Crujientes y deliciosas croquetas de pollo

Certámenes en cada una de las provincias animan a participar a los hosteleros y a degustar a los clientes todo un clásico que también se puede preparar en casa con un poco de paciencia. Se trata de cocina de aprovechamiento, porque para el relleno se le suele dar salida a la comida que ha sobrado durante la semana.

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En esta receta el pollo es la materia prima principal del relleno. Para empezar, en la sartén se sofríe la cebolla bien picada con un poco de aceite y a continuación se agrega el pollo que haya sobrado, ya sean unos muslos asados o un par de pechugas. Se pica bien, o por lo menos se intenta cortar lo más pequeño posible, tampoco importa si se desmiga si es posible. Se salpimenta y mezcla todo y una vez cocinado –si es que el pollo que ha sobrado estaba crudo– se reserva.

Para hacer la bechamel, en una sartén se ponen 50 gr de mantequilla y una vez fundida, la misma cantidad de harina. Se mezcla y a continuación se agrega la leche poco a poco, sin dejar de remover. Una pizca de sal y un poco de nuez moscada y se va moviendo hasta alcanzar la textura deseada. Luego se añade el relleno que habíamos reservado, se mezcla bien todo y se deja enfriar la masa en la nevera al menos de un día para otro.

Una vez fría la masa será más fácil moldearla. Puedes hacer bolas o darle la clásica forma alargada con la ayuda de unas cucharas. Seguidamente las croquetas se pasan por huevo y pan rallado y cuando la sartén, con generoso aceite, esté bien caliente, se van friendo a fuego alto para un acabado crujiente. Para retirar el exceso de aceite se depositan en un papel absorbente y listo.