Interior de un aula en el colegio Rafaela María de Valladolid, con los preparativos para iniciar el próximo curso. Gabriel Villamil

Los rebrotes de covid ponen en duda la educación presencial en los colegios de Castilla y León

La Junta no descarta cambios en el protocolo fijado y los centros muestran su incertidumbre y preocupación

Arturo Posada

Valladolid

Miércoles, 12 de agosto 2020, 07:49

El miércoles 9 de septiembre de 2020 es una fecha clave. Ese día se inicia el curso en infantil, primaria y educación especial en Castilla y León. Los colegios tienen previsto abrir sus puertas con las medidas de seguridad impuestas por la Junta, pero ... el temor por los rebrotes de la covid-19 aumentan la incertidumbre a menos de un mes para el día señalado.

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«Estamos preocupados», dice Pilar Gredilla, presidenta del sindicato ANPE Castilla y León, formado por docentes de la enseñanza pública. «Apostamos por un curso presencial cien por cien, pero siempre reivindicando y defendiendo que tiene que ser un inicio de curso seguro, tanto para alumnos como para los profesores. Y con la situación actual esa idea está en tela de juicio. No sabemos si el curso podrá ser así en su totalidad».

Las dudas están extendidas en todas las capas del sector educativo. «La idea es que sea lo más presencial posible, pero la situación empeora. Igual tenemos que cambiar todo el protocolo a finales de agosto», apunta una profesora de un colegio concertado de Valladolid. «Estamos con un poco de miedo después de ver lo que ha pasado en otros países cuando han abierto los colegios», señala esta docente.

Los casos en otras latitudes aumentan la incertidumbre. En junio, el gobierno de Israel cerró más de 240 colegios y guarderías tras la confirmación de brotes de coronavirus. Más de 16.000 alumnos quedaron en cuarentena. Los distintos 'länder' de Alemania han comenzado ya con las clases presenciales con diferentes normas sobre el uso mascarillas y sin mantener las distancias de seguridad.

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En Castilla y León, los profesores consultados afirman sentir «miedo y respeto» ante la apertura del curso escolar en septiembre: «En los centros podemos hacer lo que está en nuestra mano, pero fuera de los colegios no sabemos lo que hacen los niños y adolescentes, si están en botellones o fiestas de fin de semana...».

La Junta insiste en que su gran objetivo pasa por garantizar la educación presencial y aplicar confinamientos cortos si se dan rebrotes en los colegios. Sin embargo, tampoco se descartan cambios en una situación de alta volatilidad. «Vamos a intentar mantener la educación presencial y a la vez la seguridad, como es lógico. Pero depende un poco de cómo vayan estas semanas previas al inicio. Van a ser decisivas», expone Francisco Igea, vicepresidente de la Junta y portavoz del gobierno autonómico. El ejecutivo regional sigue «día a día» la evolución de la crisis con continuas «reevaluaciones». Igea recuerda que la «evolución epidemiológica marca todas las situaciones» por lo que no se descarta un cambio del protocolo fijado en función del desarrollo de la pandemia. Además, desliza una queja hacia el gobierno central: «El Ministerio tampoco ha definido bien las cosas».

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Señalización en un colegio de Valladolid Gabriel Villamil

La incertidumbre se extiende entre profesores y alumnos. El pasado lunes una docente telefoneó a Juan Carlos Rojo, del sindicato de enseñanza de Comisiones Obreras en Valladolid, para preguntarle si tenía información sobre las pruebas a las que debe someterse el personal de riesgo de los colegios. «Todavía no les han dicho nada», confirma Rojo. «Es un ejemplo que muestra el nivel de dejadez que hay. Se debe determinar quién es personal de riesgo porque padezca asma o tenga el sistema inmunológico debilitado. Pero todo se ha dejado en mano de los directores de los centros, que son los que lo tienen que gestionar. La Consejería de Educación está ahora de vacaciones y no tenemos más información que el protocolo que sacaron».

Riesgos laborales

El malestar entre los directores de los colegios es palpable. Muchos de ellos se quejan en privado de que no son profesionales de riesgos laborales y que no saben muy bien como actuar para ejecutar el protocolo fijado. «Sí, dicen que no se les ha dado ningún tipo de información, que no son expertos y que no saben lo que pasará», relata José Gerardo García, secretario de enseñanza de UGT Valladolid. «En la mayoría de los centros están de vacaciones, después de haber estado trabajando hasta la primera semana de agosto para mandar los protocolos».

