Los rescates en helicóptero en la montaña de Castilla y León duplican los previos a la pandemia

El macropuente de diciembre abre la temporada alta de rescates que se extiende hasta bien avanzada la primavera con picos de actividad que marcan momentos como la mejora de las temperaturas tras el invierno, que vuelven más peligrosas la zonas de nieve.

El balance facilitado desde la Agencia de Protección Civil de Castilla y León contabiliza 88 intervenciones desde el inicio del año hasta después del puente festivo de la Constitución y la Inmaculada, frente a las 48 con las que cerró balance el año 2019. Casi el doble, a falta de la recta final de diciembre, en la que los días festivos y de vacaciones suelen incidir en un aumento del número de personas que salen a hacer rutas a la montaña. Estas cifras son los datos de actividad del Grupo de Rescate que depende de la Junta, pero a ellas se suman los rescates de los equipos de montaña de la Guardia Civil.

El balance del Grupo de Rescate autonómico, con base en el aeródromo vallisoletano de Alcazarén, ofrece un recuento desde el año 2006 de 1.013 intervenciones, a las que hay que sumar otras 261 movilizaciones sin actuación y 36 salidas preventivas.

«La labor principal es la realización de búsquedas, rescates, socorro y salvamento en entornos de difícil acceso, además de labores de protección civil como evacuaciones, traslados de víveres o personas», relatan desde la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, departamento al que está adscrita la Agencia de Protección Civil de Castilla y León.

«Es un servicio esencial, cada vez hay más salidas a la montaña, cada vez tenemos más incidentes en la montaña y cada vez hay más rescates para el Grupo de la Agencia de Protección Civil. Son profesionales formados al más alto nivel. Funcionan todos los días del año, 24 horas al día. Mientras no están asistiendo están poniendo en disposición el helicóptero o mejorando la formación», valora Irene Cortés, directora general de la Agencia de Protección Civil y Emergencias de la Junta de Castilla y León. El tiempo de despegue para atender un aviso no puede superar, por contrato de la licitación, los 11 minutos, pero la media es de 5.

Irene Cortés destaca la mejora respecto a otras comunidades que supone contar con un profesional sanitario entre la tripulación del helicóptero. «Con la Guardia Civil mantenemos un protocolo de colaboración en materia de rescate, que funciona extraordinariamente bien. Nos repartimos los rescates. Por tierra llegan los agentes mejor que nosotros y por aire y con asistencia sanitaria, siempre es el nuestro», explica la directora de Protección Civil y Emergencias de la Junta, que hace un llamamiento a la responsabilidad de los ciudadanos cuando se disponen a salir a la montaña.

Irene Cortés recuerda la necesidad de programar a conciencia esas actividades, prestar atención a las previsiones meteorológicas, llevar una equipación adecuada para desarrollar la marcha, pero también para afrontar un imprevisto que permita aguantar frío y lluvia, pedir auxilio y ubicar el lugar concreto al que tienen que acceder los equipos de ayuda. Es imprescindible un salir con un móvil cargado y muy recomendable la geolocalización.

Castilla y León cuenta con una tasa en vigor desde 2012 por el rescate en helicóptero que podría aplicar si se demuestra negligencia en la salida a la montaña de la persona a la que se auxilia y que la Administración autonómica aún no ha estrenado. Se planteó como una medida de concienciación y «disuasoria», pero está ahí.

La tarifa se estipula en 1.966,45 euros por hora de vuelo de la aeronave, a lo que hay que sumar 32,60 euros por hora de trabajo de cada rescatador, 25,70 por hora empleada por el operador de logística y 38,20 por las horas del técnico que coordina el rescate. La tarifa de un rescate de montaña sobrepasaría los 4.000 euros en el mejor de los casos y teniendo en cuenta que las tasas se han congelado durante los últimos años.