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Ocho tallas femeninas de Gregorio Fernández: de lo alto del retablo a pie de sacristíaMargarita, Inés, Catalina y Bárbara han pasado 400 años colocadas entre la iconografía de la parte superior del retablo de San Ignacio; y Apolonia, Cecilia, Águeda y Lucía en el de San Francisco Javier. Los bustos de todas estas santas fueron tallados por la gubia ... de Gregorio Fernández y ahora han sido bajados a la sacristía del mismo templo en el que continúan siendo objeto de devoción, la iglesia de San Miguel y San Julián. 'Santas mujeres' da título a la muestra de las ocho imágenes que se pueden contemplar hasta el 30 de junio. «Hemos quitado el polvo histórico a las esculturas y ahora lucen maravillosas a la vista cercana de quienes quieran contemplarlas», comenta Javier Carlos Gómez, al frente de la parroquia vallisoletana.
Decenas de personas acudieron a la puesta de largo de esta exposición promovida por la parroquia en colaboración de la Fundación Las Edades del Hombre. Las santas que la protagonizan tienen detrás una historia que comienza en 1622. El 12 de marzo de aquel año el Papa Gregorio XV canonizaba a San Ignacio y San Francisco Javier, y unos años antes se había comprometido en la parroquia –entonces en manos de la Compañía de Jesús– la construcción de un retablo monumental. «El proyecto finalmente se abandonó y aquellas imágenes esculpidas por Gregorio Fernández se colocaron en los retablos laterales y en otros lugares», resume el comisario de la muestra e historiador y teólogo José Manuel Losa.
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Sonia Quintana
Ahora, en peanas habilitadas sobre el suelo ajedrezado de la enorme sacristía lucen Santa Lucía y Santa Águeda, con sendas bandejas con ojos y pechos símbolo del martirio que padecieron. En otro extremo la patrona de los músicos, Santa Cecilia, y Santa Apolonia, de los dentistas, con la palma de mártir. Las acompañan también Santa Bárbara, protectora contra las tormentas, y Santa Catalina, Virgen y mártir.
Continúa el recorrido con Santa Inés con el cordero pascual y Santa Margarita junto a un dragón como alegoría de la lucha contra el mal. «Son estas obras un tesoro que hemos recibido de nuestros mayores y queremos conservarlas igualmente para transmitirlas a las futuras generaciones, dar continuidad a lo que ha sido y sigue siendo una experiencia de fe y catequesis en las iglesias y en las calles cuando las imágenes procesionan», señaló Jesús García Gallo, delegado de patrimonio del Arzobispado.
El templo de San Miguel y San Julián es el que más piezas del taller de Gregorio Fernández atesora en la ciudad, un total de 35, entre ellas un Cristo Yacente en una de las capillas laterales. Además, cuenta con una colección de 120 pinturas barrocas firmadas, entre otros artistas, por Felipe Gil de Mena, Diego Valentín Díaz, Bartolomé Santos, Juan de Roelas o Luis Morales 'El divino'.
Desde la Fundación Las Edades del Hombre, Olalla González expresó su gratitud hacia la parroquia por colaborar aportando piezas a diferentes exposiciones organizadas por la entidad, cuya sede está emplazada en el monasterio de Santa María de Valbuena, en San Bernardo, donde además se restaura arte. También defendió iniciativas como la de 'Santas mujeres' por contribuir «a reforzar el patrimonio como elemento de dinamización, pues supone una apuesta por el turismo religioso en su vertiente didáctica y artística».
La muestra, con entrada gratuita, estará abierta al público en la iglesia de San Miguel y San Julián hasta el 30 de junio, de martes a sábado de 11:15 horas a 13:30 horas y de 18:00 a 20:30 h.
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