Verónica Casado, en su despacho de la Consejería de Sanidad el pasado viernes, cuando se realizó la entrevista. Gabriel Villamil
Entrevista con la consejera de Sanidad

Verónica Casado: «Los colegios podrían abrir con el número de casos que hay ahora»

La responsable de la lucha contra la pandemia en la comunidad señala que una incidencia alta no supone un problema si se puede controlar

Arturo Posada

Valladolid

Domingo, 23 de agosto 2020, 07:49

Verónica Casado Vicente (Reims, Francia, 1959) es la cara más reconocible de la lucha contra la pandemia en Castilla y León. Los últimos cinco meses han puesto a prueba su resistencia y la de su equipo. Los frentes contra la expansión del coronavirus siguen abiertos ... en la Consejería de Sanidad, donde no hay tregua.

Publicidad

–¿Cómo se encuentra después de estos meses de trabajo?

–Bien, pero cansada. Decir lo contrario sería mentir. No nos hemos podido ir de vacaciones. En la consejería de Sanidad hemos estado sometidos a la presión de cómo van los datos, de trabajar la reserva estratégica y disponer de todos los materiales. Pero no podemos permitirnos estar cansados. Vamos a sacar toda la fuerza que podamos en una situación compleja y que se prevé larga.

–¿Le ha pasado factura personalmente?

–No. Estoy acostumbrada desde hace tiempo a la exposición pública. Ahora es más intensa, pero la comunicación es muy importante y forma parte del trabajo. Al inicio de la pandemia decidimos hacer muchas ruedas de prensa y seguiremos en esta línea.

–¿No cree que unas vacaciones pueden resultar necesarias para recuperar fuerzas?

Publicidad

-Me fui seis días, pero estuve constantemente enganchada al teléfono, de la mañana a la noche, Mi familia me dijo 'para esto nos volvemos'. No he desconectado en ningún momento.

–La vuelta al colegio es ahora la gran patata caliente. La preocupación es creciente entre padres y profesores. ¿Es posible afrontarla con seguridad sanitaria?

–¿Es posible vivir con seguridad en un estado de pandemia? Es una pregunta compleja. Sí puedo decir que el objetivo es volver a la normalidad, intentar vigilarlo muy de cerca y ver lo que sucede. Pero tenemos claro que no podemos tomar decisiones diferentes en cada comunidad. Por eso es tan importante que Educación esté coordinada a nivel nacional y Sanidad también. Este lunes tendremos el documento sanitario para trabajarlo con Educación. El jueves hay un consejo interterritorial, con consejeros de Educación y Sanidad, todos juntos, para tratar de tomar decisiones coordenadas y coherentes.

Publicidad

–¿Qué va a proponer Castilla y León?

–Prefiero que responda Educación. Nosotros en Sanidad propondremos lo mismo que hemos mantenido siempre: respeto a la distancia, mascarillas, higiene de manos, detección precoz de los casos... No vamos a tener grandes cambios en la estrategia de protección de las personas.

Publicidad

–Si mañana tuvieran que abrir los colegios, ¿podrían hacerlo con el número de casos que hemos visto esta semana?

–Sí, con los casos actuales se podría hacer. El objetivo es que nos mantengamos como estamos y, si podemos, disminuirlos.

–¿Hay unos límites marcados que impidan que los colegios abran sus puertas en septiembre?

–Sí, la transmisión comunitaria. La incidencia acumulada, a partir de 50 casos por 10.000, es algo que nos preocupa. Pero aun con una incidencia acumulada alta, podemos aislar y poner en cuarentena los casos, sin que aparezca la transmisión comunitaria, que sucede cuando tienes casos que no sabes de dónde salen ni cuál es el caso primero. Hasta ahora no podemos decir que sea así. Y cuando sospechamos que tenemos o podemos llegar a tenerla es cuando hacemos el confinamiento. Ahora mismo la situación está controlada.

Publicidad

–¿No estamos cerca de llegar a esa transmisión comunitaria, viendo cómo suben los casos?

