Helado de fresa para primavera

Una vez están lavadas y cortadas en trocitos pequeños las fresas se cocinan en el fondo de la cazuela o en una sartén, como si se fuera a preparar una mermelada. A fuego muy lento con un par de cucharadas de azúcar se irán ablandando y soltando un jugo almibarado. Una vez estén blanditas se retiran y se trituran.

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Esta mezcla se vierte en otro recipiente y con la ayuda de unas varillas eléctricas se va añadiendo poco a poco la leche condensada. Cuando estén los ingredientes bien integrados se reserva. Por otro lado se monta la nata. A continuación, es momento de ir uniendo la mezcla de las fresas con la leche condensada y la nata. Para ello se añade un poco de nata montada y se mezcla con movimientos lentos y envolventes. Se repite el mismo proceso hasta acabar con toda la nata.

A continuación, se cubre la mezcla y se deja reposar en la nevera como mínimo doce horas. A la hora de servirlo se pueden utilizar unas copas de helado y acompañar con unos trocitos de fruta fresca, pueden ser fresas o cualquier otra fruta. Para los más golosos se puede añadir un poco de chocolate, fundiendo unas onzas en el microondas y decorando con hilillos por encima o si lo prefieres con un poco de caramelo.