenía en un segundo plato a pesar de que «los fogones eran una actividad de mujeres», y de queja de que «desde hace unos años en muchos restaurantes la mujer sigue en la cocina pero el que tiene el nombre y el prestigio es el hombre». No es su caso, ya que tanto ella como su marido se ocupan del restaurante, de la casa y de su hija y su hijo.
Convecida de que la mujeres «tenemos las mismas aptitudes que los cocineros y ahora ya hemos sido educadas para ello, solo falta que nos lo creamos nosotras mismas», y apuntarse a curso, concursos y foros gastronómicos. En su opinión, las cocineras tienen que ser más visibles, «a veces no nos llaman para ir a los foros y muchas veces nos da pereza, porque tenemos remordimientos si dejas a tus hijos para ir a trabajar fuera». Yolanda León piensa que es fundamental «que tu pareja entienda tu trabajo y te ayude porque la cocina es muy dura y vocacional» En cualquier caso advierte que «vienen cocineras rompedoras que contribuirán a que esto cambie».
Rocío parra
Con 38 años, Rocío Parra es la más joven de las tres y la última en formar parte del firmamento de estrellas Michelin de Castilla y León, cuyo restaurante En la Parra de la capital salmantina figura por primera vez con esta distinción en la Guía Michelin 2021. «Estamos en un mundo de hombres» por lo que «la conciliación familiar y laboral es muy difícil», pero también apunta que «nosotras mismas nos lastramos porque cuando tenemos hijos damos un paso atrás».
En este sentido, argumenta que «existe el estereotipo de que una mujer cuando trabaja fuera de casa es una mala madre y no es así; hay que descartar esa idea porque la crianza es una cosa de dos». Además, recuerda que, cuando se deja el trabajo durante mucho tiempo por bajas maternales y excedencias, «cuesta mucho más volver, es muy complicado».
En su caso señala que «no me puedo quejar» porque su marido Alberto Rodríguez, jefe de sala, y ella se reparten las tareas tanto en el restaurante como a la hora de atender a sus dos hijas. Ahora se preparan para reabrir En la Parra este mismo miércoles, 10 de marzo.
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