–Me encantaría responder a esa pregunta con seguridad, pero no lo tengo claro. El coronavirus puede dispararse rápidamente. Ahora mismo no es así, gracias a los 622 rastreadores que tenemos y que hacen una labor extraordinaria. Pero a lo mejor esto me lo vuelve a preguntar mañana y le digo que estamos en transmisión comunitaria.

–El prestigioso epidemiólogo Michael Osterholm marca que por encima de 25 nuevos casos diarios por 100.000 habitantes no sería seguro reabrir los colegios. ¿Lo considera un baremo válido?

–Sí, pero tomar decisiones en estos asuntos es complejo porque hay que equilibrar muchas cosas. Si tienes esos casos, pero están controlados, a nosotros no nos parece un problema. Pero menos casos sin control sí serían un problema. Hacemos análisis casi por horas. Seguimos los casos, vemos las zonas básicas de salud que nos preocupan y vamos tomando decisiones.

Noticia Patrocinada

-¿En última instancia la decisión de abrir colegios va a depender más de Educación o de Sanidad?

–De todos.

–¿No deberían primar más los criterios sanitarios en una situación de pandemia?

–Creo que los criterios sanitarios están siendo absolutamente respetados por todas las consejerías de Educación, al menos estoy segura por parte de la nuestra. Los equipos de Educación y Sanidad trabajan juntos en estos temas.

–¿Quién hará las aportaciones de Castilla y León en el protocolo común para la vuelta al colegio? ¿Será más Educación que Sanidad?

–La consejería de Sanidad tiene que hacer la parte sanitaria y decir los criterios, los puntos de corte, cómo lo vamos a hacer...

Publicidad

–¿Y cómo lo van a hacer?

–Son los protocolos. No me haga decírselo. Sé lo que voy a decir, pero no quiero anunciarlo hasta que todo esté cerrado. A veces si dices algo y luego no es exactamente igual, generas más desconfianza que información.

«Los criterios sanitarios están siendo respetados por la Consejería de Educación»

–¿Qué sucederá si hay contagios en los colegios, con casos graves en padres, maestros o niños? ¿Cómo lo afrontaría la Junta y la Consejería de Sanidad?

Publicidad

–No es solo cómo lo va afrontar la Junta, sino cómo lo afrontaría la sociedad. Sería un problema social, con los padres trabajando, los niños en casa en cuarentena... Tenemos que ver cómo se hace.

–¿Pero hay algo previsto?

–Sí.

–¿Qué?

-Las líneas están marcadas. Lo que hemos dicho siempre: si hay que aislar un caso, se aísla. Se pone en cuarentena la clase. Se ve qué sucede y analizamos la situación. Tendremos que ver cómo nos enfrentamos cada uno de nosotros a la cuarentena o aislamiento de un niño. Eso puede tener connotaciones. Lo que hay determinar, a nivel de gobiernos, es cómo taponamos la situación y no solo la sanitaria, que la tenemos clara. Si hay sospecha, se hace PCR. Si tiene el caso, se aísla y se pone en cuarentena a todas las personas que estén más de 15 minutos en unas circunstancias determinadas. Si es así, hay que someter a todos a PCR y, según cómo estén, se hace aislamiento o cuarentena. Cómo se va afrontar esto socialmente es algo que se debe decir desde otros ámbitos que no son el de Sanidad.

Publicidad

–Esas cuarentenas incluirían a los familiares, claro...

–Si el niño es positivo, a los padres o familiares que estén en contacto con él hay que analizarles y ponerles también en cuarentena.

–Resulta complicado entender que se recomiende que no haya reuniones de más de 10 personas y que en las aulas se vayan a juntar más de 20 con contacto diario, por no hablar del transporte escolar o los comedores...

–Una cosa es una recomendación y otra el límite de las clases. Ahí se busca el equilibrio entre el derecho a la educación, que es algo que tenemos que respetar y defender, y las normas. Por eso pedimos que haya distancia, mascarillas en las clases y demás.

Publicidad

«La situación está controlada gracias a los 622 rastreadores que tenemos, pero todo puede cambiar»

–Si mira ahora retrospectivamente a los meses de marzo y abril, ¿qué ve? ¿Cuál fue el peor momento para usted?

