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Las jirafas rodean a la mezzosoprano en la Plaza Mayor, durante el espectáculo inaugural del TAC. Alberto MIngueza

Jirafas, selfies y primeras carcajadas en el Teatro de Calle de Valladolid

La grandilocuencia de la ópera urbana 'Les Girafes' inauguró la 23 edición de Festival en la Plaza Mayor tras los gags y malabares de Hipanna. Maleta y La Mecánica en Portugalete y la Universidad

Victoria M. Niño

Valladolid

Miércoles, 25 de mayo 2022

Vistosas, espectaculares, parsimoniosas. Así son las jirafas de la Compañía OFF que inauguró ayer el 23 Festival de Teatro y Artes de Calle con su ópera de animales 'Les Girafes' en una Plaza Mayor un poco desangelada en una fría noche de miércoles. Valladolid acoge a 46 compañías que ofrecerán 49 espectáculos en casi doscientas funciones hasta el domingo. A la sombra de esas jirafas, circo, microteatro, acrobacias, performances, teatro de objetos, malabares, todo parecerá pequeño, aunque no lo sea.

OFF propone una ópera urbana que suma música, danza, títeres de ingentes proporciones y circo. La diva Irina Tiviane justifica el título lírico con arias para seducir al Conde Ansúrez que preside la Plaza y condiciona la dramaturgia de Philippe Freslon. Su interlocutor es Monsieur le Directeur, un maestro de ceremonias circense. Escasa trama que confía en la hipnosis colectiva que ejercen las jirafas, el confeti, el humo y las bengalas. La voz de la mezzosoprano se alterna con una percusión que quiere evocar el origen de tan altos mamíferos llegados de la sabana. El intento de buscar el repertorio musical elegido desembocó en el caché. La web de la compañía informa de que mover a 40 personas en logística, equipos, artistas y demás trabajadores para este montaje asciende a 28.000 euros, negociables si se contratan más funciones. 'Les Girafes' han viajado por el mundo y ya pararon en España en Zaragoza, Madrid y Bilbao. Pero la versión de ayer es la última. Hoy repiten.

Más conceptual es la propuesta que el burgalés José Antonio Portillo hace en la Capilla del Museo de Escultura. 'A pie' es una instalación sonora, mecánica y visual que, a partir de una gran caja que representa al cerebro, recorre la dificultad de ser padres y madres. Portillo explica, ante los Duques de Lerma, su pueblo, que está especialmente dirigido a los adolescentes. Sonidos orgánicos y partitura propia acompañan la apertura de cajones que apoyan lo que las voces van sugiriendo. Concebida como una pieza que también podría estar en un museo de arte contemporáneo 'A pie' apela a percepciones más allá de las palabras, está basada en los testimonios de muchas madres y testada con públicos muy distintos.

Malabares y danza a dos

En el lateral de la Catedral, Alex Allison y Jonas Schffauer arrancaron las primeras carcajadas con su danza y su juego de pelotas a dos. Un banco y dos trampolines son suficientes para probar en gags amplificados lo complicado del entendimiento humano, a ratos indispensable, a ratos retador. 'Tunnel', de Hippana.Maleta, fue respondido con muchas risas infantiles que justificaron la reiteración y recordaron la espontaneidad de la perdida sección Off del festival.

Y otro dúo de contorsionistas del humor, La Mecánica, formado por Pau Bachero y Joan Vila, se ganó al respetable congregado en la Plaza de la Universidad. Si Portillo arranca su instalación con el mensaje de que somos la última generación con voluntad para desconectar el móvil, los mallorquines comenzaron ridiculizando la obsesión por el selfie para darse luego un baño bajo las 'Water falls' de sus cubos.

Por la mañana se presentaron tres de las seis compañías francesas que participan en este TAC. Junto a la Compagnie OFF, los acróbatas de la Cie Lézards Bleus y los de Akoreacro que estrenan 'Lignes de Vie' en el Museo de la Ciencia y 'Arret d'urgence' en el Seminario.

En los tejados del Museo de la Ciencia trabajan desde hace días Lézards Bleus y adaptan la coreografía diseñada por Antoine Le Menestrel al edificio de Moneo y De Teresa. Sobre la huella que dejamos en el mundo hablan los cuerpos de estos atletas al servicio de la idea de su director, antiguo escalador que llevó sus aptitudes deportivas a las artes escénicas. En el Seminario lanzará sus fuegos artificiales, colgará su piano de cola y desplegará sus acrobacias el elenco de Akoreacro. Jean-Françoise Pyka recordó la fundación del grupo hace treinta años y hace veinte conocieron el TAC, ganando el premio al mejor espectáculo de circo.

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