Los servicios de Urgencias perderán el 41% de su plantilla en quince años

El sistema asistencial de Castilla y León ha mantenido cierto equilibrio en los últimos años, incluso ha crecido en su número de facultativos discretamente; pero lo ha hecho a base de la prolongación de la vida activa de los jubilados. Entre 2019 y principios de 2022, los médicos activos en la comunidad por cada cien mil habitantes han pasado de 447 a 451; pero tal sostenibilidad la han facilitado los 603 médicos que, con más de 65 años, han seguido trabajando –la legislación lo permite hasta los 70–, una proporción que se ha doblado. Mientras en 2019, el 5,9% prolongaba su vida activa, actualmente están en ello el 11,3%. Pero tal posibilidad, aunque se siga tirando de ella, no deja de ser un pequeño apaño, que funcionó peor durante la pandemia, y que no solventará las graves carencias de profesionales en los próximos años.

Es este uno de los principales datos que pone sobre la mesa el nuevo estudio demográfico de la profesión del Consejo de Colegios Oficiales de Médicos de Castilla y León y que ha visto la luz en las Cortes en su actualización con respecto al de hace tres años. Una presentación de la mano del presidente de la organización autonómica, José Luis Díaz Villarig, y del responsable director del estudio, Graciliano Estrada, presidente de la organización colegial segoviana.

La Medicina de Familia y Comunitaria, que es la especialidad más numerosa y acapara el 27% de los facultativos, es donde más deficiencias de profesionales se registran dado que ha sufrido una pérdida de diez efectivos por cada 100.000 habitantes en tres años, pasando de los 129 a los 119. Esto hace que se anuncien seis u ocho años en los que será «muy difícil» compensar la salida de profesionales, hasta que las medidas adoptadas u otras surtan efecto. Además, son la cantera de las plantillas de urgencias.

La distribución etaria del total de médicos en activo de la comunidad adopta la forma de pirámide invertida lo que «es muy mala señal de cara al futuro inmediato» y existe un colectivo de edad, «de entre 45 a 55 años, en el que la pérdida de médicos no se justifica solo por el cambio de grupo etario», es decir, que probablemente sean médicos que se están trasladando a otras comunidades. Por contra, entre los menores de 35 años hay una ligera mejora, de 305 faculattivos más;lo que supone pasar del 9,7% al 12,3%, probablemente por éxito de los programas de fidelización. Con este panorama, las organizaciones colegiales señalan que deberían tomarse medidas para aumentar la base de la pirámide poblacional de médicos.

La carencia de médicos de Familia no solo amenaza a la AtenciónPrimaria, a la puerta de entrada de la comunidad, sino que de esta especialidad se nutren las Urgencias, todavía pendientes de la posible creación de una nueva especialidad. El estudio revela que el impacto de las jubilaciones provocará previsiblemente una reducción en las plantillas de estos servicios del 41% en los próximos quince años. Y en Pediatría habrá problemas fundamentalmente en los centros de salud como, en realidad, ya los hay ahora con muchos puestos cubiertos por médicos de Familia a falta de especialistas en infantil.

La dinámica de reposición, en realidad, ha mejorado ligeramente en la comunidad, unas décimas que permiten alcanzar una media de 0,99 de reposición; pero hay ocho especialidades en verdaderos números rojos. Además de Familia, Geriatría, la Cirugía Oral y Maxilofacial, Alergología, Análisis Clínicos, Medicina del Trabajo, Legal y Forense e Inmunología. En el lado opuesto hay especialiaddes como Oncología Médica con un superávit de 6,15 o Neurofisiología Clínica (5,8), Cirugía Torácica (5), Aparato Digestivo (3,46), Cirugía Pediátrica (3,33) o Cardiovascular (3,33) e Intensivistas (2,97), entre otros, donde sobra reposición.

La sanidad pública de Castilla y León perderá, en conjunto, 4.928 médicos en diez años, unos seiscientos en la mitad de este tiempo.

Por todo ello, repasa el doctor Villarig, «es fundamental abordar de forma inmediata los retos que nos manifiesta la demografía médica, con una planificación correcta, que aborde todas las causas, con la participación de los profesionales. Es necesario –insistió– un nuevo Plan de Ordenación de Recursos Humanos de Castilla y León que lo haga atractivo para los profesionales y seguro y de calidad para los pacientes».

Así, apuntó «creemos que es necesario mejorar su financiación, fomentar la estabilización, fidelización y atracción de profesionales para lo que es imprescindible un pacto por la sanidad. De no ser así creemos que el sistema tal y como hoy lo conocemos será inviable».

Los responsables del informe insistieron en la falta de equidad y en que la situación por provincias y especialidades no es homogénea en la comunidad, si bien pidieron una planificación «correcta», criticaron la falta de políticas que paliaran esta situación anunciada desde principios de siglo.

Díaz Villarig afeó a los representantes de formaciones, vinculadas a provincias con estos problemas, como Por Ávila, Soria YA y UPL, que no asistieran a la presentación del informe sobre la situación de los médicos, que recalcó es «política pura y dura». Y aludió en que eran klas zonas, sobre todo Soria, con mayores porblemas.

Por su parte el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, explicó que el estudio serviría de herramienta en gestión y que la escasez de facultativos exigirá una reorganización.