Las galletas, listas para tomar. S. G.
La receta

Galletas de copos de avena, crema de cacahuete y pepitas de chocolate

Caseras, fáciles de elaborar y con posibilidad de congelarse hasta tres meses

Silvia G. Rojo

Salamanca

Viernes, 10 de junio 2022, 17:54

Volvemos a los viernes dulces, hoy con unas deliciosas galletas de copos de avena, crema de cacahuete y pepitas de chocolate.

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A pesar del nombre tan largo, se trata de una receta muy sencilla de elaborar y en la que el tiempo no será un ... obstáculo pues una vez mezclados todos los ingredientes, no necesitan más que 15 minutos en el horno. Además, tienen sabor casero y siempre se puede sumar la satisfacción de haberlo hecho uno mismo. Pero vayamos por partes.

En primer lugar, seleccionamos los ingredientes necesarios: 120 gr de crema de cacachuete, dos huevos, ocho cucharadas de azúcar de caña aunque si en ese momento no disponemos de esa variedad, puede servir con azúcar blanca; 200 gr de copos de avena, una cucharada de levadura, un poquito de sal y 150 o 200 gramos de pepitas de chocolate.

Para la preparación, es tan solo necesario mezclar todos los ingredientes y conseguir una masa, pero siempre conviene llevar un orden.

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Lo ideal es precalentar el horno a 180 grados mientras preparas la masa.

En un recipiente se deposita la crema de cacahuete y se añade un huevo para mezclar. A continuación se añade otro huevo y el azúcar y se bate.

Una vez listo, se suman el resto de los ingredientes: levadura, sal, copos y pepitas y se mezcla.

El resultado es una masa un tanto pegajosa así que el truco está en ayudarse con dos cucharas para crear una espiece de cookies. Es la misma técnica que muchas personas utilizan para dar forma a la masa de las croquetas.

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Obtenida la forma deseada, se depositan en una bandeja de horno que previamente se ha forrado con el papel apropiado, papel vegetal. En el horno deben permanecer unos 15 minutos.

Ingredientes necesarios para la elaboración; uno de los pasos de la receta y las galletas listas para entrar al horno. S. G.

Una vez fuera se retiran de esa bandeja para que se enfríen.

Estas galletas pueden aguantar varios días en un recipiente hermético apropiado pero también se pueden congelar y aguantarán con todo su sabor y textura unos tres meses.

El resultado son unas galletas blanditas, que hay quien definiría como correosas. En denitiva, deliciosas y elaboradas por uno mismo, con toda la satisfacción que eso supone.

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