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Luis Mateo Díez, en la Feria del Libro de Valladolid de 2015. Henar Sastre
Un Cervantes para el fabulador inagotable

Un Cervantes para el fabulador inagotable

El premio jalona el universo de Luis Mateo Díez, que sublima la tradición del filandón con una extensa obra protagonizada por un ingente batallón de soñadores de humor quijotesco en el territorio de Celama

Victoria M. Niño

Valladolid

Sábado, 4 de noviembre 2023, 00:44

En el verano de 1967, Luis Mateo Díez, leonés de 25 años que preparaba oposiciones en Madrid, se prohibió escribir queriéndose prevenir de los «desvíos imaginativos» que disipaban su atención. Fue el único ayuno fabulador del último Premio Cervantes.

«No hay estación que oriente ... la soledad con más rigor que el invierno», sostiene quien nació en el Valle de Laciana, donde se acortaban las noches frías con filandones y caloches, reuniones en las que se contaban historias. Las horas de desván, los libros de su padre y la compañía de su hermano Antón, dibujante, terminaron por disparar la imaginación de aquel «niño miedoso y adolescente desasistido, como tantos otros».

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