Alitas de pollo fritas con un toque picante

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Lo primero que se prepara es el sofrito de ajos. En una sartén con un generoso chorro de aceite de oliva cuando esté muy caliente se echan los dientes de ajo bien picados. Una vez tostaditos, pero sin que lleguen a quemarse para que no dejen un sabor amargo, se reservan. En esa misma sartén se fríen las alitas de pollo. Antes de ponerlas en la sartén se salpimentan bien por las dos caras.

Como antes, con el aceite bien caliente se echan las alitas y se les va dando vueltas para que se vayan quedando bien crujientes y tostadas por ambos lados. En unos diez o doce minutos estarán listas. Así que el siguiente paso será echar de nuevo el ajo tostadito que previamente se había reservado.

Se continúa dando vueltas para evitar que el ajo se pegue y se vierte medio vaso de vino blanco. Cuando el alcohol se haya evaporado se añaden unas hierbas aromáticas, como tomillo o romero, y se vuelve a remover durante un par de minutos. Luego solo queda servir y disfrutarlas.