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Vaya por delante mi desconfianza hacia las adaptaciones cinematográficas de obras literarias. Percibo una gran diferencia entre el trabajo de un novelista como guionista de cine y el de un guionista que escribe un guion tomando una novela como base. Raymond Chandler o William Faulkner ... dieron guiones extraordinarios a los estudios cinematográficos para los que trabajaron. Al revés –el caso de guionistas que escriben grandes guiones tomando como punto de partida una novela– no encuentro ejemplos memorables. La razón reside, sin duda, en que, aunque cine y novela comparten determinadas características: trama, tiempo narrativo o espacio donde la acción tiene lugar, hay una diferencia sustancial. La novela es esencialmente palabra, mientras que el cine basa su fuerza en la imagen. Puede parecer una cuestión nimia y, sin embargo, la palabra sugiere, permite la reflexión o la lectura repetida de algunos fragmentos, mientras que el cine muestra y apenas deja lugar para la sugerencia, como tampoco permite la reflexión durante la proyección ni volver atrás. Además en el cine hay en juego más millones que en la literatura y los productores diseñan, junto con sus equipos de promoción, la película para una audiencia muy concreta. Poco dejan al azar, algo que en la literatura aún es posible, aunque cada vez ese algo sea menor.
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De todo ello el lector habrá inferido que la adaptación de 'Leyendas de pasión' me ha gustado poco porque lo que hay de sincero y vivo en la 'novella' desaparece en la película. Si el escrito es una reflexión sobre la ética humana en un medio hosco, arrebatado a la población nativa, y que va desapareciendo gradualmente, en la película es solo una historia de lucha y matrimonio –los dos ingredientes de cualquier narración amorosa, como por ejemplo 'El espía' de James Fenimore Cooper–.
En la película el tiempo narrativo es lineal, algo que no ocurre con la narración escrita, donde aquel va y viene entre el pasado y el presente. A ello hay que añadir que en la película los primeros años de la vida de la familia se resumen en pocos minutos para centrarse en aquello que el director considera más importante: la participación de los protagonistas en la Gran Guerra europea y los años posteriores en la granja en Montana, un lugar, por cierto, pintoresco donde la naturaleza no parece amenazante ni amenazada.
La película desarrolla la historia de los amores frustrados de Tristan y Susana, en la que los años infantiles son de gran importancia para la formación de Tristan, aunque apenas aparezcan pinceladas de esos días, y la guerra en Europa los muestre el director como una confirmación y culminación del carácter que Tristan forjó en esa niñez y adolescencia, aunque, de nuevo, apenas haya nada explicado. Viene luego el regreso a la granja, una nueva huida, su regreso casi definitivo para casarse con una niña mestiza cuyos padres trabajaban para el padre de Tristan. Todo ello contado por un indio que trabajó con ellos en la granja y enseñó a Tristan en la infancia parte de su cultura india. Si en la 'novella' el narrador es alguien que no toma parte en la historia, en la película es dicho personaje con el propósito de lograr una mayor identificación del espectador con la historia.
Cada una de las huidas, o viajes de Tristan: en Francia tras la guerra, por África en otra ocasión, tiene una razón de ser en la novela, algo que, desgraciadamente no aparece en la película dejando a ésta falta de la profundidad humana de los personajes literarios. De igual modo, los paisajes son, ya lo he dicho, pintorescos: paisajes que agradan a la vista donde los tonos dorados y los verdes vivos predominan, con el propósito de lograr escenas que agraden a los espectadores. El elemento amenazador de dicha naturaleza aparece solo la vez en que el oso ataca a Tristan, dejando de lado lo grandioso y sobrecogedor de algunas zonas de la Montañas Rocosas. Una vez más, otra de las reflexiones de Harrison, en este caso sobre el ocaso del mundo natural que existió a comienzos del siglo XX, desaparece de la película, e incluso está tergiversado al mostrar la película dichos paisajes hermosos y atemporales.
Como último apunte de la distancia que hay entre película y obra literaria, hay que señalar que incluso el título es distinto al que el novelista puso a su escrito. 'Leyendas de pasión' señala, con total claridad, al romance más o menos frustrado entre Tristan y Susana así como, de manera algo tangencial, al carácter apasionado, cabe decir colérico, del propio Tristan. El título original 'Legends of the Fall' hace referencia al otoño y al ocaso, en término muy amplios. Es ciertamente una historia legendaria de un tiempo que ya ha pasado, el ocaso de un mundo que el narrador vivió.
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