El plan de vivienda pública del Gobierno, un «tremendo error» para los contratistas

Pascual ha puesto en duda incluso que acabe llevándose a cabo, ya que, según ha manifestado, prefiere fijarse «en lo que se hace más que escuchar lo que se dice». «Se dicen muchas 'boutades'», ha aseverado. En su opinión, en una economía de libre mercado «debe dejarse que sea éste el que se mueva con libertad» y satisfaga este tipo de necesidades. «El Estado debe cubrir las demandas que el sector privado no cubre, es decir, hacer un comedor social, pero no un restaurante», ha puesto como ejemplo.

Sobre la base de lo anunciado hasta ahora -el trasvase de viviendas y terrenos de la Sareb y la liberación de suelo propiedad del Ministerio de Defensa-., Pascual ha sostenido que «se construirán viviendas en sitios donde no toca y a precios irreales» y que «se consumirán recursos públicos mal gastados, quitando el dinero de un sitio donde es útil para ponerlo en otro donde dan más aplausos».

Respecto al planteamiento de que un parque de viviendas sociales también puede ser obra pública, el presidente de los contratistas ha señalado que «los constructores queremos hacer obras públicas productivas». Así, ha añadido que «el impacto en la economía y la rentabilidad social de la vivienda pública es muy inferior al de otro tipo de obras».

Tras admitir que «es cierto que tenemos un problema con los jóvenes y la vivienda», ha insistido en que «debe resolverlo el mercado». «Sería mejor dar ayudas directas a los demandantes, a los jóvenes. El problema que tiene España con la vivienda no es ni de lejos el que tienen en lugares como Londres o Dublín, allí sí hay precios desorbitados», ha continuado, para rematar con un «vivienda social que hagan en China».