![Charo Arconada, Jesús Nieto, Laila Torrents y Lot Seunjens.](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202107/07/media/cortadas/tacmiercoles-kM3C-U140956420725AsF-624x385@El%20Norte.jpg)
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Los bailarines y los músicos de Theater Tol inauguran esta noche el XV Festival de Teatro y Artes Escénicas de Calle de Valladolid 'Pedaleando hacia el cielo'. La compañía belga, que tenía el TAC entre las citas pendientes desde hace diez años, ofrecerá una ópera urbana, un espectáculo que quiere transmitir «energía, coraje precisamente en estos momentos y recordar que el arte es imprescindible para la vida».
Lot Seunjents, directora de la compañía radicada en Amberes desde 1998, explicó que se trata de una ópera urbana «porque es abierta a todo aquel que pase por la ciudad, es teatro para quien no suele ir al teatro». Cuentan con dos cantantes de ópera y dos músicos, violín y clarinete. «No todos los que trabajan en ópera en sala pueden hacerlo fuera. Es más difícil porque tienen que moverse más, porque el sonido presenta otros retos, porque dependemos del tiempo, porque se mueven entre el público», aclaró Lot. Habrá música compuesta para esta pieza pero también obras clásicas, las partituras cambian según los cantantes. La cita con el público vallisoletano, a las 22:30 en la Plaza Mayor, que recupera con los espectáculos de gran formato.
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Laia Torrents es la mitad de Cabosanroque, una compañía dedicada al teatro expandido, «aquel que rompe con las costuras de las artes escénicas. Nuestro espectáculo 'No me hizo Brossa' ha girado por festivales y también por museos de arte contemporáneo». Este montaje será el que traigan a Serendipia (C/ Santa Fe). «Es una instalación en la que el público entre en un espacio donde se encontrará con la materialidad del sonido y el sonido sin materia.Se trata de una serie de paisajes sonoros y físicos, todo se hace en directo. Hay instrumentos que tocan solos y generan paisajes. Todo está concebido a partir de las palabras de Joan Brossa, grafista, poeta, escritor, dramaturgo, que rompió todos los moldes y se anticipó a las vanguardias europeas: a John Cage, al teatro postdramático de Heiner Müller...Hacemos una degeneración de géneros», contó Torrents.
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En ese espacio oscuro se desarrolla la experiencia de Brossa en la Guerra Civil. «Fue llamado a filas con 17 años y su primera sensación al entrar en una trinchera fue la de estar en una verbena, con sus petardos y fuegos. Esa visión tan infantil contrasta con otra simultánea, la experiencia de la magia negra. Al parecer estaba una noche de guardia, oyó que le llamaban y al ir hacia allí, en el lugar donde estaba antes cayó un obús».
Jesús Nieto dirige Onírica Mecánica que llenará la Casa del Río con su 'Ronem Ram', Mar Menor al revés, pues ensayan cerca de dicho lugar. «Trabajamos con objetos e incorporamos tecnología. Esta es una pieza de ecoficción nacida de la propuesta de unos científicos hace tres años para especular en torno a la laguna salada. Nosotros hace tiempo que hacemos confluir en nuestros espectáculos arte, ciencia y tecnología y nos sumanos a ese grupo». Y ocurrió que la ficción anunció la realidad. «Planteamos cómo sería la vida en un entorno degradado 50 años después. Yresultó que mientras especulábamos ocurrió. Primero el colapso ecológico del Mar Menor, su situación es hoy irreversible, y por otro lado, el colapso de la pandemia que comenzó justo antes del estreno», explicó Nieto.
Cada espectador entra solo y tiene una experiencia con otros seres vivos de 55 minutos. La pieza se estrenó en el Teatro de la Abadía el pasado diciembre y va cambiando a medida que rueda. Nieto celebró especialmente la idoneidad del lugar en el que podrá verse en Valladolid. Experiencia individual «pero con una dramaturgia pensada para ser vivida con otras presencias que han pasado antes y que lo han transformado. Investigamos en nuevas formas para las artes escénicas y creemos que pueden surgir en cualquier espacio. Por ejemplo, ahora andamos con una aplicación que podría conectar a todos aquellos que estén haciendo una misma pieza en diferentes sitios del mundo. Si aceptamos el espacio virtual como posible escenario, sería una experiencia colectiva de otra forma».
A su vez Laia defendió la recepción de la experiencia artística como «individual. Nos gusta que cada uno ponga su atención sobre el aspecto que más le interesa o toca. El director no guía. No somos de dar discursos, ni sentencias, preferimos abrir canales de comprensión, de sentimientos. Es una experiencia grulla que cada uno percibe en función de sus preferencias».
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