Jesús Puebla, durante una actuación. Alberto García Rodríguez

Jesús Puebla

«Nos cuesta mucho en España prestar oídos al silencio»

El mimo vallisoletano, único representante español en el Festival de Pantomima de la Habana

Jesús Bombín

Valladolid

Martes, 14 de mayo 2024, 20:09

Con catorce años descubrió que su expresividad gestual le servía para algo más que para relacionarse con soltura. Y con el tiempo su admiración por Charles Chaplin cuajó en una vis cómica que perfeccionó en la Escuela Provincial de Arte Dramático de Valladolid. Actor, mimo, ... payaso, cuentacuentos... Jesús Puebla (Valladolid, 1966) lleva 36 años provocando carcajadas, lágrimas y ternura en el público.

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En Castilla y León es un referente en mimo y teatro gestual, especialidad que le llevará a ser el único representante español en el X Festival Internacional de Pantomima La Habana que se celebrará del 17 al 23 de junio. 'Silencio, por favor' da nombre al espectáculo dirigido por uno de sus maestros, Mario Pérez Tápanes que presentará en este encuentro.

«Acudiré con mi técnico a un festival que es como viajar en el tiempo a mis orígenes, porque mi maestro de mimo Mario Pérez Tápanes es cubano, y trabajó en el Teatro Nacional de Pantomima de Cuba, lleva media vida en España y me he formado mirándome en esa escuela cubana del gesto», En la isla caribeña mostrará el actor vallisoletano su obra, compuesta por una docena de pantomimas, «un espectáculo divertido para que el público lo pase bien y en algunos momentos se le encoja un poquito el corazón con la ternura».

Aunque nunca ha participado en la programación del TAC de su ciudad, sí lo ha hecho a lo largo de su carrera en una veintena de festivales nacionales e internacionales como la Semana Internacional de Mimo de Budapest, Fazer a Festa o el Festival Cómico de Maia (Portugal), entre otros. El año pasado protagonizó en el Teatro Calderón de Valladolid 'Soñando a Chaplin', homenaje a su gran «maestro». «Soy admirador de su trabajo y del legado que nos dejó. Me ha influido hasta el punto de que cuando veía sus películas me despertó las ganas de ser artista de mayor».

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Fuera la máscara

Desde sus inicios ha visto cómo con el tiempo los actores de mimo se desprendían de la máscara blanca, «que en su día pudo imponer terror», y también cómo las versiones más clásicas inspiradas en Marcel Marseau han dado paso a creaciones donde tiene más peso la danza contemporánea con Etienne Decroux como espejo. En su último trabajo la actuación gira alrededor de objetos. «Intento ir más allá de la técnica de mimo basada en hacer visible lo invisible, de caminar en el sitio sin moverte, hacer la pared o la cuesta, utilizar utensilios que no existen y visualizarlos.... ahora abordo la vertiente de, por ejemplo, sacar una cuerda y a partir de ahí trabajar lo que sea».

«A veces hay más luces en el patio de butacas con los móviles que en el escenario»

Al echar la vista atrás, visualiza las dificultades para trabajar en España por la escasa tradición del mimo. «Es complicado; cuando actuamos por ahí, mucha gente del público se acerca y comenta que hacía mucho que no veía mimo, que les resulta grato; no faltan quienes se sorprenden de haberse enterado de la obra a pesar de prescindir de texto. Existe bastante desconocimiento del género en España. Nos cuesta mucho prestar oídos al silencio, somos muy bulliciosos. Decía el maestro Marseau que el mimo es un arte tan esencial que pasa directamente al corazón sin pasar por el entendimiento, a la gente que lo está viendo le toca».

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Entre tanto, observa con desasosiego desde el escenario la frecuente interferencia de los teléfonos móviles. «Al comienzo de cada sesión invitamos a la gente a que los apague, a que se olvide de las redes sociales en lo que dure el espectáculo, que se relaje, porque a veces hay más luces en el patio de butacas con las pantallas encendidas que en el escenario. No tiene sentido ir al teatro y estar mirando el móvil, a los actores nos despista un montón».

«La gente necesita reír, tenemos tanta mochila encima de preocupaciones...«

Jesús Puebla

Mimo

Lo que no pierde de vista Jesús Puebla es que la demanda de carcajadas no pasa de moda y, en tiempos como estos, dice, se hace aún más imprescindible. «La gente necesita reír, tenemos tanta mochila encima de preocupaciones... Esta sociedad, lejos de acercarse a una visión más humana del mundo y de las personas, se distancia más de ella. Somos más individualistas, más fríos, nos importa menos lo que tenemos al lado. Así que cuando provocas la risa, enseguida sale».

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Emoticonos

Diestro en crear situaciones que llevan a la lágrima, la ternura o la carcajada, también consigue con «facilidad» incluso que el público variopinto que acude a vele actuar «se quede pensando. Hemos hecho cosas para niños y los mayores se han enganchado tanto o más que ellos».

En una época en la que el lenguaje gestual se impone en la conversación tecnológica echando mano apresurada de emoticonos, invoca Jesús Puebla la habilidad para comunicar emocionando con cercanía y presencia.

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