El Procurador insta a no penalizar faltas de ortografía en la EBAU a alumnos con dislexia

Una medida, que el Procurador del Común entiende, tras tramitar una queja e investigar la situación, que debe aplicarse también de forma normalizada a la etapa de Bachillerato, puesto que la nota media de esos dos cursos supone el 60% de la calificación de la EBAU. Mantener la situación actual, con la penalización por las faltas de ortografía para los estudiantes con dislexia, supone una quiebra «de un marco de igualdad de oportunidades», esgrime Tomás Quintana, que recoge en su escrito que «en la medida en que los errores ortográficos tienen un fundamento neurológico en el caso de las personas con dislexia, y que, además, estas personas encuentran muchas dificultades en reconocer esos errores de forma consciente, deben adoptarse medidas en el ámbito educativo que permitan garantizar las debidas condiciones de igualdad a dichas personas».

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Laura Negro

La resolución del Procurador del Común, remitida este mes a la consejera de Educación, coincide en el calendario con los preparativos de la próxima EBAU, que tendrá lugar en junio. Que se tenga en cuenta la dislexia del alumno a la hora de valorar las faltas de ortografía es una demanda de la Federación Española de Dislexia. Tomás Quintana recuerda a la Junta de Castilla y León que es una medida que Cataluña sí aplica.

A requerimiento del Procurador, desde la Consejería de Educación trasladan un informe con los pormenores de las medidas que aplican a los alumnos con necesidades educativas especiales. Destacan en ese documento que la comisión que organiza la EBAU garantiza las «adaptaciones» para los alumnos presentan necesidades de apoyo educativo o sanitario en los exámenes de la prueba. Las mismas de las que se hayan beneficiado durante el curso. Incluye tiempo adicional, cambio de ubicación en el aula o accesibilidad al recinto, modelos en braille, texto ampliado o soporte diferente a papel...

A tenor del enfoque que trasladan desde Educación, la respuesta a la solicitud del Procurador del Común no está clara. Reconocen el problema, pero no exponen una solución. Aseguran desde la consejería que ese escollo de los alumnos con dislexia con la penalización de las faltas se da a lo largo de las etapas previas al acceso a la Universidad «donde tampoco se adoptan, con carácter general, medidas» como que no se penalicen los errores de ortografía. «Por tanto, si, para que no se penalicen las faltas de ortografía en la EBAU, es necesario que se hubiera formalizado la aplicación de dicha medida en los centros donde los alumnos afectados hubieran cursado los títulos que les permiten acceder a la prueba, lo cierto es que las garantías de superar la EBAU se reducen, manteniéndose las dificultades a las que tienen que enfrentarse los alumnos con dislexia en el ámbito educativo», exponen al Procurador del Común.

En resumen, si el alumno arrastra desde el instituto este problema sin que se le haya reconocido la adaptación de no penalizar la ortografía, en la EBAU estará en esa situación. Frente a ese planteamiento, Tomás Quintana insiste en que Educación articule una solución normalizada para esa evaluación y para el Bachillerato. Y que las faltas no resten a los estudiantes con dislexia.