![Rodrigo Cuevas interactúa con el público durante el concierto.](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/03/03/tr-ksqB-U2101716401915GCE-1200x840@El%20Norte.jpg)
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Si justo el año antes de pandemia se percibió el debut de Rodrigo Cuevas como un revolucionario caso de innovación y transgresión, su continuidad en 2024 llega con la serenidad de ese visionario que vino para quedarse y no para disolverse con la efervescencia ... de unos titulares apasionados pero efímeros. Su actual trabajo 'Manual de romería' expone a un artista que naturaliza las diversas expresiones musicales del 2024 tanto como la libertad de cantar en lenguas autóctonas y oficiales o bien de vestirse como un Ziggy Stardust de alta montaña. La libertad es sinónimo de contemporaneidad y de naturalidad en el Rodrigo Cuevas que anoche pasó por la sala Sinfónica del Delibes. Y las capas ya son algo circunstancial ante el verdadero valor de su propuesta.
Cuevas nos llevó de romería del sigloXXI y para ello eligió un atrezo entre lo tradicional y lo tecnológico con sus músicos estacados al estilo kraftwerk y con él llenando cada hueco de la primera línea de escena. Cuevas celebra en directo una discografía repleta de esfuerzo, investigación y coherencia. Cantar, bailar y disfrutar es un premio que comparte con un público que sigue aceptando su libre verso. Por eso, sus conciertos son una celebración y una fiesta en el que la profundidad de su trabajo se manifiesta sin gravedad, con empatía y con una cortísima distancia entre su público y él.
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Victoria M. Niño
Tras una 'intro' bajando por el patio de butacas entre el público, Cuevas se lanzó a su propia fiesta desarrollando un repertorio (como él bromeó) «de témazos» y de verdaderos momentos. Comenzó con 'Más animal' y con un 'Allá arribita en el que hay que destacar también la pareja de baile repleta de recursos modernos y tradicionales. Aunque la noche iba de romería también hubo momentos para su anterior disco con 'Arboleda bien planta'. La sensibilidad se manifestó en 'El día que nací yo' y en la premiada 'Dime ramo verde' con guiño incluido a la 'mala educación' reglada.
Estaba escrito que la sala sinfónica acabaría convirtiéndose en 'sala de fiestas' y eso llegó con 'Casares', con las sonoridades 'eurobeat' de 'Como ye' o con el imbatible 'Xiringüelu'. Sin duda, toda una romería en plena celebración. Rodrigo Cuevas, hay cuerda para rato…
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