Nuclenor mantiene su posición sobre el cierre definitivo de la central nuclear de Garoña

Nuclenor traslada esa posición a través de su departamento de Comunicación casi a la vez que PP y Vox aprobaran en las Cortes de Castilla y León, la mañana del miércoles, una iniciativa en la que estos últimos autoenmendaban, tras una negociación con los populares, su propuesta inicial de estudiar la viabilidad de la reapertura de Garoña por un análisis más genérico sobre la idoneidad del valle de Tobalina burgalés para albergar instalaciones nucleares.

Juan García-Gallardo había dejado entrever horas antes, en una respuesta a una pregunta de la oposición, que el planteamiento de Nuclenor podía virar. «¿Dice que Nuclenor ha dicho tajantemente que no tienen ningún interés en abrir la central nuclear? Es curioso cuando es usted el que no se ha reunido con ellos y yo, cuando di esas declaraciones, venía de reunirme con su presidente y su director general, así que le invito a que se pase por allí a ver qué le cuentan» replicó el vicepresidente de la Junta a Pablo Fernández, procurador de Unidas Podemos. La reunión a la que alude Juan García-Gallardo, la sitúan desde Nuclenor el 14 de septiembre, cuando el vicepresidente convocó a la prensa ante la planta nuclear para anunciar su propuesta. «Visitó la Central de Santa María de Garoña el pasado 14 de septiembre y fue atendido por la dirección de Nuclenor», precisan desde esa sociedad.

Ángel Ibáñez, portavoz adjunto del PP en las Cortes fue esta semana el encargado de describir las «incertidumbres» que, a juicio de la formación que preside Alfonso Fernández Mañueco, se ciernen sobre una hipotética reapertura de Garoña. La primera, esa «posición contraria de la propiedad, que ha manifestado en público y en privado. Los dirigentes del PP también tenemos contactos con los responsables de la central», manifestó. A eso, añadió, se suma «la situación de desmantelamiento que parece encontrarse en un punto, según nos indican, de no retorno» y la «incapacidad de las redes de transporte para evacuar la energía», dado que sería «incompatible» con cuatro proyectos solares que están en tramitación.

Ibáñez puso un último reparo, centrado en el tipo de reactor nuclear que barajó el vicepresidente de la Junta: «la falta de proyectos ciertos sobre reactores SMR (Small Modular Reactors)». Para Ibáñez la posición de la Junta es «nítida» ahora, como lo fue en la etapa de Juan Vicente Herrera y se resume en ampliar el periodo de vida útil de las centrales siempre que exista viabilidad técnica y económica. El documento de medidas energéticas remitido por Castilla y León al Gobierno de España recoge esta propuesta, que ciñe a las instalaciones que están en funcionamiento.

«Nosotros sabemos perfectamente lo que se puede hacer en Garoña y lo que no se puede hacer, claro que lo sabemos, nosotros hemos pedido la reapertura de una central nuclear, no de un reactor, que sabemos que está ya inutilizado, que está parado y que se está desmantelando», argumentó Ignacio Sicilia, procurador burgalés de Vox. Es ahí donde entra la propuesta de montaje de un nuevo reactor de tipo SMR que plantea García-Gallardo, tecnología que para el PP no está aún suficientemente probada.

Los socios del gobierno autonómico acotan cada uno su terreno de debate sobre Garoña, al mismo tiempo que la empresa propietaria insiste en el desmantelamiento y en que «no está en condiciones de abordar otros planteamientos.