![Coronavirus en Castilla y León: La otra ola de la pandemia: se multiplican las reclamaciones y aumentarán las denuncias](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202010/11/media/cortadas/GF4NCP12-khID-U1204261402210WB-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Leer el 'Diario de Wuhan' de Fang Fang provoca una sensación extraña, como de leer 'spoilers' con retraso. El 12 de febrero ya sumaban 21 días de confinamiento allí así que para el 21 de marzo la escritora china atisbaba cosas que España comprendería ... tiempo después. «Ahora mismo, la falta de opciones para el tratamiento de pacientes con enfermedades crónicas y severas se ha vuelto un problema muy real y muy urgente», redactaba entonces. Y poco después citaba una carta que le había llegado: «La madre de mi cuñada padecía cáncer de vías biliares, no podía comer y tampoco podía recibir atención médica: llamamos al médico y a emergencias en numerosas ocasiones pero nadie contestaba al teléfono. Murió de puro dolor el segundo día del Año Nuevo Chino».
Historias sobre reclamaciones de pacientes
Días atrás, en Castilla y León, se ha conocido el caso de dos mujeres burgalesas fallecidas por cáncer sin haber podido realizar una visita a su médico, que las atendió por teléfono. En Valladolid, una ex profesora de 70 años había conseguido al fin que su tumor, raro y agresivo, se redujera lo suficiente a golpe de quimio como para que los médicos se plantearan operar. El confinamiento lo paró todo. Murió en verano. Este viernes, la asociación El Defensor del Paciente enviaba una carta a la Fiscalía informando de un caso similar en Salamanca, con un tumor de cerebelo diagnosticado desde 2019.
carmen flores, asociación el defensor del paciente
La autora china Fang Fang no era una visionaria, simplemente describía cuanto veía y vivía en aquel confinamiento extremo. Y no difería mucho de lo que los expertos ya auguraban y que ahora empieza, como dice gráficamente el abogado Santiago Díez, «a asomar la patita». Una ola de quejas y de denuncias que solo acaba de empezar.
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A finales de marzo, un médico norteamericano, Victor Tseng, publicaba un gráfico con las diferentes olas de las pandemias. «Mientras nuestros amigos y colegas luchan con valentía en la vanguardia, debemos estar preparados para una serie de golpes posteriores. Es muy difícil planificar esto mientras estamos en 'modo supervivencia'. Debemos prepararnos pronto y marcar una estrategia para nuestra respuesta a los daños colaterales de la covid-19», escribía. Hablaba de los pacientes crónicos desatendidos. De los retrasos en los diagnósticos. De las secuelas de todos los que pasaran por las UCI. Y de una cuarta ola, a la que aún no hemos llegado ni a asomarnos, en la que florecerá el estrés de estos meses, con los problemas derivados de salud mental, síndrome del 'quemado'…
As our friends and colleagues brave the font lines, we must also get ready for a series of aftershocks. It's very hard to plan this far ahead while we're in survival mode. We must prepare early and strategize our response to the collateral damage of #COVID19 pic.twitter.com/YF7bif5PeK
Victor Tseng (@VectorSting) March 30, 2020
«Está empezando a llegar la queja sobre 'cómo me ha pasado a mí esto' y 'ha sido por esta situación', 'que no me atendieron', 'que no podía ir'… Ese tipo de consultas cada vez se hacen más frecuentes», cuenta Santiago Díez, que trabaja como letrado para la asociación El Defensor del Paciente. Una organización pequeña, centralizada en Madrid, con cuatro personas y un puñado de letrados 'amigos' dispersos por toda España. Carmen Flores, la persona que figura al frente, lo resume así: «Hay otra cara de la covid-19, otras víctimas, de las que no nos ocupamos».
santiago díez, abogado
Dice Flores: «El Gobierno de Castilla y León se tiene que plantear que hay que atender a las otras patologías y además con rapidez. Porque cada persona que no se atiende en traumatología y va empeorando, nos cuesta más. La van a despedir, va a cobrar paro o pensión porque será una situación irreversible… Es mejor invertir, porque la inversión se queda ahí pero el gasto sanitario de una patología crónica va a ser muchísimo más costosa».