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La Junta aprobó el 19 de julio las normas elaboradas por la Consejería de Educación para el regreso a la actividad lectiva con dos grandes ejes: evitar los contagios y detectar y aislar precozmente los posibles casos que pudieran aparecer en los centros. En el primer y segundo ciclo de infantil se fijan «grupos estables de convivencia» aislados con un máximo entre 22 y 25 alumnos por aula, sin restricciones de distancia de seguridad entre sus integrantes ni el uso de mascarilla. A partir del segundo curso de educación primaria, ya rigen las diferentes ratios –la Junta no contempla reducirlas–, con la recomendación de guardar la distancia de 1,5 metros y el uso obligatorio de mascarillas si no resulta posible disponer de ese espacio interpersonal.

Las nuevas medidas obligan a la contratación de más profesorado y a la diversificación de los grupos. Los centros han adoptado medidas para reducir los aforos de las clases. En los colegios más masificados se ha pasado de tener tres grupos de infantil con 25 alumnos cada uno a cuatro con un máximo de 19 estudiantes por aula. Castilla y León contará este curso con 550 profesores extra para reforzar los desdobles. En el caso de Valladolid serán aproximadamente un centenar, aunque aún no se han comunicado las cifras concretas.

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«En Valladolid somos unos 5.000 docentes así que esto supondrá solo un 2% más. No nos han querido concretar el número exacto. Estamos asustados porque se da algún cupo más, algún desdoble en infantil y primero de primaria, pero es poca cosa», apunta José Gerardo García de UGT.

Los centros consideran que ese refuerzo de profesores no solucionará los problemas de los centros con más alumnos. Y se mantienen expectativas pesimistas. Una directora intercambió impresiones con un compañero, que lo resumió así: «La apuesta era ver si tardábamos en confinar un mes o dos. Esa era la percepción que hay con estos protocolos. Los directores estamos preocupados por lo que va a suceder».

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«Necesitamos una seguridad que ahora no existe»

En el sindicato ANPE recuerdan que los docentes y los alumnos necesitan una «seguridad que ahora mismo no existe». «Se deben facilitar los medios. Hay que minimizar los riesgos para toda la comunidad educativa, tanto del profesorado como del alumnado y de todos aquellos que trabajan en los centros educativos. Y dotar de todo aquello que sea necesario: recursos humanos y materiales para ello. Ahí sí que es importante la reducción de ratios que estamos pidiendo y elementos de apoyo», recalca Pilar Gredilla, presidenta de ANPE Castilla y León. En UGT se considera complicado mantener los 'grupos burbuja'. «Se habla de entradas escalonadas, pero los centros lo ven difícil. ¿Unos entrarán a menos diez y otros en punto?¿No se juntarán todos en el patio?», se pregunta José Gerardo García.

La UE marca las pautas para evaluar las diferentes situaciones de riesgo

El riesgo de transmitir el SARS-CoV-2 aumenta con el tiempo de exposición al virus. Por eso, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, en sus siglas en inglés), dependiente de la Unión Europea, publicó el pasado lunes un documento para evaluar los diferentes niveles de riesgo en los colegios. Se considera que los estudiantes que compartan una clase con un caso confirmado de covid-19 se encuentran en el nivel más alto de exposición, así como aquellos alumnos, profesores y demás personal que participan conjuntamente actividades deportivas, cafeterías, gimnasios o patios de recreo, siempre que haya contacto físico. Igualmente, el ECDC recuerda que se encuentran también en situación de alto riesgo aquellos estudiantes o que compartan habitación en residencias, espacios sociales o baños.

La agencia europea establece un límite, algo arbitrario, de 15 minutos para aquellas personas que han estado cada a cara con un caso confirmado de covid-19 a menos de dos metros durante menos de un cuarto de hora. Esta misma consideración de bajo riesgo se aplica a aquellas personas que hayan compartido espacio cerrado con un infectado durante ese periodo de tiempo. El documento establece también que los viajes, a menos de dos metros de proximidad, con un caso de covid confirmado «en cualquier medio de transporte durante menos de 15 minutos» se considera una exposición de riesgo reducido. Sin embargo, el ECDC matiza que las autoridades públicas pueden considerar que existan casos de alto riesgo en plazos menores de tiempo.

El ECDC recuerda que los niños tienen más contacto social que la mayoría de los adultos, algo que sucede también con los profesores. El papel de los niños en la transmisión del coronavirus no está aún claro, aunque un reciente estudio publicado en la revista médica JAMA Pediatrics indica que la carga viral en niños menores de cinco años con síntomas leves o moderados de covid-19 es superior a la de niños de más edad y adultos. El ECDC recuerda que la transmisión del virus por niños asintomáticos y presintomáticos es posible.

La agencia europea pretende que los positivos sean rápidamente identificados para iniciar el rastreo de los contactos y prevenir la transmisión, especialmente en los grupos de riesgo y personas con patologías previas. Igualmente, el ECDC subraya que los niños que convivan con personas que han dado positivo deben efectuar una cuarentena de 14 días desde la última exposición con el infectado.

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