La salud y la digitalización se erigen como sectores de futuro del empleo autónomo

Cierto es que los negocios más típicamente autónomos no van bien en Castilla y León, afectados por factores globales y también locales. Los dos que más trabajadores acumulan, el comercio (casi 38.000) y la hostelería (más de 18.000), han perdido entre ambos casi dos mil afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) en la región entre el primer trimestre de 2022 y el mismo de 2023.

También registran pérdidas el sector agrario, más de 600, la construcción, más de 400, la industria, más de 300, y el transporte, más de 200.

La recuperación de la aspiración por no depender de un jefe pasa en los últimos tiempos por unos sectores concretos que, además, tienen bastante que ver con algunas de las nuevas tendencias sociales, léase el cuidado de la salud o el futuro digital.

El sector que más crecimiento registra en el último año es el que tiene que ver con las actividades recreativas y de entretenimiento, donde se enmarcan desde las salas de espectáculos y juegos de azar hasta otras que no hay más que caminar por las calles para comprobar su auge: la gestión de instalaciones deportivas, gimnasios, centros de fitness, etc.

A continuación se sitúan las actividades que tienen que ver con las profesiones científicas y técnicas, que abarca desde la ingeniería a la arquitectura, los servicios jurídicos, el diseño especializado o la publicidad.

El florecimiento de clínicas de fisioterapia y tratamiento de lesiones músculo-óseas no es ajeno al hecho de que las actividades sociosanitarias ocupen el tercer puesto de las que más crecen.

Los continuos avances del sector tecnológico-digital, de la informática y las telecomunicaciones están detrás de la recuperación de las actividades de información y comunicaciones.

También registran avances el empleo autónomo en el sector de las inmobiliarias, así como el de todo lo que tiene que ver con la educación.

El devenir del colectivo en este momento de la década y en este mes del año viene marcado por algunas reivindicaciones 'clásicas' en el sector, así como por algunas novedades que han agitado las aguas de sus sistemas contables como no sucedía en años.

En enero arrancó el nuevo sistema de cotización por ingresos reales, en periodo transitorio, cuya aceptación está siendo minoritaria, quizá por estar en sus primeros cuatro meses de vida, pese a haber sido acordado con la asociación mayoritaria del sector, la Federación de Autónomos (ATA).

El último barómetro de la asociación dice que el colectivo no percibe la mejoría económica, que la inflación es su principal quebradero de cabeza y, así, el 79% señala que está igual o peor que hace un año, mientras que solo uno de cada cinco autónomos, el 20,8%, asegura que su actividad ha crecido en relación al primer trimestre de 2022.

Por otra parte, sólo el 12,5% de los encuestados por ATA ha comunicado su previsión de ingresos para adaptar su cuota a sus ingresos reales, a pesar de que a uno de cada dos autónomos que la ha comunicado, la cuota mensual le ha descendido.

«En torno al 70% de los autónomos no van a ver incrementada su cuota y el resto tendrá una subida pequeña que, además, está relacionada con la mejora de las prestaciones sociales de maternidad, incapacidad, etc», asegura Leticia Mingueza, presidenta de ATAen Castilla y León. «El cambio se ha hecho por acuerdo y será beneficioso para la mayoría», recuerda, a la vez que admite que «es cierto que al estar en un periodo transitorio de tres años y al haber desconocimiento del nuevo sistema mucha gente no está aplicándolo, para lo que hay que hacer una previsión de ingresos reales, y harán una regularización a final de año».

«Nosotros recomendamos hacerlo ahora y asesoramos a todo el que lo pide, porque lo mejor es revisar cada caso concreto. Incluso los que hayan hecho una previsión basándose en el año anterior, luego harán un ajuste. Creo que al ser el primer año es normal que sea una minoría, en torno al 12%, los que hacen la previsión», añade.

Al calor de las dificultades del sector, algunos autónomos están organizándose en plataformas como la denominada AUPA (Autónomos unidos para actuar), que ya cuenta con delegaciones en Valladolid y Burgos. Hace tres semanas organizaron una manifestación multitudinaria en Madrid con una larga lista de reivindicaciones, entre las que se incluyen desde el establecimiento de cotizaciones especiales y progresivas para los autónomos cuyos beneficios se encuentren entre el SMI y 1500 euros; no tener que realizar pago trimestral en caso de que los beneficios no alcancen el SMI y realizar un pago reducido cuando se está por debajo de 1500 euros.

Reclaman también no tener que adelantar los pagos a Hacienda a no ser que sea haga de forma voluntaria; una mayor flexibilidad a la hora de recuperar el IVA de los impagos y mejoras en la ley de segunda oportunidad, como distinguir entre el patrimonio personal y el profesional.

«El enfado es general ante el nuevo sistema de cotización, que sigue beneficiando a los que más ganan y no permite calcular el coste de los gastos de forma mensual», explica María García, coordinadora de Burgos. «Nos seguimos sintiendo como los recaudadores del Estado: nosotros tenemos que pagar el IVA y, si nos confundimos, nosotros somos los que pagamos las consecuencias».