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Y citaba Fang Fang, la futuróloga del coronavirus, otro párrafo de esa carta de un afectado: «Necesitamos tomar precauciones contra el virus, pero al mismo tiempo debemos retornar al orden normal de las cosas; ¡si los hospitales no recuperan la normalidad, esta ciudad sufrirá muchísimas muertes innecesarias e injustas!».
El parecido es indudable. Con un matiz a la gráfica de las cuatro olas del doctor Tseng. En España la primera ola no ha llegado a irse del todo, porque apenas se ha vivido un valle durante la época estival que ahora ya se da por finiquitado. No hay fase de contención, de rastreo y frenazo de la expansión del virus. Ese momento ya pasó. Oportunidad perdida. Ahora toca intentar mitigar de nuevo, aplanar la curva antes de que se dispare, luchar contra la temida transmisión comunitaria, en la que cualquiera puede ser el foco de contagio.
Tomás quintana, procurador del común
Y en ese escenario, con las UCI de nuevo ampliadas por encima del límite habitual, empiezan a padecerse las consecuencias de haber tenido que enfocar los recursos más críticos al Sars-Cov-2 casi en exclusiva. Decía Manuel Escarda, médico y secretario del PSOE en Valladolid, que en uno de los hospitales de la comunidad se realizan en torno a 30 intervenciones de cáncer de estómago al año y que este año van 3. Y, claro, es ilógico pensar que la disminución venga porque este año el cáncer de estómago se haya tomado un respiro.
«No solo son los casos graves», puede ser el inciso aquí del abogado Díez. «Hay muchos tipos de casos que en principio son patologías menos graves pero que si las dejas se acaban convirtiendo en graves». Y por ahí, dice, van a llegar las quejas y las denuncias. «La gente tiene mucho miedo a todo ahora mismo, incluido a reclamar. Pero hay muchas quejas que dicen 'con esto del covid me dejaron…' Y cuando esto pase o se consoliden situaciones más alarmantes para los pacientes habrá un aluvión de quejas. Es lo previsible».
Es tan previsible, de hecho, que casi es cuantificable. El Procurador del Común, Tomás Quintana, ya tiene un avance de lo que está por llegar, aunque en su caso no se instruyen demandas, solo se recogen reclamaciones y quejas. Llevan ya 1.889 quejas relacionadas con la Sanidad en lo que va de año, lo que supone más del 30% del total. En 2019, el epígrafe «Sanidad y consumo» contabilizó el 3,86% de las quejas recibidas por este organismo. «El número está muy por encima de cualquier otra materia, a excepción de Educación, pero aun así hay más de Sanidad. La mayor parte relacionadas con la situación derivada de la pandemia, y muchos de ellos relacionados con la prestación del servicio de Sanidad en el medio rural. Cierre de consultorios médicos, las alternativas a ese cierre con consultas no presenciales, porque no funcionan debidamente... La atención telefónica tampoco funciona bien, se tarda mucho en contactar. Son muchas circunstancias que afectan a la prestación del servicio».
Y añade un punto que coincide con lo explicado hasta ahora. «A las personas que tenían cita para una consulta, una prueba o una intervención, se les pospuso hasta que llegara una situación de normalidad Y eso ha generado retrasos importantes en la gestión sanitaria».
La situación de pandemia con el #Covid_19 está teniendo importantes efectos sanitarios, sociales, económicos, laborales y personales, que afectan a la #SaludMental de las personas. Necesitamos soluciones para evitar la siguiente pandemia 👉 la salud mental #DíaMundialSaludMental
SaludMentalSALAMANCA (@SaludMentalSAL) October 10, 2020
Este sábado, Día de la Salud Mental, las organizaciones que lidian con el día a día de estas patologías advertían de lo que se viene encima y de la necesidad de prevenir. Salud Mental, desde la delegación de Salamanca, escribía en Twitter: «La situación de pandemia está teniendo importantes efectos sanitarios, sociales, económicos, laborales y personales, que afectan a la salud mental de las personas. Necesitamos soluciones para evitar la siguiente pandemia».
Con la vacuna aún en lontananza, los casos de nuevo en ascenso y el retorno de los confinamientos más o menos duros, un nuevo 'retro-spoiler' de Fang Fang, este para la esperanza: «En las comunidades donde no hay casos de coronavirus se está procediendo poco a poco a la reapertura; hoy hasta he oído las risas de un niño en la calle: ha pasado tanto tiempo desde la última vez que oí esas risas...».
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