Muerte de Concha Velasco
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Muerte de Concha Velasco
«Es una de las personas que con más orgullo presumió de ser de Valladolid»«Me ha dejado bastante tocado», repite en varias ocasiones el exalcalde de Valladolid Francisco Javier León de la Riva, visiblemente afectado, sobre el fallecimiento a los 84 años de la actriz Concha Velasco, esa «muchachita de Valladolid que siempre presumió de ser vallisoletana, ... que quiso ser artista como decía la canción aquella, y lo fue».
Admite que «llevaba bastante tiempo temiéndose lo peor», pero se aferra al «montón de conversaciones telefónicas» que mantuvo con ella «y que son muy emotivas». «Es una de las personas que con más orgullo presumió de ser de Valladolid. Siempre tuvo un recuerdo para la ciudad; allá donde estaba salía a relucir y para bien la ciudad de Valladolid», asevera.
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Se deshace en halagos De la Riva hacia la «chica ye ye», con quien, dice, tanto él como el también exalcalde socialista Tomás Rodríguez Bolaños -que falleció en noviembre de 2018- tuvieron una gran amistad. De hecho, hace hincapié en que en 2018, con Óscar Puente como alcalde, el Ayuntamiento concedió la Medalla de Oro de la Ciudad a la artista «y ella pidió que en la entrega estuviéramos en el escenario tanto Tomás como yo; tenía una amistad tremenda con los dos, y más de una vez comimos juntos», rememora.
Precisamente, siendo Francisco Javier León de la Riva primer edil le dedicó una calle en 'su' Valladolid, en marzo de 2015. Muy próxima a la Plaza de Toros. «Fue, sobre todo, una vallisoletana, y modestamente le dediqué una calle en Valladolid; me acuerdo porque además me ayudó un juez», revela el exalcalde, al tiempo que recuerda cómo «se la saltaban las lágrimas» cuando, tras rehabilitar el Laboratorio de las Artes LAVA -antiguo Matadero- decidieron que una sala de teatro llevara el nombre de la artista.
Era Concha Velasco, ante todo, una persona que destacaba por su «sencillez y cariño». Una mujer con la que, a pesar de estar en las antípodas ideológicas con De la Riva, «supo compatibilizar su condición de socialista con sus fuertes convicciones cristianas, pues era una persona muy creyente». Una mujer muy querida entre sus paisanos y que, para el que fuera alcalde de Valladolid durante veinte años, lo logró todo en su ciudad. «Más no se puede; tiene una calle, un teatro, la Medalla de Oro, que es la máxima distinción de la ciudad... Pues falta un homenaje», valora.
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