Con menos regularidad de la que necesitamos, surgen en el panorama musical artistas capaces de crear su sello de identidad no solo con sus sonoridades, sino también con su manera de narrar el presente. Nombres que se salen de los estándares de la composición gracias ... a un uso personal y elaborado de la narrativa lírica que se integra en la 'nanocreación' de las canciones. El vallisoletano Erik Urano lleva tiempo exponiéndose a nivel nacional como uno de estos escasos talentos. Y en su nuevo trabajo, 'Qubits', vuelve a materializar nuestro presente real y digital desde la perspectiva del avatar, codificando la conducta del ser humano actual bajo un léxico tecnológico domesticado por la costumbre.
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Flanqueado por el dj de Bad Gyal, Merca Bae, Erik Urano transita entre la electrónica y el hip-hop, para ofrecer un paisaje repleto de 'backup systems' y 'bots' desde un realismo que recuerda a las narrativas crudas de Digital 21 o de Lagartija Nick, formación esta última que el propio Erik confiesa venerar «por su disco 'Omega', por su admiración a Val del Omar y por su capacidad de mutar y reinventarse».
Erik se encuentra prácticamente haciendo las maletas para su próxima escala nacional en la presentación del disco, cargado de códigos profundos y también bailables. El artista vallisoletano confiesa que se siente satisfecho de haber creado este trabajo en un punto medio entre el hip-hop y la electrónica: «Es mi forma natural de hacer lo que hago». «Se trata de un proceso artesanal que llevo perfeccionado varios años y en el que me siento muy a gusto. Por una parte, no puedo dejar de lado el lenguaje expresivo que heredé del rap, pero lo uso utilizando atmósferas o colchones musicales que refuercen mi narrativa. Y para eso, la música electrónica es perfecta».
A este punto medio musical hay que profundizar en las habilidades narrativas, completas de tecnicismos que, según Erik, forman parte de un proceso que ha madurado a lo largo de los años. «Opté por este tipo de narrativa y de profundidad en mis frases, que acabaron convirtiéndose en una seña de identidad y en una manera peculiar de hacer rap o de escribir», apunta el artista. «Escribo abordando temáticas de expresión que no suelen verse en el género y que además me salen de una manera natural. Voy cuidando cada vez más el 'tempo' y la economía del lenguaje e intento ser capaz de decir más con el menor número de palabras… perder complejidad forma parte de esa artesanía en la que sigo trabajando».
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Aunque su dj de cabecera, como él confiesa, es Zar 1, lo cierto es que en 'Qubits' –cuyo videoclip se ha grabado en el Museo Patio Herreriano– se ha asociado con el salmantino Merca Bae. «Él está muy metido en el ámbito del dj. Juntos hemos conseguido dar con esa mezcla exacta de temas que funcionen a las 3 am en una pista de baile y también dando un paseo por la noche con el perro en tu ciudad». De esta manera, han surgido temas como 'I+D', 'Looper' o 'Back up' que, sin duda, representan la parte más artística y menos superficial de los sonidos urbanos que imperan en las plataformas musicales de la actual década.
Con su anterior trabajo, Erik Urano logró extender uno de nuestros localismos más autocríticos por todo el panorama internacional. Fue con el disco 'Neovalladolor', título que Erik Urano admite que «la gente se lo tomó de un modo más peyorativo de lo que en realidad es». «Para nosotros es un término que llevamos escuchando desde chavales, y que además es más bonito y hogareño que el término 'fachadolid'». Erik sentencia: «Valladolor es el caldo de cultivo donde se han generado los movimientos culturales de la ciudad, al margen de la cultura oficial».
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Como representante de la cultura del rap de nuestro país, a Erik Urano se le abre cierta herida cuando se le pregunta si España también es 'Españadolor', teniendo en cuenta las condenas de cárcel o el exilio de compañeros suyos de género musical, como Pablo Hásel o Valtònyc. «Estamos en uno de los mayores borrones de nuestra historia reciente», dice Urano. «Da casi más miedo la naturalidad con que todo el mundo ha aceptado tener a un rapero en la cárcel, más que el haberlo encarcelado o exiliado». En este sentido, el artista vallisoletano explica que «equiparar palabras a actos es muy peligroso. Se nos olvida que tanto en el humor como en el arte, la subjetividad y el contexto tienen un peso muy importante que no puede obviarse. No puede aplicarse a la realidad el contexto de una canción o el contexto creativo».
¿Habrá concierto para presetar 'Qubits' en Valladolid? De momento, no hay cerrada ninguna fecha. «Es una pena», dice. «Ni siquiera pudimos presentar 'Neovalladolor' en 2020 y fue un poco frustrante ya que aquel show era muy inmersivo, pues estaba focalizado para teatros por el tema de la pandemia. Espero que en algún momento pueda presentarlo en Valladolid, tanto en el formato 'qubites' como en otro con Zar1». «Quiero exponer el disco como una especie de electrónica que la gente pueda bailar y disfrutar, ahora que ya no hay que estar sentados y que podemos juntarnos y pegarnos. Seguir trabajando con Zar1 me permite poder dar un repaso a trabajos anteriores como 'neovalladolor' y a otros más antiguos».
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Los directos ya le han llevado a Barcelona y Madrid (compartió escenario con Dorian, Lori Meyers o Miss Cafeína)y actuará este verano en los festivales BBKLive (Bilbao), Riverland o Brillante.
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