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La política se tornó casi personal. Dos preguntas soliviantaron el ánimo de las consejeras de Familia y Sanidad. A Isabel Blanco le preguntó la socialista Nuria Rubia por el control de las adopciones y acogimientos en Castilla y León. Desgranó casos de hermanos separados o ... de adopciones que a su juicio no respondían a la lógica. «Más de 50 hermanos tutelados en León viven separados», explicó.
Blanco respondió con una vehemencia inusual. «Mi obligación es proteger a los menores, y es lo que hacemos, no lo que ha hecho usted aquí», dijo, antes de recordar que son los técnicos los que deciden qué se hace en cada caso. «¿Usted tiene que decidir sobre el acogimiento o la adopción? Qué pena que no sea usted consejera en Baleares», le espetó, en relación al caso de abusos de menores del que PSOE, Més y Unidas Podemos rechazaron crear una comisión de investigación.
A Verónica Casado le calentaron con una pregunta sobre centros de salud en Segovia. «No me extraña que con esta imagen que dan haya muchas personas que no quieran venir a formarse aquí», respondió a Alicia Palomo, del PSOE. A la segunda pregunta, esta sobre el Hospital Clínico, la consejera respondió con un 'ratatatatá' enojado en el que enumeró los servicios en los que el centro es referencia. «No les permito que digan que hemos venido a no hacer nada», dejó dicho.
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Esta tendencia a hacer de la política algo personal se tornó más palpable aún en la intervención de la procuradora no adscrita, María Montero. Era su turno para presentar una interpelación. «16 meses después vuelvo a esta tribuna a hablar de los problemas del comercio», comenzó. Para entonces ya no había procuradores del PP en el hemiciclo, salvo el presidente de la mesa en ese momento, Francisco Vázquez.
En cuanto Marta Sanz (Cs) la nombró, comenzó el desfile de populares hacia la puerta. «Esto es lo que les interesa el comercio, que solo queda el vicepresidente y porque no tiene más remedio», dijo Montero. Y Vázquez amagó con irse también. «Prefiero seguir mis principios y mis ideales a ser una palmera de Alfonso Fernández Mañueco», lanzó Montero a la consejera de Empleo, Ana Carlota Amigo. «Señora Montero, querría haber tenido un debate elegante con usted, pero decir que soy una palmera del señor Mañueco... Usted es una palmera del señor [Diego] Moreno [procurador del PSOE]. Así de claro».
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