En el Día Mundial de la Fontanería, que se celebró ayer, los 'fontaneros' de los partidos apenas tuvieron tiempo para comer y recargar el móvil. El PSOE, que no contaba con anticipar la presentación de la moción de censura hasta haberse trabajado algo más los apoyos, se encuentra ahora con un plazo exiguo, de algo menos de dos semanas, para poder convencer a Ciudadanos, o a parte de ellos, de la necesidad de apoyar el cambio de Gobierno en Castilla y León.
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En esa búsqueda de argumentos convincentes, el Juzgado de Instrucción número 4 les brindó una oportunidad. 17 encausados en el caso de la trama eólica, entre ellos un ex viceconsejero de Economía. Ana Sánchez, secretaria de Organización, se lanzó a degüello en las redes sociales. «La corruPPción diaria en Castilla y León. Esta tierra merece ser escuchada. No soporta más tanta degradación», escribió. Y le acompañaron las tropas.
Un argumento con apariencia sólida. Si en Murcia Ciudadanos ha expuesto las corruptelas con las vacunas como motivo de ruptura, y en Andalucía derrocó al PSOE por, entre otras cosas, el caso de los ERE, quizá el runrún de la trama eólica, o lo que pueda pasar con el caso Kitchen y el asesor de Mañueco, Ignacio Cosidó... «Si no son cargos públicos actualmente, poco podemos hacer. Está en manos de la justicia y apoyaremos las decisiones judiciales, como hemos dicho. Ciudadanos es un partido impulsor de las comisiones de investigación y desde que está Ciudadanos la corrupción no se mantiene en las instituciones», fue la respuesta de Gemma Villarroel, coordinadora autonómica de la formación naranja.
Todo sobre la moción de censura
Antonio G. Encinas
A la pregunta de qué ocurre entonces cuando en esa época de las eólicas el secretario general del partido que gobernaba, en este caso el PP, era quien ocupa hoy la Presidencia de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, Villarroel respondió con un tono similar. «Ciudadanos es el partido más excluyente con respecto a la corrupción política. Nuestra línea roja está en la imputación, o la investigación, como se denomina ahora, de un cargo público por corrupción política. Esa línea roja no la han tenido ni el PP ni el PSOE. Nosotros llegamos hasta ahí, no podemos hacer de juez, jurado y verdugo y meternos en el ámbito judicial».
Así que por ahí, dados los plazos de la moción de censura, parece que va a ser complicado que los de Tudanca rasquen el apoyo que necesitan, al menos de la línea oficial de Ciudadanos.
En el PSOE se saben ante una oportunidad única. La segunda en dos años, pero también la última opción. La línea argumental que se sigue es que Castilla y León votó por ese cambio con 35 procuradores socialistas y 12 de Ciudadanos y que, tras «no escuchar» la voluntad popular y pactar con el PP, el castigo infligido fue severísimo con los naranjas: de 8 diputados a cero. Si ahora vuelven a defraudar ese deseo de cambio serán los culpables y su próximo paso será desaparecer del mapa electoral, dicen.
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Por eso los socialistas se entregarán con denuedo durante dos semanas a convencer a Ciudadanos. O a los procuradores que necesitan. Algunas fuentes aseguran que han redoblado esfuerzos para intentar un acercamiento desde Burgos, donde Ciudadanos rubricó un pacto de gobernabilidad en el Ayuntamiento que rige el socialista Daniel de la Rosa, y donde hay muy buena relación. El foco está puesto en Madrid, donde se puede negociar con una apertura de miras más amplia y donde entran en juego, por ejemplo, los desprecios de Génova a Ciudadanos en las últimas horas.
Y mientras tanto empiezan a llegar algunas voces que también reclaman su cuota de protagonismo. Pedro Pascual Muñoz, procurador de Por Ávila, repitió ayer en la Ser lo que ya había insinuado Luis Mariano Santos, de UPL. Que sus formaciones, de carácter territorial, están abiertas a escuchar qué tendría que ofrecer un Gobierno liderado por Luis Tudanca a ambas provincias.
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Una suma de PSOE, Podemos, UPL y Por Ávila alcanzaría los 39 procuradores y solo faltaría que dos de Ciudadanos rompieran la disciplina de voto para aupar a Tudanca a la Presidencia. Y aquí va otro argumento de los socialistas. Cs pactó con el PP por mediación de Madrid, pero su campaña electoral se basó en el cambio de rumbo para Castilla y León, por lo que el acuerdo impuesto por Albert Rivera dejó insatisfechos a muchos de los firmantes. A esos a los que ahora el PSOE pide que aprovechen la segunda oportunidad de cambio.
Luis Tudanca no contempla que Francisco Igea pueda formar parte del pacto de Gobierno con el PSOE, puesto que le considera ajeno a Ciudadanos como partido. «Es una moción contra Mañueco e Igea», dijo el secretario autonómico de los socialistas en La Sexta. El líder del PSOE y su equipo más cercano trataron en todo momento, durante el día, de evitar los mensajes duros hacia Ciudadanos. De hecho, en las últimas semanas han aleccionado a sus direcciones provinciales para que se rebajara el tono y se evitaran discusiones públicas y fuertes con la formación naranja que pudieran obstaculizar la negociación con los de Arrimadas.
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