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El legado de Irakere resuena en el UniversijazzYa lo advirtió José Luis Gutiérrez, director artístico del Universijazz, en sus palabras inaugurales al acto de ayer miércoles: «El jazz latino es una explosión, y probablemente Irakere sea la banda más representativa de esa corriente». Y es que Cubanías – Irakere Masters era una muy ... personal apuesta del responsable del encuentro estival de jazz en el Colegio San José. «Son parte del legado y la esencia de esa mítica banda en la que estuvieron Paquito d'Rivera, Chucho Valdés o Arturo Sandoval», explicó, tratando de trazar un origen del género a partir de un encuentro en un taxi entre este último, al volante, y un Dizzy Gillespie en visita a La Habana.
Bajo el título 'Cubanías – Irakere Masters', el segundo día del Universijazz arriesgaba y, en lugar de optar por rescatar a un artista, una dupla o un conjunto que recalase en nuestra ciudad en medio de su gira nacional o internacional, apostó por un acercamiento a la banda de 'Misa negra', que este mismo año celebró su 50 aniversario con un concierto en Miami.
Ya en su primer tema, estos Irakere Masters demostraron que el jazz latino iba a tener una prominencia notable en todo el espectáculo, como se encargó de determinar el imponente saxo tenor de Carlos Miyares y, sobre todo, Miguel Ángel 'Wiwi' García al piano, en un arranque vigoroso y a la altura de lo que cabría esperar de un concierto que llevaba en sí el nombre de Cubanía.
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El trompetista Julito Padrón, también presente sobre el escenario, era el autor responsable de este primer tema, 'Alabao sea Dios'. Y aunque Padrón se permitió su propio momento de brillar en soledad, en todo momento el octeto tuvo claro que Irakere Masters funcionaba más y mejor, como cualquier Big Band que se precie, como un todo más allá de la suma de sus partes.
Irakere, por cierto, toma su nombre del dialecto yoruba, en un vocablo que significa «Vegetación». Y esto dice más del grupo no tanto por la palabra elegida sino por el idioma germinal, en un momento clave (finales de los sesenta, principios de los setenta) para la cultura africana; no en vano, el multiinstrumentista y posterior leyenda nigeriana Fela Kuti grabó en este idioma sus primeros temas con los conjuntos Koola Lobitos y Nigeria 70.
Ese toque netamente africano se dejó ver especialmente en el solo de percusión de Adel González, más cercano a los sones de Babatunde Olatunji y a cualquier instrumental enmarcado en el highlife o el afrobeat que a otras variantes de latin-jazz netamente cubana. El segundo tema, obra del también trompetista Carlos Sarduy, optó por una variante funky que bañó la velada con una capa de mayor modernidad.
Padrón prescindió de la trompeta y se sirvió de sus propias cuerdas vocales para 'Aprieta', ocasión de lucimiento para el bajo de Yandy Rodríguez y la batería de Rodney Barretto. Claritzel aportó un cambio fresco ostentando una sangre caliente y netamente cubana, tanto en su voz como en sus rítmicos bailes. A continuación. Irakere Masters se retiraba del escenario para dejar a Claritzel sola ante el pieno, con el que atacó el clásico bolero '¿Cómo fue?', aunque el conjunto no tardó en regresar para acompañarla en 'Delirio'.
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