Día de los Trabajadores

Primero de Mayo: cuál es su origen y qué se reivindica este año en Castilla y León

El Primero de Mayo es una festividad oficial en 80 países y extraoficial en muchos otros, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Su origen se remonta al Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional que tuvo lugar en París en julio de 1889, donde se instauró como jornada reivindicativa de los derechos de los trabajadores. Comenzó a celebrarse en 1890 también en la capital vallisoletana, donde ese año se trasladó al domingo 4 de mayo para garantizar una mayor asistencia.

La elección del día no fue casual, sino que se trataba de un homenaje a los llamados Mártires de Chicago. La historia de estos últimos se remonta a otro 1 de mayo, pero de 1886, cuando arrancó una multitudinaria huelga para exigir la jornada de ocho horas en EE UU. Más de cinco mil fábricas se paralizaron y 340.000 obreros salieron a calles y plazas a manifestarse, según recuerda la Fundación Francisco Largo Caballero de UGT. En la ciudad estadounidense las reivindicaciones adquirieron un cariz violento que culminó con una masacre en plaza Haymarket el 4 de mayo y un juicio amañado posterior contra los dirigentes anarquistas y socialistas, que fueron ejecutados.

Los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CC OO, firman un manifiesto conjunto que lleva por título 'Por el pleno empleo: reducir jornada, mejorar salarios'. Consideran que «es el momento» de disminuir las horas de trabajo hasta las 37,5 semanales, de regular mejor la contratación a tiempo parcial y de una nueva normativa sobre el despido «que respete los compromisos internacionales adquiridos por nuestro país a través de la Carta Social Europea», además de extender los contenidos de la llamada Ley Rider «al conjunto de la economía de plataforma». En este sentido, creen que «el proceso de digitalización y la inteligencia artificial han de hacer más productivas nuestras empresas para trabajar menos tiempo, pero en mejores condiciones».

Junto a esto, apuestan por que se aproveche «la ventaja comparativa» que tiene Castilla y León en relación a la energía renovable para «una efectiva reindustrialización, a través de políticas de Estado que permitan afrontar las transiciones ecológica, digital y verde». Asimismo, exigen que se cumpla el artículo 129.2 de la Constitución, de modo que los asalariados se incorporen a los centros de decisión de las compañías en las que están ocupados en la medida en que «contribuyen a su creación de valor y beneficios». El documento unitario incluye otras reivindicaciones, como la petición de una reforma fiscal y «una potente estrategia de cuidados», la consolidación de los sistemas de protección social, más vivienda pública y «acabar con la precariedad laboral de la juventud y la brecha de género que sufren las mujeres», entre otros aspectos.

CGT, por su parte, tiene como lema 'Recupera tu vida. Por la reducción de la jornada laboral sin pérdida de salario', algo que a juicio de la central «ya está presente en el debate público». Incide en que «hace más de 100 años el movimiento obrero libertario logró conquistar la jornada laboral de ocho horas y, actualmente, comprobamos que los avances en productividad y tecnología han servido exclusivamente para aumentar la riqueza de modo exponencial de las grandes empresas y capitalistas». De ahí que aboguen por cambiar esta realidad, si bien son conscientes de que «no será sencillo».

La Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras, con sus secretarios regionales Faustino Temprano y Vicente Andrés al frente, respectivamente, advierten de que «la situación de las relaciones laborales en nuestra comunidad pasa por una etapa sin precedentes, donde no se reconoce la representatividad de las organizaciones de clase». Acusan a la Junta de incumplir los acuerdos firmados en el ámbito del Diálogo Social y de eliminar programas que afectan a «personas desempleadas y colectivos vulnerables»,aseguran que «se pretende destruir la mediación y conciliación laboral», en referencia al Serla, y lamentan que «no funcionen los órganos de participación institucional». Su conclusión es que «los procesos de Diálogo Social en Castilla y León están en una situación límite», ante el incumplimiento de la legislación autonómica, nacional y comunitaria por parte del actual Gobierno de PP y Vox.

UGT y CC OO, que han organizado movilizaciones en catorce localidades de Castilla y León, han incorporado a la convocatoria a última hora un llamamiento «en defensa de la democracia y de la libertad». Al hilo de esto, señalan que «no puede tolerarse el clima de crispación y de confrontación permanente que se ha instalado en nuestro país» y rechazan «la normalización de la mentira y la proliferación de bulos y la desinformación permanente propiciados desde pseudomedios de comunicación' que intoxican el debate público».

Por último, exigen «respeto a todas las posiciones ideológicas y la legitimidad democrática de aquellos que nos sometemos a las urnas como somos las propias organizaciones sindicales», que según critican «también somos diana de la extrema derecha y de la derecha extrema como muy bien conocemos en esta comunidad autónoma».