Helado de frambuesa y plátano

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Siglos después, parece ser que Alejandro Magno hacía que sus esclavos trajeran nieve de las montañas a la que le agregaba miel y néctar. Algo similar a Nerón, que en su caso le añadía zumo de diferentes frutas. En las cortes árabes, en la Edad Media, también utilizaban nieve de las montañas para elaborar sorbete con frutas y especial y, se cuenta que allá por el siglo XIII, Marco Polo llevó consigo a Italia recetas de postres de Asia que ya tenían una larga tradición.

Sea cual sea el origen, ahora el helado es un imprescindible, sobre todo en época estival. Por ello, en la receta de hoy apostamos por una elaboración fácil, sana y nutritiva, donde los protagonistas indiscutibles son la leche y la fruta. La elección es un helado de plátanos y frambuesas. Para completar con éxito la elaboración solo necesitaremos esos tres ingredientes, leche entera, plátanos maduros para dar dulzor y frambuesas. Tres ingredientes y una forma de hacerlo de lo más sencilla que se puede resumir en solo cuatro pasos.

El primero de ellos consistirá en pelar los plátanos y cortarlos en rodajas. Se hará lo mismo también con las frambuesas. Se guardan los trozos de fruta en un tupper y se meten en el congelador durante toda la noche. Al día siguiente, se introduce la fruta congelada en un bol junto con la leche y con la ayuda de una batidora se tritura bien. El último paso será añadirle algún topping para que realce su sabor y dé un toque de colorido. Se puede optar por siropes, virutas de chocolate, lacasitos. Para que el resultado sea perfecto y se pueda disfrutar al máximo, se sirve en una copa para que el capricho sea perfecto. Los sabores del plátano y la frambuesa ensamblan a la perfección. En resumen, una propuesta que aúna todo lo que necesitamos ahora mismo, frescos, sabor y equilibrio.