Suárez-Quiñones: «La Junta es paradigma de la descarbonización; llevamos años con este compromiso»

Castilla y León cuenta en la actualidad con 17 redes de calor, que pasarán a ser 30 en un futuro cercano merced a la apuesta que realiza la Junta de Castilla y León por convertir lo que hasta hace poco se concebía como residuos en un recurso. De esta manera, se pretende pasar de 40 kilómetros de cobertura a 190, con una potencia que pasará de 65 megavatios a 260 y de un ahorro «muy ambicioso» de residuos, que pasará de 41.000 toneladas a, como mínimo, unos 160.000, como explicó en la apertura del foro el consejero de Medio Ambiente, Vivienda, y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones.

Aunque estas políticas han tenido un mayor desarrollo desde los Acuerdos de París de 2015 y con el Pacto Verde Europeo de 2019, durante su intervención, Suárez-Quiñones expuso la condición precursora de la Junta, a la que definió como «paradigmática» en el compromiso de la descarbonización, dado que lleva «trabajando desde muchos años atrás», desde la apertura de la primera fábrica de pellets de la región a través de Somacyl, convertida hoy en día en la segunda de mayor producción de toda la península ibérica.

Este «paso necesario» a dar por parte de la Unión Europea, de los estados y comunidades autónomas, en Castilla y León se ha dado, además, con la convicción de que «cualquier política va a tener un efecto multiplicador de esta tendencia» a descarbonizar, necesaria en las ciudades, de donde proviene el 60% de las emisiones de CO2. En este sentido, en la comunidad hay proyectos muy definidos en Valladolid, con las 17 redes de calor ya existentes, otros también en desarrollo en ciudades como León o Ponferrada y varios que cuentan con el apoyo de la iniciativa privada en Palencia o Soria.