La segunda vez que Juan Navarro fue a contar el incendio de la Sierra de la Culebra iba a ser una parada en el trayecto hacia Cáceres, donde tenía que hacer un reportaje sobre el AVE en Extremadura. Pero la muerte de un brigadista y ... las dimensiones del desastre convirtieron Zamora en su destino. Las decenas crónicas que publicó en 'El País', las cientos de notas inéditas a pie de jornada y unas cuantas entrevistas han armado 'Los rescoldos de la Culebra' (Libros del K. O.), que llega hoy a las librerías.
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Navarro (Valladolid, 1993) conocía Aliste, Sanabria, Alcañices, pero la Sierra de la Culebra, no. Al cabo del verano de 2022 sabía leer los mapas comarcales, los caminos y carreteras terciarias como un lugareño. «En seguida me di cuenta de que, como tantas veces en esta profesión, había una historia más larga que contar, a fin de cuentas una página da para lo que da», dice recordando el germen del libro.
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«Esta tragedia cobró peso por las cuatro defunciones, por las quejas de los bomberos, por la reacción política, por las consecuencias económicas y sociales de tanta superficie quemada. Y porque, lamentablemente, puede volver a ocurrir en Teruel, Segovia o Albacete». En cualquier provincia donde «la despoblación determine una menor inversión en unidades antiincendios y el monte esté descuidado». El cambio climático eleva la frecuencia de sucesos antes esporádicos.
Navarro reconoce que la «despoblación es un problema que excede el ámbito autonómico, es europeo» y que la Junta elevó su inversión en la zona. «De lo que se quejan allí es de que hay más recursos y más equipación pero no formación específica para que los brigadistas lo usen.Se tomaron otras medidas de brocha gorda como reforzar la base de Villardeciervos», explica Navarro. Y luego hay una cuestión de los tiempos de recuperación. «En la mente de todos está el desastre del 'Prestige', y tras unos años se han recuperado las zonas de marisqueo. Pero aquí se tardará 60 años en recuperar el pasto, en que pueda volver la apicultura o el turismo rural». El lobo también ha emigrado, como las setas.
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«Conseguí hablar con la viuda del bombero fallecido, me contó cómo fue aquella anoche tan triste. Ycon el hermano del pastor que murió, que lo ve con esa resignación tan propia de esta tierra y te deja un poco frío. Me hubiera gustado hablar con más gente pero entiendo que cada uno lleva el dolor de una manera. Creo que lo que se cuenta puede tener más visibilidad y provocar más reacciones aunque si tienes un familiar agente forestal no vas a comprometer su trabajo», explica el periodista.
Fue recibido por el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz. «Me dio un punto de vista muy administrativo sobre la relación entre despoblación y reparto de recursos. Solo dudó cuando le pregunté si le gustaría que un hijo suyo trabajara en el bosque por 1.000 euros al mes. Por 1.000 euros no vas a apagar incendios, ni se consiguen profesores o médicos». El incendio de la Culebra engulló 60.000 hectáreas, el 6% de la provincia de Zamora, y cuatro vidas.
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