–Sobre todo marzo. El 23 de marzo fue mi cumpleaños y lo recuerdo como un día absolutamente terrible. Se unió que nadie podía darme un abrazo con la mala situación que vivíamos. En aquellos días luchábamos contra el colapso. Tratábamos de organizar todo el sistema sanitario de la comunidad para que no se colapsara. Hubo una rotura de estocaje de determinados materiales a nivel mundial y debíamos resolver la situación. Fueron meses terribles. La situación ahora no es la misma. Podemos tener dificultades, pero contamos con PCR, respiradores, equipos de protección individual... Pero me preocupa mucho el cansancio de los profesionales sanitarios. Igual que yo no me he podido ir de vacaciones, hay sanitarios que tampoco lo han hecho. Todos los días hago un llamamiento a la responsabilidad individual. La idea es prevenir el contagio. Por eso es tan importante lo que hagamos cada uno de nosotros. El problema es de todos.

–¿Hasta qué punto estuvo el sistema en riesgo real de colapso?

–Nunca hemos llegado a ese riesgo. La obsesión era que no se produjese. Tuvimos problemas con los respiradores que llegaban de Estados Unidos y con otro material, pero la profesionalidad de médicos, auxiliares y demás personal permitió dar una respuesta. También fue clave considerar a Castilla y León como una sola área: todos debemos trabajar para todos. Un problema en Soria o Segovia había que taponarlo desde otros sitios. Eso funcionó.

–¿En qué momento estamos ahora? Las cifras de contagios diarios son similares a los de los peores momentos, aunque ahora se efectúan más pruebas...

–Exacto. Nosotros ahora detectamos muchísimos más casos asintomáticos. Antes no era así: los casos de primavera eran de personas con síntomas o que necesitaban ir a los hospitales. Ahora estamos en una fase presintomática, pero tenemos muchos casos. Durante mucho tiempo fuimos la comunidad autónoma con más incidencia acumulada. Ahora estamos en el medio, aunque seguimos subiendo y lo hace toda España. En el consejo interterritorial del miércoles quedó claro que hay mucha preocupación. Aunque nuestros datos sean algo mejores, cuando ves lo que pasa en Cataluña, Aragón, País Vasco o Baleares, sabes lo que te puede suceder. El coronavirus no entiende de fronteras. Por eso la preocupación actual es que haya el menor número de contagios. Si tengo muchos contagios, tendré muchos hospitalizados, muchas personas en UCI y muchos fallecidos. Si rompo la cadena en el inicio, la curva estará siempre plana.

–¿No cree que los datos ocultan muchas veces la magnitud de la tragedia humana?

–Sí. A mí me pasó cuando decidí no hablar de cifras y puse nombres. Cuando mencionas a varios compañeros del sistema sanitario fallecidos no es lo mismo. Detrás de cada número hay una tragedia. Son más que cifras.

Publicidad

–Aquella reacción emocional suya en las Cortes mostró esa realidad a mucha gente.

–Yo estaba muy enfadada conmigo misma por llorar allí. Aunque en privado he llorado muchísimo. Es un auténtico drama.

–¿No cree que el hecho de no permitir el acceso de los medios a los hospitales para visibilizar ese drama ha ocultado la dimensión real del problema?

–La gente sabe lo que es estar en una UCI. Se han visto imágenes, aunque no sean de Castilla y León. En aquel momento no queríamos interferir en el trabajo de los profesionales y queríamos proteger la intimidad de cada una de las personas, así como evitar la utilización morbosa de alguna imagen. Eso hizo que tomáramos la decisión en aquel momento, pero si hay que ver imágenes, se verán. Siempre, eso sí, de manera controlada, no interfiriendo en el trabajo y respetando la intimidad de las personas.

–¿Se plantean ahora mostrar esa realidad para que la gente tome más conciencia?

–Sí. Lo vamos a tener en cuenta a la hora de informar de la situación, pero siempre de manera controlada y con protección de datos y personas.

«Si hay que mostrar imágenes de las UCI, lo haremos, pero siempre con respeto a los pacientes»

–Antes hablaba del agotamiento de los sanitarios. ¿Podrían afrontar otra situación parecida después de un desgaste tan brutal?

