El presupuesto de 2022 en Castilla y León, de vital para la recuperación a prescindible para la coalición

El presupuesto de la Junta para 2022 ha pasado de la calificación de instrumento vital para afrontar la recuperación de los efectos de la pandemia a dejar de ser una prioridad para la coalición de PP y Vox. El proyecto presupuestario fue, además, el argumento esgrimido por Alfonso Fernández Mañueco para convocar elecciones en víspera de su debate y votación, asegurando que existía un acuerdo secreto de PSOE, Cs y Por Ávila. El presidente de la Junta avanzó ayer, tras jurar el cargo, su intención no presentar proyecto de presupuesto autonómico y culminar el año gestionando el día a día en la Junta con el prorrogado de 2021. El máximo responsable del Ejecutivo autonómico confirmó este cambio de orientación presupuestaria al abordar las prioridades del nuevo Gobierno. Mañueco ha adelantado que en la primera reunión de trabajo, la que celebrarán mañana jueves, saldrá aprobado el anunciado plan con medidas para hacer frente al actual momento de crisis. ¿Y el presupuesto para 2022?, se le ha preguntado en la rueda de prensa en la que anunció el nombre de los consejeros del PP. Presupuesto de la Junta para este año. Actualizar el presupuesto ya no es una prioridad, aseguró Fernández Mañueco, que situó el esfuerzo en materia presupuestaria, en verano, cuando se pongan a trabajar en las cuentas autonómicas «de cara al ejercicio que viene».

El dirigente autonómico justificó el cambio de escenario de prioridades y esa decisión de seguir con la cuentas prorrogadas en el escenario actual de «incertidumbres» económicas y presupuestarias . Defendió que «lo más sensato» es aplicar «una política conservadora». La Junta seguirá con una gestión marcada, por tanto, por la prórroga del presupuesto, lo que implica una menor agilidad de respuesta y más trámites para autorizar gastos no recogidos en partidas del presupuesto de 2021.

Aparcar el presupuesto supone, desde un punto de vista político, evitar fricciones con Vox. En el PP manejaban presentar el que quedó 'colgado' del anticipo electoral con ligeros retoques. Es un proyecto de cuentas que tiene como guía los objetivos de la agenda 2030, documento que es el epicentro de la críticas de los de Santiago Abascal. La limitaciones que implica ajustarse a las partidas de 2021 permite, además, más control sobre la gestión de las áreas de Vox.