El secretario general asumirá cuatro cargos más tras el rosario de ceses en Empleo

La irreconciliable polarización en que se encuentra sumida la política autonómica, que alcanza una de sus máximas expresiones en los enfrentamientos entre Vox y el PSOE, ha vuelto a ponerse de manifiesto en la Comisión de Industria. A la pregunta de 'cómo va a prestar la consejería prestar los servicios de orientación que venían prestando con anterioridad los agentes sociales y económicos de la comunidad', la respuesta ha sido que «de manera más eficaz y eficiente». Algo que los socialistas han cuestionado, dada la «falta de medios» del organismo y la «pérdida de transferencias del Ministerio de Trabajo» que se va a producir por incumplir los requerimientos de las políticas activas de empleo. En este punto, se han preguntado «dónde están los 53 millones recibidos del Gobierno para políticas de orientación y formación, de los que solo han ejecutado 24 millones».

El consejero ha cumplido con lo que ya es una tradición a lo largo de la historia del departamento de Empleo, desde los tiempos de Tomás Villanueva a los de Carlota Amigo, pasando por Carlos Fernández Carriedo o Rosa Valdeón. El servicio público de empleo de Castilla y León, el Ecyl, se encamina hacia su enésima reforma. En esta ocasión será «un cambio a mejor», según Mariano Veganzones, quien ha recordado que él mismo se encargó de asumir las funciones de gerente en un anterior gobierno autonómico. Ahora tendrá «una dimensión administrativa adecuada a las nuevas exigencias normativas como la de FP y contará con una distribución más coherente con sus competencias, asignatura pendiente desde hace años».

Veganzones ha anunciado la contratación de 54 técnicos para reforzar las oficinas rurales del Ecyl, así como la creación de un Centro de Orientación de Castilla y León con plantilla propia de un centenar de personas que «organizará jornadas técnicas, impulsará la feria de empleo, promoverá una plataforma de e-learning online y una oficina virtual de empleo y mejorará el acompañamiento a empleadores y demandantes de empleo». Todo, en aras de otro clásico, «una asistencia individualizada».

Las interpelaciones entre el consejero de Industria, Comercio y Empleo y los procuradores socialistas Pedro González Reglero y Alicia Palomo han estado salpicadas de los argumentos y expresiones que ya se han convertido en habituales en las sesiones del parlamento autonómico. Para Veganzones, los programas de orientación a parados y trabajadores deben asumirlos los servicios públicos y no «los estómagos agradecidos» de los sindicatos, «dos monstruos insaciables» que «vociferaban exigiendo fajos de millones a cambio de paz social».

Para los representantes del PSOE, el consejero «cazacomunistas» deja «en la estacada» a las decenas de miles de castellanos y leoneses que se beneficiaban de los programas que la Junta encargaba hasta el año pasado a los sindicatos, «que contaban con un grado de inserción laboral del 30%, el doble del objetivo fijado». Los socialistas ven un claro ejemplo de «estómago agradecido» en el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, «sin más funciones que sostener a (Alfonso Fernández) Mañueco en la Presidencia de la Junta».

Veganzones se ha referido a los planes de políticas activas de empleo como «compendios de programas sin lógica» que «malgastaban recursos públicos porque el objetivo era enmascarar subvenciones» y ha afeado a los sindicatos su no comparecencia en las reuniones a las que les convoca. González Reglero y Palomo le han acusado de «olvidarse de que también los programas de orientación los asumía la patronal» y de practicar una «cruzada ideológica que tiene un coste en formar de menos empleo, menos certidumbre y menos seguridad jurídica».

Y le han recordado que la consejería ha sufrido un rosario de abandonos: los del máximo responsable del Ecyl, Javier Moreno (que tras un mes en el cargo dimitió tras conocerse que impartía cursos de igualdad y contra la violencia de género); del 'número dos' del Servicio de Empleo de la Junta, Luis Méndez (tres meses en el cargo); del viceconsejero de Dinamización Industrial y Laboral, Óscar Villanueva (menos de cuatro meses) y del director general de Industria, Fernando del Campo, que se fue en marzo «por motivos personales».