La UVA recuerda el carisma del catedrático Paco Plaza

El acto arrancó con unas palabras de Antonio Largo, rector de la Universidad de Valladolid, para quien Paco Plaza (como le conocía todo el mundo) en vida «supo distinguir que un historiador del arte es testigo de la época que le toca vivir». Largo dibujó toda la trayectoria vital y profesional del profesor, de quien destacó su «conocimiento del mundo antiguo, experto en el ámbito renacentista; y su concepto integrador de las disciplinas y las ideas».

A continuación, Eloísa Wattenberg, presidenta de la Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, señaló cómo el recordado docente comparaba a menudo el cine con el aleph del cuento homónimo de Borges: «Es una esfera que concentra el tiempo y el espacio y que todo lo reúne», solía decir. Desde el punto de vista de Wattenberg, Plaza era en sí mismo un Aleph, «que albergaba todo el saber con una gran naturalidad». Del homenajeado también se destacó su poder de convocatoria y atracción de toda una multitud diversa en intereses, edades y formación: «Que sea el recuerdo de su legado lo que nos dé eterno motivo de gratitud por su memoria».

El actual director de la Cátedra de Cine, Javier Castán, recordó que Plaza siguió interviniendo en los cursos de estética y cinematografía «con clases a las nuevas promociones de estudiantes, con su bien hacer y con el prestigio que gracias a él la institución mantuvo». Este acto, el segundo que le rinde tributo tras su fallecimiento el pasado mes de mayo, supone a su vez el homenaje que él siempre se negó a tener en vida.

«No estábamos acostumbrados a que ningún profesor tuviera una audiencia tan continuada como él», rememora Castán, quien admitió el «vértigo» que sintió al tener que sucederle al frente de la Cátedra. También, claro, la «fortuna de contar siempre con su apoyo».

El acto homenaje reservó un segundo bloque para centrar más el impacto de la figura de Francisco Javier de la Plaza en la Cátedra de Cine. De carácter más marcadamente informal, la segunda mitad arrancó con la intervención de la profesora Carmen Sáez, quien enhebró algunas anécdotas pasadas vividas junto a De La Plaza en recuerdo de décadas anteriores. «Al depender del vicerrectorado de Extensión Universitaria, el principal reto fue hacer crecer la Cátedra de dentro hacia afuera», rememoró Sáez. Eran los primeros pasos del curso de posgrado de cine.

En parte Máster en Historia y Estética de la Cinematografía, en parte curso de interés para alumnos sin formación pero con inquietudes en el séptimo arte, aquella formación se consolidó con el flujo de estudiantes (que cosechó hasta 130 alumnos por promoción en sus mejores momentos) y profesorado de todas partes del país, gracias a lo cual se convirtió en todo un referente nacional. «Era la persona más adecuada, más exquisita y más sabia que he conocido», sentenció sobre De la Plaza quien fue su secretaria mientras aquél dirigió la Cátedra.

Tanto Sáez como Fernando Méndez-Leite, presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, recordaron la figura del padre Staehlin, coordinador docente de los primeros cursos y otro de los responsables en fijar gustos e intereses por el cine desde el ámbito universitario. Con buenas dosis de humor, en su propio recorrido (auto)biográfico Méndez-Leite no tardó en agasajar a De La Plaza: «Era un hombre impar, único, sabio, sencillo y muy guapo», enumeró entre risas. «No era frecuente en esa época que un catedrático tuviera tanto interés o conocimiento en torno al cine, pero Paco parecía que sabía de todo». También situó Méndez-Leite el germen de la Cátedra en el Festival Internacional de Cine, Seminci.

Precisamente el actual director de este certamen, y antiguo alumno de la Cátedra de Cine, José Luis Cienfuegos, fue el responsable de tomar la palabra en último lugar: «La Cátedra de Cine se entendía como un espacio de resistencia y de conocimiento del séptimo arte clásico, y creo que eso se nota en la manera que hoy tenemos de programas filmotecas o festivales», valoró. «Plaza tenía una manera de entender lo académico y a muchos nos enseñó cómo inyectar, en una programación, el conocimiento a través del arte cinematográfico».

El acto concluyó con una proyección de 'La mujer pantera' de Tourneur, «una película sobre la que De la Plaza trabajo en varias ocasiones y a la que dedicó numerosas clases y seminarios», en palabras de Castán. El también decano de la Facultad de Filosofía y Letras anticipó un nuevo acto homenaje a De La Plaza de cara a marzo de 2024, con la proyección de 'En la ciudad sin límites' y la participación de su realizador, Antonio Hernández.