–Sí, el desgaste ha sido tremendo y también el impacto emocional. La parte del sistema que más sufre ahora es la Atención Primaria, que está desarrollando una labor extraordinaria. Su trabajo es muy importante: rastreo, seguimiento telefónico... Ojalá pudiéramos tener consultas presenciales porque tomar decisiones por teléfono es complejo. Además, atienden a personas con situaciones distintas a la covid. Deben hacer todo el seguimiento epidemiológico y están francamente cansados. Dentro del sistema, ahora mismo están haciendo una labor impagable los profesionales de Atención Primaria y de Salud Pública. Su tarea de rastreo nos permite aislar los casos y es lo que puede contener la infección. Si logramos minimizar las hospitalizaciones, conseguiremos controlar también las UCI. Todo lo que hagamos de prevención en el primer nivel es absolutamente clave.

Publicidad

–¿Cómo van a proteger al personal sanitario?

–Con equipos de protección individual y emocionalmente, aunque resulta más complejo. Hay equipos de psicólogos que dependen de los equipos de salud mental a los que nuestros profesionales pueden acudir. Tendremos que sacar todos fuerzas de donde sea.

–¿Se les hacen pruebas cuando vuelven, por ejemplo, de vacaciones?

–Pruebas inmunológicas, PCR... Está todo protocolizado. Se hará tanto a nivel sanitario como sociosanitario.

–Se les prometió un plus que no han cobrado...

–En algunos sitios ya lo han hecho. En otros lo cobrarán ahora. Es complejo porque, aunque todo el mundo tiene claro quiénes son las personas que más han trabajado en la pandemia, siempre existen agravios comparativos. Pero el dinero no es lo que más motiva a los profesionales. A los que han estado al pie del cañón no se les premia así. Es complicado que les podamos reconocer todo lo que han hecho y siguen haciendo ahora. Los aplausos están bien, pero el mejor aplauso que se le puede dar ahora mismo a un profesional es protegerse para no coger la enfermedad.

–¿Cómo se han reforzado las plantillas? ¿Prevé contratar más profesionales?

–El problema de la contratación es complejo. Las bolsas están agotadas. No hay médicos ni enfermeras. Buscamos todo tipo de perfiles cualificados para los rastreadores. Se han hecho más de 6.000 contratos, 3.000 para covid. Debemos acometer una labor organizativa. No es que no queramos contratar médicos, es que no existen. Es un problema de todas las comunidades. Necesitamos que en las facultades se formen más médicos y enfermeras, solo un poco más, sin la exageración de hace unos años, y que las plazas de mir estén adaptadas a los perfiles que más necesite el sistema sanitario.

Publicidad

–Los recientes confinamientos se han revelado efectivos en Íscar, Pedrajas y Aranda. ¿Estamos abocados a una situación parecida en las grandes ciudades o incluso en toda la comunidad?

–Si la situación progresa, tendremos que volver a las famosas fases, 3, 2, 1... Eso en las ciudades porque en los sitios más pequeños resulta más fácil el confinamiento. Quiero agradecer a los alcaldes la implicación que tienen. Sé que no es fácil y que reciben muchas presiones, pero el confinamiento funciona.

–Pero es muy duro.

–Sí, económicamente es muy duro. Pero es mejor mantenerse 15 días en suspensión que dejar que una situación progrese y no sean 15 días, sino meses.

–¿Volveremos a vivir esta situación de manera generalizada?

–Es lo que intentamos evitar. La preocupación que mostrábamos el otro día todos los consejeros de Sanidad y el propio ministro en el consejo interterritorial es que algún momento tengamos que ir a situaciones de mayor nivel de confinamiento. Pero no es la situación a día de hoy: ahora debemos identificar cuándo hay transmisión comunitaria o mucha incidencia, y hacer confinamientos parciales. La clave es la cuarentena y el aislamiento de los casos.

La consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, durante la entrevista. Gabriel Villamil

–¿Qué ha fallado en las residencias? Los testimonios que ha recogido Médicos sin Fronteras en toda España ponen los pelos de punta. En el caso de Castilla y León, la directora de un centro se quejaba de «recomendaciones y protocolos que se contradecían».

