Atención a una mujer con covid en su domicilio en Valladolid. Rodrigo Jiménez
Castilla y León

85.000 pacientes en la región sufren covid persistente y reclaman mejoras diagnósticas

El Procurador del Común insta a la Junta a formar de manera continua a los sanitarios y a atender con más calidad a los afectados

Ana Santiago

Valladolid

Martes, 28 de febrero 2023, 00:15

La pandemia ha causado la muerte a casi 6,5 millones de personas en todo el mundo, con 119.380 decesos en España. De ellos, 18.466 se han producido en Castilla y León. La covid ha infectado a más de 600 millones en tres ... años– 13,8 en España, 854.878 positivos, en la comunidad–. Y de los que han superado la enfermedad, con o sin ingreso hospitalario, al menos un 10% sufre el llamado covid persistente –algunos estudios lo elevan al 20%– . Tres años después del principio de la pandemia, con la covid bajo 'control' desde hace tiempo, la prevalencia dura para no pocas personas meses, muchos. Después de haber superado la fase critica de una infección por coronavirus, siguen con cansancio y fatiga, dolores de cabeza, problemas neurológicos y respiratorios, entre otros.

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Ni siquiera hay consenso en la denominación de estas huellas: Longcovid, afección post-covid, covid persistente, secuelas post-agudas… y aún se debate si se trata de síntomas o una enfermedad.

Junto a ello, una sanidad ya deteriorada antes de 2020 y contra la pared por la tensión que generó la atención de esta pandemia, se enfrenta ahora al seguimiento de los casos prolongados, con una Atención Primaria que tradicionalmente tiene el papel de coordinación y seguimiento que casi ni puede con la asistencia ajena a esta patología. Coinciden pacientes y especialistas en que predomina una baja respuesta de las administraciones a este problema de salud, en que «han infravalorado el problema con la esperanza de que el tiempo termine por borrar este efecto».

Las unidades postcovid funcionan de forma muy diferente según provincias y en alguno los pacientes aseguran que ya no existen como tales

En Castilla y León este pasado verano se revisó y actualizó la guía de atención a las secuelas largas de la covid. Sin embargo, la efectividad de las consultas multidisciplinares específicas es muy variable según provincias e, incluso, hospitales dentro de una misma ciudad. La Consejería de Sanidad asegura que no han desaparecido la unidades específicas; pero los pacientes relatan experiencias muy diferentes. Mientras en Salamanca o en el Clínico de Valladolid se sienten atendidos por estos servicios específicos, en Soria aseguran que no existe y tampoco pacientes del Río Hortega identifican esta realidad como servicio. Y en León, el hospital les asegura haberla cerrado como tal ante la falta de medios. No es que no los atiendan sino que peregrinan de especialista en especialista y con grandes demoras en las pruebas y revisiones.

De esta forma, estos enfermos no están identificados y no logran el reconocimiento de enfermedad que les corresponde. Su afectación suele encajarse en la misma categoría de las secuelas de otras patologías.

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Por ello, destaca el Procurador del Común de Castilla y León, son muchas las quejas que en estos años han llegado a su oficina relacionadas con la falta de respuestas a estos supervivientes de la fase aguda que arrastran meses sin recuperar la salud.

Una nueva resolución de Tomás Quintana reclama a la Consejería de Sanidad mejoras palpables en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de estos pacientes que, según la estimación del 10%, superarían los 85.000 afectados.

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En la última recoge una resolución de este 23 de febrero, el autor de la reclamación califica de «seria precariedad» la atención a estas personas y destaca que «muchos facultativos no lo diagnostican (el covid persistente), sino que en los informes o partes de baja únicamente describen los síntomas». Asimismo, indica que «puesto que su dolencia se había cronificado en el tiempo requeriría la creación de un grupo interdisciplinar de profesionales tal y como ya se ha hecho en otras comunidades». Asimismo, «nos refería la importancia de la asistencia presencial de los facultativos de Atención Primaria y del seguimiento de la multitud de síntomas que presentan y la pertinencia de agilizar la cita con los especialistas». Una queja que se admitió a trámite en 2021.

La Consejería de Sanidad sí creó unas unidades, bajo el nombre de PAI (programa asistencial integrado) para dar respuesta a esta situación que entraron en funcionamiento en junio de 2021.

Sin embargo, los afectados, recoge el Procurador del Común, se quejan de demoras, carencia de diagnóstico, de coordinación y de falta de actualización de conocimientos.

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La oficina de Tomás Quintana analiza la situación de esta asistencia e insta a la Junta en una resolución a mejorar en tres aspectos que considera fundamentales. En primer lugar, pide a Sacyl a que planifique la formación continua para actualizar los conocimientos de los profesionales sanitarios implicados en la atención a los pacientes con coronavirus persistente en función de las evidencias científicas que resulten de las líneas de investigación que se están realizando en este campo.

Asimismo, insta a que se realicen, en el menor tiempo posible, las pruebas complementarias y las consultas de atención especializada, de manera que, tras una valoración integral inicial, el paciente pueda recibir la atención multidisciplinar que precisa. Y, por último, reclama que se mantengan vías de comunicación y participación con las asociaciones de pacientes afectados, con el objetivo de incluir en las actualizaciones del Proceso Asistencial Integrado (PAI) al paciente con covid, además de las evidencias científicas que vayan surgiendo, la percepción del paciente para proporcionar una respuesta sanitaria más adecuada a las necesidades de las personas de este colectivo.

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La investigación de la Procuraduría recoge la respuesta de la Junta en la que defiende el protocolo a seguir en estos casos. Así, la Consejería de Sanidad destaca que, como criterio general, se realiza un seguimiento coordinado entre Atención Primaria y Hospitalaria de los pacientes que han sufrido covid-19, «con frecuencia y modalidad de visitas –presenciales o no– ajustadas al riesgo estratificado de cada paciente; de modo que la frecuencia de las revisiones, tanto si el paciente fue hospitalizado como si no precisó ingreso, va a depender de la gravedad del cuadro previo y de sus particularidades o comorbilidades específicas, así como del curso favorable o desfavorable en el tiempo de los síntomas clínicos y alteraciones radiológicas o analíticas».

En todos los hospitales no comarcales de la comunidad «se crearon Consultas de Seguimiento, principalmente ligados a los Servicios de Medicina Interna y Neumología, con participación de otras especialidades de forma coordinada».

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Asimismo, destaca que los complejos asistenciales tienen asignadas agendas y profesionales específicos a tal efecto y se derivan pacientes tanto desde Atención Primaria como desde Especializada y tras el alta hospitalaria, «siguiendo unos criterios de selección y seguimiento».

La covid persistente ha sido reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud que, a este respecto, señala que «se produce en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por el SARS-CoV-2, generalmente tres meses después de la aparición del Covid-19 con síntomas que duran al menos dos meses y que no pueden explicarse por un diagnóstico alternativo. Los síntomas más comunes son la fatiga, la dificultad para respirar y la disfunción cognitiva, pero también se pueden dar otros síntomas que suelen repercutir en el funcionamiento cotidiano del enfermo. Los síntomas pueden ser de nueva aparición, tras la recuperación inicial de un episodio agudo de covid-19, o pueden persistir desde el inicio de la enfermedad. Los síntomas también pueden fluctuar o puede haber recaídas con el tiempo».

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