![El Pleno regional se convierte en un debate del estado de la nación](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202012/01/media/cortadas/DSCF2180-kqx-U120936252167B3G-1248x770@El%20Norte.jpg)
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La segunda ola empieza a amainar -muy levemente, ojo- y se planifican campañas de vacunación con vacunas que aún no están aquí. Y eso, en términos políticos, significa que de nuevo cambia el eje del debate. Cuando llegue la postpandemia, es mejor que te coja con el culpable bien definido. Para el PSOE y Unidos Podemos, es del tándem Mañueco-Igea. Para estos, es el Gobierno central. Y sobre ese círculo giran las posturas una y otra vez.
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El mejor ejemplo fue el asunto de las ayudas a los afectados por los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo. Seis millones de euros en ayudas que se agotaron «a las 28 horas de iniciarse el plazo de solicitud», destacó la socialista Virginia Barcones, y dejaron fuera a 36.000 solicitantes que cumplían los requisitos. Habrían hecho en falta en torno a 18 millones de euros más para que hubieran cubierto a todos los que las pidieron. «Mil páginas de Bocyl -Boletín Oficial de Castilla y León- diciendo que no a trabajadores que cumplen los requisitos, que necesitan la ayuda. Pida perdón y rectifique», emplazó Barcones, que habló de sistema «bochornoso» y de «falta de respeto a los trabajadores».
De la encrucijada salió la consejera de Empleo, Ana Carlota Amigo, con un órdago a la grande. «Pida usted entonces perdón a los millones de trabajadores que en el resto de comunidades autónomas no cobran ningún complemento. Al menos en Castilla y León ha habido 12.000 personas que van a cobrar una media de 600 euros, mientras que en Valencia les han dado una paga de cien euros», contragolpeó.
A la estrategia defensiva le sumó primero una retahíla de números para explicar los apoyos que ha brindado la Junta a autónomos o al colectivo de trabajadores con discapacidad, antes de pasar al último bastión de la táctica del Ejecutivo: el golpe por elevación. Esto es, atizar al Ejecutivo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para desautorizar a la oposición en el hemiciclo regional. «Pida a la ministra de Transición Ecológica que cumpla con las recolocaciones de doscientos trabajadores excedentes del sector de la minería de León y Palencia; al ministro de Seguridad Sociale le pueded decir y que no suban cuotas de autónomos, que desde ayer pagan 24 euros más; y a su ministra de Trabajo, para que no envíe cartas a a la calle covid-19, que no existe, y que agilice la tramitación de las prestaciones por desempleo, ya que el colapso del SEPE hace que se estén retrasando hasta seis meses. Así que señora Barcones pida usted perdón a todos los españoles».
En esa contienda a dos bandas, Nacional-Regional, se dirimió la tarde. «No hace el menor asomo de autocrítica. Ha empezado culpando al Gobierno y ha terminado culpando al Gobierno», resumió Tudanca la intervención de Mañueco. Y lo cierto es que la única concesión del presidente autonómico al Ejecutivo de Sánchez fue para alabar a Europa. «El Gobierno de España acierta cuando apuesta por Europa. Pero hay que decir también que la vavcuna quien la trae a España e Europa. Es bueno precisar esta afirmación. Y Europa representa una apuesta clara con esos 140.000 millones por la recuperación económica en España y en Castilla y León». Un discurso salpicado por alguna pulla del estilo «el comité de expertos de Castilla y León, que tienen nombre y apellidos».
Mañueco se comprometió a dejar en modo avión el decreto que regulaba las condiciones de los sanitarios. «Porque el objetivo era impulsar la negociación», dijo, tras admitir, como la consejera Casado, que se había explicado mal. «Es un marco jurídico que no tiene ningún efecto si no hay un acuerdo con los representantes sindicales en la mesa de negociación. No se hará nada que no esté pactado en la mesa sectorial», se comprometió. Y Casado añadió después que no se hará nada «que no sea negociado, voluntario y retribuido».
Tudanca opuso a la táctica del Gobierno regional las críticas a los incumplimientos que a su juicio han cometido. Pablo Fernández (Podemos) fue un poco más allá. Su pregunta a Igea ya anticipaba tormenta: «¿Piensa la Junta cumplir alguna vez los acuerdos que firma?». Y le dejó caer a David Castaño (Cs) su partido actúa «como el perro del hoterlano, que ni cumple ni hace cumplir», y acusó al Gobierno de favorecer las «corruptelas», lo que llevó a ambos a enzarzarse puestos en pie y a la procuradora Marta Sanz (Cs) a actuar de separación mientras Luis Fuentes pedía paz. Y llegó Igea: «Ya tenemos otro bonito vídeo de la factoría Fernández. Dice que se ha incrementado la corrupción y cuando se le contesta algo se convierte en la dama de las camelias».
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