Publicidad

–Creo que no hubo fallos, sino un desbordamiento total y absoluto. En Castilla y León hay muchas residencias y muchas personas mayores. Es frágil por la edad y porque en las residencias están muy cerca unos de otros. Las posibilidades de contagio se disparan. Creo que las decisiones que tomamos aquí con los 'equipos covid' para la hospitalización en residencias fue una buena medida porque se tradujo en una disminución de la letalidad. A pesar de todo, hemos tenido muchos muertos, pero en comparación con otras comunidades autónomas nuestra letalidad está a la mitad de otras regiones similares en distribución demográfica. Ha sido por la organización de los diferentes protocolos. Una persona mayor con covid puede quedarse en la residencia porque va a tener los mismos medios que si estuviera en planta. Si hubiéramos llevado todos los enfermos de residencias a los hospitales, los hospitales se habrían colapsado seguro.

–Pero en muchos casos no cuentan con los mismos medios...

–Sí, son los mismos medios. Si no es así, se les ingresa. De hecho, ha habido casi 5.000 personas de residencias ingresadas. Ahora estamos protocolizando, claramente, quién se puede quedar en residencias y con qué medios, quién tiene que ir a los recursos intermedios o las arcas de Noé, y quién tiene que ser hospitalizado. Debemos tenerlo perfectamente regulado. Por mucho que podamos extender camas, no es asumible afrontarlo de otra manera. Se puede hacer bien así. Si sacas a una persona mayor de su entorno, hay una carga de sufrimiento importante y no entiende esa soledad a la que le somete el aislamiento.

–Es decir, que se volvería a hacer lo mismo.

–Sí, pero hemos aprendido más y está todo más protocolizado y más organizado.

–Puede que alguna residencia no haya contado con todos los medios y los 'equipos covid' se hayan visto desbordados para atender a residentes...

–Es lo que tenemos que conseguir que no vuelva a suceder.

«En las residencias no hubo fallos, sino un desbordamiento. Ahora está todo más protocolizado»

–¿Vislumbra la luz al final del túnel? ¿Piensa en el día en que todo esto haya acabado?

Publicidad

–Lo deseo fuertemente. Deseo que haya cura o una vacuna que nos permita pensar que 2020 fue terrible y pase a la historia. De momento, seguimos trabajando todos los días para contener la situación.

–¿El hecho de que tanto usted como el vicepresidente Igea sean médicos ha ayudado a la gestión de la pandemia en la comunidad?

–Creo que ha sido fundamental. Los dos conocemos bien el sistema sanitario desde dentro y eso permite tomar decisiones más rápidas. Eso no quiere decir que alguien que no sea médico y que esté bien asesorado no pueda hacerlo bien. Pero la empatía con el propio sistema y entender lo que dicen los profesionales resulta más fácil para alguien que hace poco más de un año estaba pasando consulta. Siempre he pensado que no podría ser buena consejera de cosas que controlo menos.

«Creo que lo peor de la pandemia ha pasado ya, pero si no frenamos los casos todo se complicará»

–¿Lo peor está por venir o lo hemos pasado ya?

–Gran pregunta. Creo que lo peor lo hemos pasado ya. Ningún sistema sanitario está preparado para una pandemia. Ahora lo estamos un poco más. Podemos prepararnos, pero tenemos el problema de los profesionales porque no puedes fabricarlos en un solo día. Necesitas tiempo de formación. Hacemos todo lo posible para poner estrategias de apoyo. La Sociedad de Anestesia nos dijo que debíamos militarizar enfermeras. Se referían a que la enfermería es clave en las unidades de cuidados intensivos y que en un determinado momento no había enfermeras que supieran todo lo que tienen que saber para trabajar en una UCI. Durante todo este tiempo, en todos los hospitales se ha formado un 'pool' de enfermeras para dar apoyo si es necesario. Creo que hemos pasado lo peor. Pero hay algo que me da miedo. Si solo con un 7,5 de prevalencia de la covid hemos estado como estamos, si teniendo una comunidad regada de casos en todas nuestras áreas de salud hemos tenido el problema que tenemos, o nos ponemos todos a intentar que no haya más contagios o realmente puede ser complicado. Muy complicado.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad