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Rodrigo Cuevas interactúa con el público durante el concierto. Rodrigo Jiménez

Rodrigo Cuevas convierte el Delibes en una sala de fiestas

El artista asturiano protagoniza un concierto en el que cantar y bailar es un premio que comparte con el público

Domingo, 3 de marzo 2024, 23:12

Si justo el año antes de pandemia se percibió el debut de Rodrigo Cuevas como un revolucionario caso de innovación y transgresión, su continuidad en 2024 llega con la serenidad de ese visionario que vino para quedarse y no para disolverse con la efervescencia ... de unos titulares apasionados pero efímeros. Su actual trabajo 'Manual de romería' expone a un artista que naturaliza las diversas expresiones musicales del 2024 tanto como la libertad de cantar en lenguas autóctonas y oficiales o bien de vestirse como un Ziggy Stardust de alta montaña. La libertad es sinónimo de contemporaneidad y de naturalidad en el Rodrigo Cuevas que anoche pasó por la sala Sinfónica del Delibes. Y las capas ya son algo circunstancial ante el verdadero valor de su propuesta.

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Cuevas nos llevó de romería del sigloXXI y para ello eligió un atrezo entre lo tradicional y lo tecnológico con sus músicos estacados al estilo kraftwerk y con él llenando cada hueco de la primera línea de escena. Cuevas celebra en directo una discografía repleta de esfuerzo, investigación y coherencia. Cantar, bailar y disfrutar es un premio que comparte con un público que sigue aceptando su libre verso. Por eso, sus conciertos son una celebración y una fiesta en el que la profundidad de su trabajo se manifiesta sin gravedad, con empatía y con una cortísima distancia entre su público y él.

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Tras una 'intro' bajando por el patio de butacas entre el público, Cuevas se lanzó a su propia fiesta desarrollando un repertorio (como él bromeó) «de témazos» y de verdaderos momentos. Comenzó con 'Más animal' y con un 'Allá arribita en el que hay que destacar también la pareja de baile repleta de recursos modernos y tradicionales. Aunque la noche iba de romería también hubo momentos para su anterior disco con 'Arboleda bien planta'. La sensibilidad se manifestó en 'El día que nací yo' y en la premiada 'Dime ramo verde' con guiño incluido a la 'mala educación' reglada.

El público llenó la sala Sinfónica. R. Jiménez

Estaba escrito que la sala sinfónica acabaría convirtiéndose en 'sala de fiestas' y eso llegó con 'Casares', con las sonoridades 'eurobeat' de 'Como ye' o con el imbatible 'Xiringüelu'. Sin duda, toda una romería en plena celebración. Rodrigo Cuevas, hay cuerda para rato…

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