![Aula de Cultura: Juan Manuel de Prada presenta en Valladolid su biografía de Ana María Martínez Sagi](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202212/13/media/cortadas/1459276825-kqbE-U1801032692752R3F-1248x770@El%20Norte.jpg)
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La de Ana María Martínez Sagi (Barcelona, 1907-2000) fue una vida «única, inverosímil y desmesurada, tan interesante como contradictoria».
Vivió el esplendor de su poesía en los primeros años 30 y fue fotógrafa en el frente durante la Guerra Civil. Coqueteó con el anarquismo y escribió para revistas católicas. Se exilió en Francia y más tarde fue profesora en la Universidad de Illinois. Ejerció como pintora callejera y cultivó flores aromáticas para la industria del perfume. Escribió hasta que dejó de hacerlo y pasó los últimos veinte años de su vida en el más absoluto anonimato, en un pueblecito de Cataluña donde nadie supo que aquella fue, en su día, una mujer famosa.
Juan Manuel de Prada le dedica 'El derecho a soñar' (Espasa), 1.712 páginas en dos volúmenes que sirven para trazar la biografía de una escritora «tan interesante como misteriosa». De Prada presentó este martes esta obra –que fue primero tesis doctoral– en el Aula de Cultura de El Norte de Castilla, patrocinada por la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, Fundación Vocento y Fundación la Caixa.
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Víctor Vela
«Este libro es un trabajo documental exhaustivo, amoroso, apabullante y emocionante:una lección sobre cómo se debe investigar», dijo durante la presentación Carmen Morán, doctora en Filología Hispánica y Profesora de Literatura Española en la Universidad de Valladolid.
«Hay un acopio ingente y minucioso de datos, que, al mismo tiempo, sin tener ficción, son presentados como si se tratara de una novela apasionante, con recursos incluso de los libros de novela policiaca: objetos que serán relevantes en la historia, como fotos, un magnolio, un cojín o un misterioso neceser».
«Ha sido un trabajo demoledor y muy hermoso», aseguró De Prada, quien para su investigación recorrió más de 80 archivos (de España, Francia, Suiza, México, EEUU, Venezuela) y entrevistó a más de 70 personas que conocieron en vida a Martínez Sagi. «Amí siempre me han interesado los escritores malditos. Y, buscando en la literatura de la época, me encontré con una entrevista que César González Ruano hizo en 1930 a una joven catalana que viajó a Madrid para presentar un libro de versos. Me pareció un personaje fascinante:una mujer que se proclamaba republicana, que decía ser campeona de lanzamiento de jabalina y que tenía una inquietud política y feminista».
De Prada comenzó a investigar sobre aquella mujer. «Me resultaba perturbador que alguien que había sido tan célebre (publicó dos libros antes de la Guerra Civil y otro más en los años 60) cayera después en un olvido del que ni siquieran la sacaban los expertos en la literatura de aquella época».
El escritor con raíces zamoranas mantuvo varios encuentros en vida con Martínez Sagi. Le dedicó un primer libro ('Las esquinas del aire', año 2000), «pero descubrí que en lo que me contó había lagunas, incongruencias».
«Una de las que me provocaba más desazón e inquietud es que me contó que había salido de España, en enero de 1939, por el mismo paso fronterizo que Antonio Machado, y que llegó a coincidir allí con él». Martínez Sagi legó a De Prada sus escritos inéditos y su legado literario. Mientras lo repasaba, el escritor descubrió un poema fechado en un paso fronterizo al que la poeta siempre explicó. Fue ahí cuando De Prada decidió contar la vida de esa mujer no por lo que ella contaba, sino por lo que revelaban los documentos históricos.
Por eso se embarcó en una «búsqueda loca» para conocer mejor a una mujer que convirtió el recuerdo de unas vacaciones en Mallorca (junto a Elisabeth Mulder, el gran amor de su vida) en el epicentro de su obra poética. Investigar y contar su historia ha sido «un trabajo bestial, una locura fruto de una obsesión», pero que el personaje, concluye De Prada, merecía.
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