José Luis Ábalos, tras la Ejecutiva del PSOE. eva ercolanese
Moción de censura en Castilla y León

Poca emoción en el primer intento de 'desalojo' en las Cortes en 38 años

Mucho antes de la votación, todas las valoraciones, dentro y fuera de la región, barruntaban el fracaso de Tudanca

Antonio Corbillón

Valladolid

Lunes, 22 de marzo 2021, 22:32

Una moción de censura, pero menos. Para ser la primera que se ha celebrado en casi cuatro décadas de parlamentarismo regional, las incógnitas de lo que podía suceder en las Cortes de Castilla y León no despertaron, ni de lejos, las pasiones ... que se vivieron en Murcia la semana pasada.

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Fuera de lo que se vio, escuchó y votó en el Hemiciclo, la foto para el recuerdo esperaba hacia las ocho de la tarde a las puertas de la sede de la soberanía regional. La luz ya declinaba cuando llegó el vehículo del líder nacional del PP, Pablo Casado, que se acercó a felicitar al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. Levantó su brazo como hace el árbitro cuando, tras un combate de boxeo, el jurado da como ganador a uno de los púgiles.

Antes, Casado había convocado para este martes a la Junta Directiva Nacional de la formación, el máximo órgano entre congresos. Aunque la vista está puesta en las elecciones del 4 de mayo en la Comunidad de Madrid, habrá sitio para analizar lo que este lunes se vivió en Valladolid.

Pero las valoraciones previas a este combate con un final previsible ya las había expresado a mediodía el portavoz nacional de los conservadores y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que daba por sentado lo que se confirmaría horas después. Que «es el PSOE quien presenta y pierde una moción en Castilla y León».

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Todo el mundo parecía tan seguro de lo que iba a ocurrir que incluso la 'minicrisis' que se ha escenificado en la estabilidad de la política regional parece haber tenido un fructífero efecto para Ciudadanos. Como pasa a veces en los matrimonios, el coqueteo con un tercero sirve para sellar mejor la estabilidad de la pareja.

Una vez rechazado el 'matrimonio' en segundas nupcias, la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, felicitó en sus redes sociales por su «trabajo» al presidente de la Junta. Pero también a su vicepresidente y hombre fuerte de Cs, Francisco Igea. La lideresa defendió que el Gobierno de Castilla y León «funciona» y hace una «gestión responsable y eficaz».

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Enfrentada en su día a Francisco Igea en las primarias para hacerse con el control estatal del partido naranja, está por ver si el final de este episodio hará que mejore la escasa 'química' entre Arrimadas y su líder regional. En todo caso, ella insistió en que «la moción de censura del PSOE estaba fuera de lugar y la hemos rechazado».

Muy 'enchufada' en pilotar el caso de Castilla y León, y más después del ataque de pánico que les generó la 'tocata y fuga' hacia el Grupo Mixto de su procuradora salmantina María Montero, la portavoz nacional adjunta de Cs, Melisa Rodríguez, también argumentó que «no entiendo ni comparto la intención del PSOE de romper gobierno sólidos y estables».

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Este ha sido el 'mantra' que se ha repetido por activa y pasiva entre los dos partidos que podían verse damnificados por los efectos de la moción. Martínez-Almeida insistía en poner el foco en que «aquí nadie habla de cómo es posible que el Gobierno de la Nación y el PSOE se hayan embarcado en la desestabilización de gobiernos de comunidades autónomas en los momentos precisamente que estamos viviendo». De fondo, en todo este estéril zafarrancho político, unos y otros se echaban en cara que el verdadero enemigo, la pandemia sanitaria, había desaparecido de sus agendas.

Higiénico Ábalos

En su intento de que los 'gatillazos' socialistas (con el de aquí ya son dos en una semana) alcancen al presidente Pedro Sánchez, un verborreico José Luis Martínez-Almeida no dudó en salpicar de barro al mismo partido que en la tarde de ayer les garantizó la vara de mando en la Junta. «Todo lo que ha pasado en las dos últimas semanas es producto de una negociación que hay en el Palacio de La Moncloa con Cs para hacer una moción de censura en Murcia», resumió.

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Por supuesto, el más duro fue el 'padrino' del fracasado pretendiente. El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, instó antes a la dirección de Ciudadanos a que «por higiene democrática y por dignidad»ante la campaña del PP para «fagocitarles», rompan todos sus pactos de Gobierno en ayuntamientos y comunidades. Usando terminología con aires 'comuneros', Ábalos recordó a todos que «nosotros pedimos votos. No los compramos. El PP busca vasallos y traidores», destacó en la cuenta de Twitter del PSOE.

En opinión del también ministro de Transporte y Movilidad, Cs no puede apoyar a la derecha extrema que trata de aniquilarles con «la utilización de los peores métodos», y agregó y remachó que el PP no busca aliados sino que quiere «clientes, cómplices y vasallos».

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Para este político, la estrategia del PP es, por un lado, «guardar silencio» sobre el tenebroso pasado de la formación que se juzga en los juzgados y se investiga en el Congreso de los Diputados; y, por otro, cobijar a «oportunistas y aventureros», que abandonan el barco y a los que «meten en nómina». «Tanto criticar la estabilidad de coalición del Gobierno de la Nación -reflexionó- y parece ser que los gobiernos de estabilidad del PP son los que han hecho aguas allá donde gobiernan».

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De andar por casa

La histórica aunque inútil jornada, también permitió escuchar los pronunciamientos de otros actores locales de la política. Así, el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo (PP), insistió horas antes que la moción de censura es «absolutamente inoportuna» y «va a ser estéril pues no saldrá adelante». Como Martínez-Almeida, se apuntó a 'rellenar' un 'quiniela' que parecía fácil.

Para García Carbayo, estas jugadas son propias de «politicuchos de tercera», mientras que que la actividad de los políticos está «no para repartirse cargos» sino para «otras cosas».

Para la anécdota quedan las críticas del portavoz conservador en el Ayuntamiento de Burgos, Jorge Berzosa, que no habló de reparto de sillones o de olvidarse de la pandemia, sino que criticó al alcalde de su ciudad, Daniel de la Rosa, por «usar el balcón de la Casa Consistorial para emitir mensajes partidistas, el último respaldando la moción de Luis Tudanca».

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Dice Berzosa que el regidor confunde el partido con la institución. Tampoco se equivocó el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar (PP), que vaticinó antes que Tudanca «no se lo cree» y que la iniciativa «nace muerta».

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