Poco a poco se fue animando el ambiente en las calles de Villalar para celebrar el día de la Comunidad que este año ha estado marcado por gélidas temperaturas, un desapacible viento y la amenaza constante de lluvia que mermaron la afluencia de personas en ... los distintos escenarios que componen esta reivindicativa fiesta.
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Fundamentales los primeros cafés de la mañana en los bares de la localidad para entrar en calor, pues pocos eran los valientes que andaban por las calles a las diez de la mañana, momento en el que tuvo lugar la 'Laudatio Comunera' a cargo del periodista Javier Pérez Andréz. A resguardo en la Casa de la Cultura, el comunicador recordó sus primeros años acudiendo a esta fiesta en la que no ha dejado de participar durante décadas.
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Tras sus palabras, las doscientas personas que se encontraban en la Casa de la Cultura disfrutaron de una actuación de panderetas del grupo Cris Zagaleja que puso la primera nota musical a la intensa jornada. Por las calles de la localidad fueron numerosos los desfiles de distintos grupos políticos que realizaron las tradicionales ofrendas florales a los comuneros en el monolito de la Plaza Mayor de Villalar. «Hacía mucho tiempo que no venía tanta gente a las ofrendas y esperamos que el tiempo nos respete, porque no acompaña mucho, pero por la tarde en la carpa seguro que hay una presencia bastante importante de aquellos que quieren disfrutar de una programación muy variada y pensada para todos. Si uno ya se siente castellano, cuando viene aquí, mucho más», ha asegurado el alcalde de Villalar, Luis Alonso.
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No faltó presencia de la Guardia Civil tanto en las calles como en los accesos al pueblo en los que controlaron el tráfico de una jornada en la que se desplazaron hasta Villalar 1.100 vehículos y seis autobuses. En total, unos 350 efectivos entre Benemérita y voluntarios de Protección Civil estuvieron presente en los siete escenarios en los que se desarrollaron las actividades. Tampoco faltaron ondeantes y numerosas banderas de la comunidad que se mezclaban con las melodías del folklore castellano, con castañuelas, cajas y dulzainas. Por supuesto, hubo espacio para los bailes regionales con las jotas que bailaron una decena de miembros del grupo Aires Castellanos, de Arroyo de la Encomienda quienes fueron los encargados de abrir la programación de danzas en el centro de la localidad.
Aunque el tiempo no acompañaba no amedrentó a las 3.000 personas que decidieron celebrar el día de la Comunidad. «Llevo viniendo más de 30 años y recuerdo que incluso ha llegado a nevar, pero hay que hacer frente al frío porque esta tierra merece todo y más. Hay que seguir luchando por Castilla y León», asegura María Jesús Lobo, una vecina de Mayorga que junto a cuatro amigos están dispuestos a pasar el día entero en Villalar. «Hemos venido preparados, almuerzo incluido», bromeaban.
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Ni el aroma de las almendras garrapiñadas fue capaz de atraer a los asistentes hasta el mercado que se encontraba prácticamente vacío a mediodía. «Llevamos desde las nueve y estaremos hasta media tarde si la lluvia lo permite, pero no hemos vendido nada de momento», lamentaba el salmantino Jonathan Fraile, de la empresa familiar de embutidos que lleva su nombre. Para ellos «Villalar suele ser un buen día de venta, lo sé porque mi familia lleva siete años viniendo, pero esta vez me temo que no vamos a vender nada». Misma idea que compartía desde el puesto cercano, cuyas lonas luchaban contra el viento, Mario Sánchez, en su stand de gominolas y frutos secos. «A ver si el tiempo mejora y hay suerte o la gente se anima a comprar, porque sino...», lamentaba temiendo una jornada con la caja a cero.
Tras los actos más institucionales de la mañana el grueso de gente se concentraba en la campa, donde la presencia de un ambiente más festivo se hacía presente con música, desfiles y mejor ambiente como el que reinaba en la caseta de paella del PSOE de Laguna de Duero. «Venimos desde hace más de 30 años y siempre preparamos casi mil raciones de paella, pero esta vez solo haremos solo unas 250 porque no esperamos a tanta gente», lamentaba el lagunero Javier del Pozo, mientras ayudaba a otros 17 compañeros a preparar fogones e ingredientes.
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Muy cerca de allí, en la carpa de la Fundación Castilla y León entre vino y queso se celebraron varios actos como la actuación de las Dulzaineras del Duero, un concierto de castañuelas, la lectura de poemas o la proyección de varios documentales. «Animamos a la gente joven a que venga a disfrutar de Villalar a reivindicar lo que necesitan los pequeños pueblos, a luchar contra la despoblación y a defender nuestra tierra, porque queremos vivir aquí», aseguraba el joven alcalde del pequeño municipio segoviano de La Matilla, Diego Benito.
Junto a su grupo de amigos disfrutaron de conciertos, actuaciones y ambiente. «La juventud debería animarse, llevamos viniendo cinco años y hay muy buen ambiente. Igual este año un poco peor por el tiempo pero hay que estar», aseguraban. Con la caja y la dulzaina, los amigos de la Plataforma Segovia Viva tocaron varias piezas de forma improvisada atrayendo la atención del público presente que se iba animando tímidamente para participar en el día de la Comunidad tras dos años sin un Villalar que trataba de recuperar su fiesta con más de 23 actuaciones.
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