![Castilla y León: Teoría, práctica y coaching para formar a ganaderas](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202212/19/media/cortadas/irene-kRBB-U1801066283752bjG-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Habla de su 'nodriza' con toda naturalidad y aunque en las películas espaciales también llevan la palabra nave delante, la de Irene Gangoso representa el el lugar en el que están los corderos desde que nacen hasta que se venden.
Irene forma parte de muchas ... estadísticas. De las que hablan de que más del 48% de las mujeres de Castilla y León viven en municipios de menos de 20.000 habitantes. También se incluye en esa otra que asegura que el 54% de las personas que emprenden en el ámbito rural son mujeres y desde un punto de vista mucho más sectorial, puede levantar la mano si dicen que el 30% de las personas que trabajan en el sector ganadero son mujeres.
Hace 24 años que comenzó a trabajar en el sector ovino de leche y desde 2012, forma parte de otra estadística: la de la titularidad compartida, de la que la región es líder nacional y con la que se pretendió en su momento, que las mujeres regularizaran su situación en multitud de explotaciones agrarias. «El gestor me dice que legalmente no nos interesa demasiado, pero no nos quita, soy un autónomo más al que al principio ayudaron, con la idea de que el día de mañana también pueda tener una pensión», comenta Irene, quien piensa que todavía muchas mujeres no gozan de una situación como la suya.
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Asentada en Cerecinos de Campos, forma parte de un grupo de mujeres «pionero» en lo que a formación se refiere pues acaba de terminar la acción formativa de Personal Técnico en Ganadería promovida por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades y con la que se pretende profesionalizar a mujeres que, en la mayor parte de los casos, ya están vinculadas al sector del ovino o que piensan que a través del mismo pueden encontrar una salida profesional tanto por cuenta propia como ajena. En este sentido existe una figura muy exendida que es la de 'correturnos', aquellos trabajadores que acuden a las granjas para cubrir bajas, vacaciones o días de descanso de los operarios habituales.
El primero de estos cursos se ha clausurado recientemente en Villalpando, en la sede del Consorcio de Promoción del Ovino, y lo que era una experiencia piloto, a través de la Escuela Interprofesional Láctea, se ha convertido en una apuesta de futuro dado que se va a extender al resto de la región con una próxima cita en enero, que tendrá lugar en la provincia de León, tal y como confirmó la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco.
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Las nueve mujeres participantes iniciaron su formación con sesiones de coaching, «la primera toma de contacto para ellas con esta herramienta de desarrollo profesional ha hecho que se comprometan más con esta formación y se empoderen», explica María Jesús Carrasco, coordinadora académica de la Escuela Interprofesional Láctea. «Para las mujeres del mundo rural es algo muy positivo que se crean el valor que tienen y desempeñan en el entorno; ellas quieren seguir dedicándose a esto, mejorando y aprendiendo, están completamente convencidas y se ven capaces de conseguir lo que quieran».
Irene declara que, en el caso del coachig, «no te digo que haya sido lo mejor porque hemos aprendido mucho, pero ha sido maravilloso, nos ha ayudado mucho a valorarnos a nosotras mismas y seguir adelante».
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Destaca, igualmente, el resto de conocimientos adquiridos que van desde la recogida de muestras hasta la nueva normativa PAC, pasando por el uso de antibióticos, la sanidad en la granja, fiscalidad o informática.
Irene habla con pasión de la experiencia. «No es que lo recomiende, es que este curso tendría que ser obligatorio, porque muchas cosas pensamos que las sabemos y no es así, y hay otras que conviene recordar pero sobre todo aprender nunca nos viene mal a nadie sobre todo, en cosas que te interesan de verdad».
En su caso hubiera necesitado menos prácticas aunque de todo saca algo positivo: «He ido a granjas que no eran la mía y he visto cosas que no había visto».
Esta ganadera tampoco se olvida de esa parte que las ha permitido socializar y conocer más de cerca a otras mujeres que tienen una realidad similar a la suya. «Hemos hecho muy buen grupo, estamos pensando en montar algo, no es broma, el coach nos animaba mucho, pero somos conscientes de que ahora cada una en su lugar y con su trabajo todo se complica, pero no lo descarto».
Aunque no ha sido el objetivo de Irene a la hora de acudir al curso porque tiene su propia explotación, «tampoco sé si necesitaré un trabajo algún día, imagínate que tengo que dejar esto y empezar de nuevo», reconoce.
Concluye que en esta época del año su trabajo en más flojo, «los lechazos ya están para vender, no es como cuando los corderos están recién nacidos, así que el momento es más aburrido, me lo pasaba mejor en el curso», bromea.
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