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Teloncillo saca de su chistera una 'Selva' que crecerá en el CalderónDurante los meses de frío Valladolid tiene un refugio para niños en El Desván del Teatro Calderón. Casi ochenta funciones para primera infancia se sucederán los fines de semana de invierno en el piso alto del coliseo. 64, a cargo de la compañía residente, Teloncillo, ... y el resto por otras dos invitadas.
Teloncillo lleva ya nueve espectáculos rodados en este foyer reconvertido en «lugar de misterio, magia, ilusión», en palabras de Irene Carvajal, concejala de Cultura. A 'Nidos', 'Azul' o 'La cocina', se suma el estreno de este año, 'Selva'. Ana Gallego y Ángel Sánchez parten de un espacio simbólico y unos cuantos 'juguetes' para llevar a los más pequeños a conocer cebras y leones. «Son ocho poemas de Gloria Fuertes, Carlos Reviejo y Marisa Alonso Santamaría, que cantaremos»; anuncia Ángel. «Nuestra forma de mantener la atención es sobre todo a través de la sorpresa, de manera sutil provocamos el interés sobre qué pasará, qué es eso que enseñamos», completa Ana, con una chistera en la mano que provocará el asombro del público por los habitantes que guarda. Han desarrollado tanto los complementos con los que interactúan que en algunos festivales Teloncillo está catalogada como compañía de teatro del objeto.
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Coproducen con el Calderón y ruedan cada estreno cuatro meses en El Desván. «Es una gran suerte porque cuando salimos de gira el espectáculo ya está 'contrastado' con el público, 'cerrado'», apunta Ana Gallego. Dedicados a la primera infancia desde hace más de un cuarto de siglo y doce años en este mismos espacio, los artistas han visto la evolución. «Los niños son siempre niños, pero los padres son distintos. Aveces tenemos que pedirles que guarden el teléfono, son 35 minutos de espectáculo. A los niños les retemos un poco en la antesala para pedirles que se calmen, que entren con disposición de mirar, atender, disfrutar. No se sabe por qué, quizá tantas pantallas, una actividad tan frenética, tantas cosas, que les rodean, pero atrapar su atención es más difícil», reconoce Ana. En las giras, Teloncillo constata que su apuesta es ya común en casi todos los teatros. «Ya es raro el que no tienen una programación para primera infancia», explica Ángel.
Con capacidad para cien personas, en doble función por las mañanas del fin de semana, El Desván espera ya a su público, que ha agotado las entradas de los primeros días.
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